En solidaridad con su amigo Lugo, los
presidentes de Mercosur decidieron suspender a Paraguay de ese bloque
comercial, violentando su ordenamiento jurídico y “comprando” un problema que
traerá en el futuro consecuencias letales para un proyecto que ya viene
cojitranco desde hace algunos años.
BANDEIRANTES DESDE SAO PAULO HICIERON CRECER LAS FRONTERAS DE BRASIL |
Alegaron un supuesto golpe de estado
que sólo ellos y algunos cuantos descaminados vieron en un procedimiento
estrictamente constitucional, puesto en práctica por un poder autónomo legitimo
y democrático. Pero éste fue el pretexto perfecto para otro despropósito
adicional.
La jugada les permitió incorporar a
la peña mercosuriana a otro de sus amigos, el presidente Chávez, cuyo gobierno,
en materia de integración económica, no tiene la menor idea y se incorpora allí
con objetivos contrarios a lo que han sido hasta ahora los principios que
inspiran esa empresa.
Pepe Mujica, a pesar de que su
gobierno iba con la línea de no aceptar a Chávez en el club, torció la decisión,
apremiado, según lo afirma él mismo, por poderosas razones de orden político
que diera la señora Dilma Rouseff en petit comité. Las cuestiones
jurídicas pasaron a un segundo plano. A confesión de parte…..
Se cuidaron, sí, de no afectar la
parte comercial aduciendo que con ello se afectaría al pueblo de ese país. Que
no se vaya a creer que tal decisión fue por los negocios mercantiles, ¡No¡,
¡Por favor¡, ni tampoco por los miles de brasiguayos que echaron el grito al
cielo. Por delante, las razones humanitarias¡ No sea el lector malpensado.
A todas éstas, el gobierno paraguayo
resuelve intentar una demanda por ante los órganos establecidos en el bloque
para la solución de las controversias que pudieren surgir entre sus miembros.
Tenemos entendido que han recurrido o
recurrirán ante el Tribunal Permanente de Revisión, creado fundamentalmente
para las divergencias de carácter comercial. Aunque lleva el nombre de
Tribunal, si nos atenemos a sus competencias y procedimientos, antes que un
mecanismo jurisdiccional, como es el Tribunal Andino de Justicia, es más bien
un órgano de arbitraje sobre materias comerciales, no políticas, tal es el caso
de la suspensión ilegal de que es víctima Paraguay.
La medida se fundamentaría en el
Protocolo de Ushuaia, el cual contiene, en síntesis, la llamada cláusula
democrática. El Protocolo establece que en caso de que se produzca una ruptura
en el orden democrático de un país miembro, los otros podrán tomar medidas en
su contra.
Estas medidas podrían llegar a la
suspensión del derecho a participar en los órganos del proceso de integración o
de los derechos y obligaciones emergentes de él.
Ahora bien, para disponer cualquiera
de tales medidas, el artículo 4 dispone que “los Estados Partes promoverán
las consultas pertinentes entre sí y con el Estado afectado”. Y
sólo cuando estas consultas resultaren infructuosas es que se podría decidir
las medidas antes mencionadas.
En el caso paraguayo -y es aquí en
donde vemos el doble discurso, la doble medida, de los presidentes
mercosurianos- la consulta obligatoria con el Estado afectado no se produjo. No
hubo ni siquiera un diálogo con las nuevas autoridades constitucionales
paraguayas. El ejercicio del derecho a la defensa que se pidió para el señor
Lugo, que, a mi juicio, no operaba, fue obviado en éste caso, violación que se
hace más patente, sobre todo, cuando ese requisito está estipulado de manera
expresa en el Protocolo en cuestión.
Dudo que la demanda de Paraguay vaya
a tener ninguna acogida en el tribunal referido, no sólo por las razones
expresadas, sino también porque a los otros países no les interesa darle curso.
Lo jurídico, sin ninguna duda, no es la prioridad.
Las motivaciones económicas y
geopolíticas se imponen. Brasil ha decidido reactivar y ampliar el Mercosur. El
canciller brasileño Antonio Patriota lo confirma en su comparecencia reciente
ante el senado: “Venezuela representa mercado de gran potencial para los
socios de Mercosur: casi 30 millones de consumidores”; “la adhesión de
Venezuela es un paso crucial en el rediseño de la geopolítica de la región”;
“Con Venezuela, la dimensión territorial de Mercosur pasa a incorporar una
importante conexión entre la Amazonia y el Caribe”. Más claro, el agua.
Mientras en su paranoia, Chávez acusa
a EEUU de lo que ocurrió en Paraguay, el gigante brasileño lo aprovecha para
avanzar en su inveterado proyecto hegemónico en la región, posicionado sus
empresas y captando negocios para ellas.
Los modernos bandeirantes están
haciendo su trabajo.
EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO
no se puede esperar otra forma de proceder de los gobiernos corruptos de el bloque bolivariano que pisan fuerte en tierra fangosa .
ResponderEliminar