La nueva trampa gubernamental de asignar un “sentido constituyente” a la elección del pasado 7-O representa un serio desafío para la Venezuela democrática. Aunque... no resulte sorpresiva esta nueva jugarreta, es obvio que su legitimidad y sus intenciones son harto cuestionables.
En cuanto a la legitimidad, es muy clara la Constitución acerca de cuáles son los mecanismos para cambiar sus textos, en especial aquellos que modifiquen su estructura o la naturaleza del Estado y las relaciones sociales. Atribuir al exiguo triunfo electoral –apenas 11% de diferencia, la menor desde que Chávez compite electoralmente, y mucho menor si se atiende al riguroso análisis de la politóloga Carmen Beatriz Fernández- el carácter de un visto bueno a las propuestas comunistas que luego han sacado de la manga, es una provocación que no puede pasar desapercibida para la alternativa democrática y la sociedad civil.
Ya Henrique Capriles, María Corina Machado, Leopoldo López y otros líderes han expresado su enfático rechazo a esa pretensión. Mas el desafío es de tal naturaleza que no puede enfrentárselo únicamente con declaraciones aisladas o ruedas de prensa de políticos y sus partidos. Las amenazas a la educación, a gobernaciones y alcaldías, a la propiedad y a todo el cuadro de convivencia establecido en la Constitución vigente –y oculto en el paquete, la eliminación de la norma constitucional para la sucesión presidencial en caso de ausencia absoluta, que es ni más ni menos lo que estás detrás de todo ello- exigen una respuesta firme de toda la sociedad, en la calle y en todos los escenarios de lucha, para hacer retroceder al régimen de este nuevo avance sobre la libertad.
Tampoco puede verse a las campañas electorales regionales como un obstáculo o instancia prelativa de la lucha contra la pretensión “constituyente” del chavismo. Nuestra respuesta debe estar inscrita en la campaña electoral regional. Si bien Chávez obtuvo mayor votación el 7-O (y no tanta como dijo el CNE), quedó demostrado que la capacidad movilizadora de la oposición es mucho mayor que la del gobierno. Porque el electorado de Chávez es en su mayoría conservador, no dispuesto a apoyarlo en las calles aunque aun se deja arrastrar hasta la mesa de votación por razones básicamente pragmáticas y clientelares. En cambio el electorado opositor es activo, entusiasta y presto a movilizarse ante el llamado de su dirección política.
La MUD, los candidatos a gobernador y las organizaciones ciudadanas debemos aprovechar esta ventaja competitiva para librar, ahora mismo y en las calles, vecindades y centros educativos y laborales, la batalla contra la maniobra “constituyente”.
Tengo la certeza de que ayudaría enormemente en la búsqueda de votos en las regiones. Postergarla para enero sería un error de consecuencias muy graves.EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
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