De la realidad a la mentira, del
mantenimiento al abandono, de la construcción a la destrucción, de la
democracia al totalitarismo.
Los venezolanos estamos de luto, 41 muertos y
decenas de heridos por una explosión en Amuay, por falta de mantenimiento; 25
muertos y 43 heridos en Yare I, por control de los pranes en las cárceles, y
con el país en estado de emergencia en el Centro y Oriente, muertos, cientos de
damnificados, poblaciones aisladas por derrumbes, vías y puentes caídos,
desbordamientos de ríos y quebradas, fallas eléctricas graves, etc.
Innumerables horas de vida se han perdido en
la vía alterna por el desplome del puente de Cúpira (el régimen no le hizo
mantenimiento ni permitió que lo hiciera la Gobernación de Miranda).
Como siempre la jefatura saliente elogia a
los responsables de un mal, en esta oportunidad el de Amuay, según él el show
debe continuar ¡La muerte de personas inocentes no es show, es doloroso e
irreparable y los responsables deben ser castigados, no felicitados!
En cuanto al desastre en el que se encuentra
Cubazuela el régimen culpa al clima, a los samuros que han sustituido a los
rabipelados y a las iguanas, etc.
¿Será que durante los 40 años de democracia
no llovió, ni pasaron tormentas, ni había iguanas, ni rabipelados, ni zamuros?
No, la diferencia está en que durante la democracia había capacidad de
respuesta, se mantenía la infraestructura y había un plan de obra en
concordancia con las necesidades de las poblaciones en función de los ingresos
del país que fueron inmensamente inferiores a los que ha despilfarrado este
régimen. Entre otros, se canalizaron los ríos, se limpiaban y mantenían las
quebradas, drenajes y torrenteras para evitar las inundaciones. Defensa Civil,
Bomberos, vacunación, refugios, provisión de alimentos y agua estaban
plenamente operativos.
En un lapso aprox. de 9 meses se hizo la
carretera nacional, la Gran Sabana hasta Brasil, de aprox. 208 Km, incluyendo
unos 3200 metros lineales, Mtl, de puente (32 puentes) que se construyeron
entre 8 y 10 Mtl, por hora, con el uso de tecnología que aprovechó los tubos de
desecho (basura) de la industria petrolera y de la CVG; existía un Taller
Central, adscrito al MOP y luego al MTC, que compraba y almacenaba un mínimo de
20 puentes metálicos telescópicos tipo Bailey fabricados en Venezuela, para
enfrentar las emergencias en lapsos inferiores a las 48 horas, incluyendo
transporte y colocación.
El socialismo del siglo XXI necesita 15 días
o más para construir un puente que mide entre 50 y 80 Mtl y años y años para hacer
unas pocas vías, lo que denota que hemos perdido la gerencia, el recurso humano
y la capacidad de respuesta que existía en la democracia para enfrentar las
contingencias y la planificación de ejecución de obra.
Auxilio Leopoldo Sucre, José Curiel, Kiko
Aspurúa, Matías Brever, Juancho Otaola, Leonel Vangriken, Roberto Pérez Lecuna,
Cesar Quintana, los difuntos Víctor Ron Pedrique y John Cavanak y otras
eminencias de la ingeniería de vialidad.
Otros tiempos, otros gobernantes, otros
hombres. Gracias a la democracia en la industria petrolera se estableció la
meritocracia que fue su orgullo y una razón de su éxito, y verdaderos
especialistas pudieron formarse y aportar sus valiosas experticias en
ingeniería y vialidad para beneficio de los venezolanos. Con la revolución eso
es un imposible.
elmon35@gmail.com
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