Estando en un conversatorio días atrás sobre
la crisis constitucional de Venezuela, además de lograr generar una mayor duda
por las disertaciones de esos ponentes, Se logró al final poner orden con la
participación de un ilustre Rector; el público presente acentuó con un profundo
alivio tras las aclaratorias de orden político y legal de la situación del
País. Al final se logró extraer de esta experiencia, la palabra
“incertidumbre”.
La incertidumbre existente sobre la vida o
muerte del presidente de Venezuela, la complicidad institucional, la violencia
generada por el temor a la pérdida del poder de la oligarquía revolucionaria,
la imposición de la ya develada Doctrina Militar Bolivariana y los países que
hoy por hoy, usufructúan de los bienes, territorios y dineros de la Nación; han
creado gran parte desde hace ya 14 años, la base real de la revolución: LA
INCERTIDUMBRE SOCIAL que llamaríamos en sus inicios, la desesperanza aprendida.
Esta incertidumbre, recientemente aun más
marcada con las interpretaciones de la Corte Suprema en cuanto al artículo 231,
que dejó el sesgo institucional es donde se refleja la manipulación dentro de
los factores de poder instituyen así un mundo donde el Derecho Constitucional
se hace más sórdido y gris en la Patria; esta vacilación crea un cúmulo de
sentimientos e impotencia que dan de por sí, una búsqueda desesperada de
entender que hay que reaccionar como pueblo y como Nación.
Por otro lado, descubierta de forma general
las tácticas revolucionarias, logramos concebir que este flagelo vaya más allá
de sus usos. La oposición sin autocritica acorde y representada en algunos
factores con un discurso desarmado desde el extranjero y críticos nacionales,
se ha convertido en la impotencia más pesada de este sector político. El
discurso de la dirigencia, el 7 de octubre, donde se habla de democracia y
triunfo electoral, de reconocimientos y acciones de complacencia política,
realmente ha colmado y rebosado la perplejidad ciudadana.
Por otro lado, los gobiernos regionales de
oposición, colmados de grandes intereses personales, unos proyectos ególatra en
algunos, con tintes de narcisismo, personalismo y delirios casi enfermizos,
gran ausencia de creatividad y convertidos en plazas de negocios absurdos y sin
sentido político en su actuar, generan la pérdida de confianza y esperanza en
el colectivo nacional, esto, suma a la gran arma del poder revolucionario la
mejor defensa inventada para someter a un pueblo: La Incertidumbre.
En Venezuela se requiere la cura sana de este
flagelo, para señalar el medicamento mas recomendado a expensas de su
aplicación es la “Determinación”. En la unidad, en el discurso, en el país que
deseamos, en el espíritu compartido bajo el crisol de una amplia base del
progreso, entre otros. La valentía se viste de gloria al determinar desde ya
como las en leyes, las acciones, la corrupción, las inversiones, entre muchos
aspectos más, son ilegitimas en el marco constitucional. Lo cual determinará la
confrontación necesaria en la ruptura de la incertidumbre social del país.
“Ante
la magnitud de tal Incertidumbre,pareciera no hay certezas de nada en estos
escenarios”
@JosePonsB
joseponschene@hotmail.com
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Muy buena exponencia Sr. José, definitivamente y dado como se ha manejado la inconstitucionalidad, se está tratando por otros medios de reunificar criterios y acelerar el proceso de cambio. La oposición (MUD), como lo he mencionado de alguna manera, le va tocar escuchar con atención, y si desean mantener su presencia, tendrá que adherirse a la nueva oposición, dejando a un lado intereses partidistas y personales, de lo contrario, quedarán para un efímero recuerdo en la historia.
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