Todo indica que el oficialismo tiene resuelto el tema de la candidatura con la postulación de Nicolás Maduro. No en vano durante estos días de provisionalidad el vicepresidente ha venido desarrollando en la práctica una precampaña electoral que además remeda el tradicional estilo del liderazgo chavista
¿ Es posible prolongar por más tiempo la
ausencia de Chávez en la jefatura del Estado? ¿Está el chavismo en condiciones
de asumir el costo que significa un vacío de gobernabilidad que ya se siente en
todos los aspectos de la vida nacional? Pareciera que Chávez (todavía resentido
por las complicaciones postoperatorias) vendrá al país en los próximos días.
En ese momento, además de juramentarse
posiblemente ante el TSJ, solicitaría la activación de la disposición
constitucional que autoriza que el presidente de la Asamblea Nacional asuma
provisionalmente el poder y se convoque a nuevas elecciones. Nada distinto de
la hoja de ruta que el mandatario dejó establecida antes de su viaje a La
Habana el pasado mes de diciembre.
Una situación semejante, perfectamente
probable por lo demás, provocaría cambios en el escenario político. Todo indica
que el oficialismo tiene resuelto el tema de la candidatura con la postulación
de Nicolás Maduro. No en vano durante estos días de provisionalidad el
vicepresidente ha venido desarrollando en la práctica una precampaña electoral
que además remeda el tradicional estilo del liderazgo chavista. Las diferencias
notorias entre Maduro y Diosdado Cabello que se pronosticaban críticas se
habrían atenuado ante la necesidad de presentar una fórmula presidencial
suficientemente sólida para preservar el rumbo del proceso. ¿Con el clima de
triunfo que priva en el chavismo por sus recientes victorias y el efecto
emocional de la no presencia de Chávez por primera vez en una confrontación
electoral cuál de las tendencias internas enfrentadas se atrevería a propiciar
el conflicto o la ruptura? Para los sectores democráticos una nueva elección
plantea algunos retos. En primer lugar, el tiempo de campaña no jugaría a favor
del candidato que se escoja; ya está más que comprobada que la estructura del
CNE no garantiza la transparencia y la confiabilidad del voto; y además se
activarían nuevamente los mecanismos del "ventajismo del Estado" como
uno de los factores que suelen estimular las victorias oficialistas.
Está también la necesidad de seleccionar un
candidato capaz de mantener la cohesión de la MUD, incluso ampliar sus
alcances. En sana lógica, y aprobada la vía del consenso, el aspirante natural
y con mayor opción es Henrique Capriles Radonski, aunque ya entran en juego
públicamente otros nombres. De convocarse a la nueva consulta ésta, más que
centrada en los candidatos, debería propiciar la presentación de un programa
"mínimo de gobernabilidad" en sintonía con la gravedad de la crisis
actual; y que además sea capaz de comprometer a sectores más allá de los
partidos políticos en una estrategia que trascienda el acto comicial y permita
avanzar hacia la construcción de una nueva mayoría.
manuelfsierra@yahoo.com
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Ciertamente, es imperativo una nueva consulta a fin de tener, como bién dice, un candidato opositor, que sepa aprovechar una nueva oportunidad "de oro" ante otro proceso electoral.
ResponderEliminarUd., que tiene contacto directo con la MUD, hagame el favor, por favor, de que sirvan escuchar otras alternativas, y aunque les duela en el ego, más atinadas y firmes. Espero que Ud. si escuche.