El ser humano bioquímicamente está conformado
por hormonas; nuestro comportamiento está vinculado a ellas. Hoy en día se
habla de la hormona de las relaciones, la hormona de la infidelidad, de la
depresión, de la violencia, etc. Hombres y mujeres vivimos bajo su
tiranía. Al parecer lo único que pone en
su sitio a "las hormonas" es la conciencia, aunque a muchos esa
palabra les suena a programa de TV matutino. Me atrevo a decir que hoy en día
las hormonas también se manifiestan a través de Twitter: "Yo soy 100%
opositor, pero si Henrique Capriles vuelve a ser candidato, yo voto por
Maduro". Si eso no es una hormonada, no sé que es.
Hace unos días, cerca de las 9 de la noche,
cruzando de Palo Verde a Petare, un domingo en medio de lo que ya parece una
discusión obligada sobre los últimos sucesos, observé a esa cantidad de
personas que encontramos en el camino, unas conversando, otras haciendo colas
esperando transporte público, o paradas en medio de la calle intentando cruzar
de un lado a otro; cada uno en medio de su ruido personal, pensando quizás si
los problemas del 2012 seguirán en el 2013 o si estos serán peor. Me preguntaba cuántos de ellos estarían
preocupados en que aquí hay una usurpación de poder, o en la discusión de la
violación a la Constitución, y no porque desconozcan el tema, sino porque su
día a día de dificultades es su universo de sobrevivencia.
¿Cuántos de esos analistas o bravos del
teclado que claman por la contundencia bajo su concepto confrontacional, irían
hasta la redoma de Petare en la noche a expresarles a estas personas sus
argumentos en el mismo tono que lo hacen por Twitter, o en sus escritos? Debe
ser la hormona de la ausencia la que les hace pensar que solo la confrontación
política, entre políticos, nos va a sacar "de esto". Sus estados alterados llegan a divorciar lo
social de lo económico, como si uno no tuviera relación con el otro. Todo vale
con tal de ser "el candidato",
aupar al suyo o atacar al otro candidato. Mientras ellos van por su lado, está
el pueblo que claman los chavistas como suyo, donde su maquinaria va
perfectamente aceitada; ellos son los vulnerables a los ardides emocionales
gubernamentales, pero esa vulnerabilidad no es sinónimo de inconsciencia.
Dejemos de lado a los radicales, miremos a la gente que espera una respuesta a
sus problemas. Una de las acciones más importantes es ganar la confianza de
este sector de la población.
La respuesta a nivel político debe ser
contundente, nadie lo pone en duda. Sin embargo, es necesaria una coordinación
de frentes ante los largos tentáculos del chavismo. Sí, hay discursos duros que
llegan, aunque siempre al mismo sector. No, esos discursos no logran sumar
mayorías. ¿Cuánto de sus hormonas y cuánto de su conciencia está dispuesto a
usar en caso de presentarse un escenario electoral? Se reclama con sobradas
razones que el chavismo ignora una mitad del país; hay radicales opositores que
hacen lo mismo con la otra mitad. Exija, reclame, movilícese, pero por ningún
motivo olvide que las mayorías se ganan sumando.
Si usted quiere ser convencido de lo que ya
está convencido, si condena un discurso o acto diferente a su criterio, olvidando
que ganar ese porcentaje mayoritario es un trabajo de pulso político delicado,
entonces usted es uno de los invitados a vivir esta revolución hasta el 2 mil
siempre.
@mjferreiro
mjferreiro@gmail.com
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
Sra. María José, en verdad no he escuchado a ningún opositor mencionar semejante burrada sobre la candidatura de Capriles, quizás el grupo dónde interactuo no lo es tanto.
ResponderEliminarNo se si se trata de un asunto hormonal, pero creo que hay un toque, unos más otros menos, de bipolaridad forzada por las circunstancias; o como suelo mencionar ultimamente, Bipolaridad cortesía del desgobierno y la oposición alelada, o simplemente por razones de supervivencia.
Le he pedido a la oposición, humildemente (a veces)que se enfoquen en las prioridades y dejen de divagar con dimes diretes entre gob. y ellos.
Conversando con la gente del Buró Anticrimen en Latinoamérica, me doy cuenta que no hay organización que escape al uso de las formas, y por defecto hay un vacío en el "fondo".
Ud. me dirá pues, cuando la imagen de Venezuela ante el mundo, es la propia novela barata, mal escrita de nuestra historia, como se contiene al pueblo por tanta lentitud. Esperando hemos estado por un nuevo liderazgo eficiente. Se respeta al Sr. Capriles, pero como le mencioné a unos cuantos amigos (que no se si aún lo son), lo que hizo en tres meses la maquinaria opositora, lo deshizo con los pies durante los tres meses posteriores al 07 de octubre 2012.
Ahora tenemos otro enganche entre Capriles y Diego Arria. Lo que nos faltaba, empezar con un capítulo nuevo. Ahí si, Capriles inmediatamente brincó, por qué no lo ha hecho así con los sátrapas que nos están hundiendo?, le aplico a Capriles el dicho popular "Mapurite sabe a quien pea". Esto es un ejemplo de cómo se divaga en el alto clero opositor. Resultados: no llegan a ninguna parte.
Replantee lo del asunto hormonal o si es déficit patriótico.