Me encontré con él. Estaba sentado en una banca
de la plaza. Era alto, joven y robusto, pero su mirada lo hacía ver como si
estuviese buscando a otro futuro. No quise perturbarlo, pero me senté a su
lado, evitando casi hasta respirar. Y siento que lo hice bien, porque me miró y
me dijo: “Vivo en paz, disfruto de la luz y de la brisa. Le sonrío a la vida,
porque el Señor es mi pastor, nada me falta. Y entonces qué buscas, le
pregunté. “Agradar a Dios”, me dijo.
Yo le conté que en Venezuela pensábamos mucho en
él y si realmente lograríamos encontrarlo. Unos hemos tomado un camino y otros
han tomado otro. ¿Cuál de los dos, llegará a ti? le pregunté. –Los dos llegarán
a mí. Unos vendrán sonriendo y otros tristes, pero al final todos lograrán la
felicidad. Yo soy el futuro y tu vez en mi la felicidad, la felicidad de tu
patria, la felicidad de todos. Otra pregunta: - ¿Y quién ganó? – El mal nunca
triunfa, ganó el amor, el amor de un pueblo, el amor que nos viene de Dios, por
eso me ves buscándolo a Él para agradecerle lo que ha hecho por nosotros.
El Futuro se levantó de la banca, aprovechó el
momento y recordó la lectura de la carta del apóstol San Pablo a los efesios.
“Hermanos: Ahora, unidos a Cristo Jesús, ustedes, que antes estaban lejos,
están cerca, en virtud de la sangre de Cristo. Porque Él es nuestra paz; Él
hizo de los judíos y de los no judíos un solo pueblo; Él destruyó, en su propio
cuerpo, la barrera que los separaba: el odio; Él abolió la ley, que consistía
en mandatos y reglamentos, para crear en si mismo, de los dos pueblos, un solo
hombre nuevo, estableciendo la paz, y para reconciliar a ambos con Dios, por
medio de la cruz, dando muerte en si mismo al odio. Vino para anunciar la buena
nueva de la paz, tanto a ustedes, los que estaban lejos, como a los que estaban
cerca. Así, unos y otros podemos acercarnos al Padre, por la acción de un mismo
Espíritu”, (Ef 2, 13-18).
No le sentí molesto; por el contrario, lo noté
agradado por la conversa, pero me dio la impresión que tenía otras cosas qué hacer.
Le conté rapidito que muchos de nosotros sentimos angustia, a muchos nos falta
fe, otros hemos perdido la esperanza y otros piensan que si logramos los
objetivos no nos lo van a reconocer. Muchos de nosotros ven un futuro incierto.
Yo les contaré lo que conversamos, ¿pero qué mensaje les puede enviar usted?
–Que se lean en el libro Sagrado a Mateo 6,34: “Por eso, no se preocupen del
mañana, que el mañana se ocupará de sí. A cada día le basta su problema”.
Allí aproveché el momento y le pregunté por Chávez.
Me dijo: “No sé, no sé de él”. En ese instante si sentí su molestia y fue tanto
que no se despidió. Me sentí apenado por haber hecho la pregunta, pero luego
pensé que en una entrevista siempre hay preguntas cómodas e incómodas y hay
preguntas que uno se arrepiente de no haberlas hecho, por ejemplo, debí haberle
preguntado por mi futuro, pero ya sé que a cada día le basta su problema y el
esfuerzo que ponga en resolverlo, ese será mi futuro. Nos vemos allá.
leninvalero1@hotmail.com
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.