Pretende convertir a La Fuerza Armada en corresponsable de una acción criminal
A pocos días del siete de octubre; en
conocimiento de los más recientes estudios de opinión independientes, en
conciencia de su propio estado de salud y ante la evidencia del inminente
triunfo de la candidatura presidencial de los factores democráticos que
representa Henrique Capriles Radonski, el candidato a la reelección, Hugo
Chávez, amenaza al pueblo venezolano con una masacre.
Chávez no necesita utilizar el término
masacre. Cuando señala que al concretarse el triunfo de Capriles se desataría
una guerra civil claramente promueve una masacre al incendiar los ánimos de sus
seguidores más fanatizados. Chávez sabe perfectamente que para que exista una
guerra civil deben existir, al menos, dos bandos armados; lo cual no es el caso
en Venezuela. Las armas las tiene Chávez, su franquicia militar en manos de una
cúpula vergonzosa y los diferentes grupos irregulares que surgieron bajo su
auspicio. Llamar guerra civil a esta reacción fratricida y desquiciada de
Chávez es esconder lo que realmente sería: una masacre.
Chávez, a pocos días de su derrota, prepara a
sus seguidores más radicales para desconocer un resultado electoral inevitable.
Si Chávez creyera que tiene más de veinte puntos de ventaja sobre Capriles y
que su victoria del 7 de octubre es irreversible, no promovería, con su
discurso incendiario y grosero, el fantasma de una masacre que falsa y
cobardemente él llama guerra civil.
¿A qué estamos enfrentados los venezolanos? A
un Jefe de Estado en proceso de desquicio acelerado, como lo confirma el hecho
de promover una matanza, con el mismo ímpetu con el que ha promovido durante
catorce años el odio y la violencia. Nunca antes, en América Latina los
mandatarios han amenazado a sus ciudadanos. En el mundo, solo Hitler al amenazar
a los judíos, Milosevic a los musulmanes o Gadafi a sus opositores se
atrevieron a algo semejante a lo que nos ocurre aquí. El mundo ha oído
claramente lo que pretende Chávez y por qué lo pretende, de igual modo, deben
haberlo oído los integrantes de la Fuerza Armada que no pueden pasar por alto
semejante amenaza, porque serían ellos, según Chávez, los encargados de
ejecutarla.
darria@mac.com
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Los militares venezolanos enfrentaran un gran dilema: la responsabilidad moral y constitucional de defender al pueblo de Venezuela o seguir a un dictador sin principios que les pide arremeter y asesinar a un pueblo desarmado e indefenso. Estan en sus manos escoger. @gbensimon
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