Los venezolanos aspiramos un milagro en el
nuevo año, un cambio que convoque a todos, para recuperar un país donde podamos
existir juntos.
Una Venezuela donde comencemos a construir
una sociedad que garantice nuestro desarrollo como personas, donde se respete
nuestra dignidad de seres humanos, nuestros derechos y nuestra libertad.
Con dirigentes que transformen los discursos
en acciones y las acciones en realidades. Con instituciones respetadas y
respetables, que cumplan con la Constitución y las leyes.
Aspiramos un país sin violencia, donde se
garantice el derecho esencial a la vida, donde desaparezcan los "partes de
guerra" de fines de semana. Donde se recupere la dignidad de la primera
magistratura y en el cual el mensaje de odio, rencor y venganza se excluya del
lenguaje gubernamental, sustituyéndolo por uno de participación, integración y
solidaridad.
Donde el despilfarro del aparato del Estado,
en propaganda abusiva, en compra de armamento, en comisiones, en importación de
alimentos para ganar en divisas, en regalos millonarios a otros países, se transforme
en inversión, destinada a producir justicia social dentro del territorio
nacional.
En ese nuevo país las desviaciones
totalitarias deben desaparecer, terminar con situaciones de ilegalidad con la
que se mantienen detenidos tantos venezolanos, permitir el regreso de los
exilados y que se actúe dentro del marco legal.
La política de regalos y limosnas populistas
deberá transformarse en educación y fuentes de trabajo, a fin de producir un
trabajador dignificado y no un receptor dependiente de dadivas.
Ese milagro permitirá un país donde se
estimule la industria, las empresas, la producción agrícola y pecuaria, para
salir de la ruina y la pobreza a la cual nos ha arrastrado un gobierno
irresponsable que buscaba hacernos dependientes de su régimen político. Con
unas empresas del Estado eficientes, rentables y que comiencen por respetar sus
propias obligaciones. Con el regreso de los capitales privados y extranjeros,
necesarios para estimular el desarrollo.
Venezuela conquistó su independencia de la mano
del Libertador y por la sed de libertad de su pueblo, había sufrido la
conquista, la esclavitud y la guerra, después sufrió crisis económicas,
políticas y dictaduras y supo levantarse en cada ocasión.
Nuestros orígenes se ramifican entre los
indios, primeros habitantes de estas tierras, África y Europa, de esa herencia
nace una cultura vibrante y variada que se expresa a través de nuestro
folclore, música, poesía y manera de ser.
Nuestra geografía nos lleva de las urbes a
las grandes extensiones vírgenes, desde el mar pasando por los Andes hasta la
Gran Sabana. Con su pico Bolívar, el mítico Orinoco y sus arrecifes de corales.
Esta Tierra de Gracia, mestiza, destinada al
desarrollo debido a su gran riqueza petrolera se encuentra estancada y
dividida. Sus fuerzas policiales, las garantes del orden, sus instituciones
sobre todo las de protección del ciudadano y las de justicia, están
cuestionadas y no inspiran confianza.
La posibilidad de superación, de inversión y
desarrollo, comprometidas por la fragilidad de los derechos individuales de
propiedad y por el despilfarro del ingreso petrolero sin que esto genere otro
tipo de riqueza. Un país en esas condiciones está comprometiendo el futuro de
las nuevas generaciones.
Pero la Pequeña Venecia del Coquivacoa es
también tierra de héroes como, Bolívar, Sucre, Urdaneta, Páez y el Negro
Primero, de gente culta como Bello, Carreño, Gallegos, Uslar Pietri, Ramos
Sucre, Udón Pérez y Otero Silva, de artistas como Michelena, Tovar y Tovar,
Reverón y Soto, políticos como Jóvito, Betancourt y Caldera, y tantos otros.
Patriotas, venezolanos que representan
momentos históricos en que se venció al dominio español, a Gómez, a Pérez
Jiménez, a la guerrilla y se abortó el primer intento de invasión cubana,
momentos en que se constituyó la República y se construyó la democracia.
Una herencia que nos permite creer en nuestro
pueblo y esperar el milagro en 2013, de paz, unión y desarrollo, que
celebraremos a golpe de tambor, joropo y ritmo de gaitas.
nelsoncastellano@hotmail.com
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Todo es un sueño, un buen sueño. Hasta qué no salga desde dentro nuestro ser el bravo pueblo, el sueño no se vuelve realidad. Se queda en un simple sueño o deseo. Los sueños no se logran solos ni caen del cielo, se construyen en una lucha diaria, diaria , cotidiana y si se ha de luchar contra grupos, en nuestro caso comunistas, la lucha a de pasar a niveles diferentes , una persona quien vivió tras la cortina de hierro siempre dice: con los comunistas no se dialoga se liquidan. No se sí esa máxima es aplicable a nuestro país en este momento, pero si la necesidad obliga es cosa de pensar en aplicarla.
ResponderEliminarTodo es un sueño, un buen sueño. Hasta qué no salga desde dentro nuestro ser el bravo pueblo, el sueño no se vuelve realidad. Se queda en un simple sueño o deseo. Los sueños no se logran solos ni caen del cielo, se construyen en una lucha diaria, diaria , cotidiana y si se ha de luchar contra grupos, en nuestro caso comunistas, la lucha a de pasar a niveles diferentes , una persona quien vivió tras la cortina de hierro siempre dice: con los comunistas no se dialoga se liquidan. No se sí esa máxima es aplicable a nuestro país en este momento, pero si la necesidad obliga es cosa de pensar en aplicarla.
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