Quienes
crean que la expulsión constitucional del ex presidente del Paraguay, Fernando
Lugo, es ajena a otros acontecimientos que ocurren y ocurrirán en la región, se
equivocan totalmente. Más de una vez señalamos que el proceso que busca la
izquierdización de nuestros países obedece a un proyecto cuyos distintos pasos
están interrelacionados y forman parte de las decisiones de izquierda adoptadas
desde años atrás por el llamado Foro de San Pablo que ya logró asentarse a
través de distintos gobiernos. El más destacado por la importancia económica y
el desarrollo que había alcanzado su país, era Venezuela convertida por Hugo
Chávez Frías en un centro propulsor que ahora entró en crisis con motivo de la
irreversible enfermedad que carcome al teniente coronel devenido en dictador.
La proximidad de este descenlace aceleró a su vez el dinamismo de una situación
cuyos otros exponentes iban dede el derrocado Zelaya en Honduras hasta Fernando
Lugo en Paraguay, un extraño obispo católico que decidió abandonar los hábitos
para dedicarse a la política y las mujeres.
Como
aprendieron a hacerlo después de las derrotas militares ocurridas en intentos
anteriores - especialmente en el Brasil, Chile, el Uruguay y nuestra ex
República - la estrategia adoptada, salvo en Colombia, fue más prudente, menos
agresiva y adoptó las formas democráticas para alcanzar el poder. Ya en esta
segunda etapa, excepto Chile donde se afirmó una política de definidos perfiles
capitalistas y entre los más importantes, el Perú donde se impuso la moderación,
en las restantes repúblicas se desplegó una suerte de anclaje con el pasado al
que se reivindicó o reivindica para orientarse doctrinariamente. Aunque más
reducido, las FARC colombianas mantienen su protagonismo alimentador de
violencia. Sin embargo, la situación creada por los bolivarianos no resultó
fácil por los sucesivos y constantes fracasos económicos simultáneos o
paralelos a una definida orientación autoritaria, generó resistencias internas de dificil
pronóstico. El primer gobierno en ser removido mediante recursos
constitucionales que legalizaron la sucesión, fue el de Honduras donde la
Justicia sacó del poder a Zelaya para reemplazarlo por Porfirio Lobos. Fue el
primer cimbronazo. Ahora, el Congreso del Paraguay colocó en el poder al vicepresidente,
generándose críticas y resistencias de los los gobiernos más orientados hacia
la izquierda y adheridos con mayor o menor intensidad al Socialismo del Siglo
XXI inventado por Chávez. Ahora éste
sobrevive en medio de una enorme fragilidad económica y de constantes viajes
entre Caracas y La Habana para intentar lo imposible: revertir su cruel
enfermedad.
Ante
la certeza de que las próximas elecciones venezolanas le darían el triunfo al
candidato opositor, los esfuerzos por encontrar un referente latinoamericano de
envergadura desesperó a la izquierda internacionalista. Desechado Evo Morales
por sus limitaciones de distinta índole y las tensiones que soporta su gobierno
- anoche se incendiaron dependencias públicas vecinas del Palacio Presidencial -
Fernando Lugo podía ser una alternativa más folclórica que otra cosa pero
alternativa al fin, habida cuenta que el ecuatorino Rafael Correa carece del
necesario relieve, pese a que es un importante productor de petróleo que es
vendido en su totalidad a China Continental. Mientras escribíamos éstas líneas,
la situación sobre el territorio de la vecina Bolivia avanzaba una rebelión
policial y enfrentamientos entre las distintas etnias que el mestizo Morales se
empeña en agrupar para una acción común en que adoptó la nominación de
indigenismo. Quedaba, entonces, la Argentina con Cristina W. Fernández, pero su
estabilidad está seriamente cuestionada por obvias razones sobre las que
volveremos enseguida. En consecuencia, Fernando Lugo era un candidato aceptable,
refugiado casi en el extremo del Cono Sur incorporaba, además, un cuestionado
factor religioso, tema de especial interés para quienes propician el nuevo
bautismo simulador elegido por las izquierdas: somos progresistas.
Llegó
entonces el momento de las contradicciones. Elementos brasileños pertenecientes
al extremista Movimiento de los Sin Tierra que opera en el Brasil, ocupó
tierras fronterizas de propiedad paraguaya, lo que determinó el 15 de este mes
la intervención policial con trágicos resultados de varios muertos. La
izquierda puso el grito en el cielo, Lugo fue acusado seriamente y se le
pidieron explicaciones. Complicadas las cosas, derivaron en el pedido de juicio
político que se convirtió en el mecanismo que dispone la Constitución para
removerlo del Palacio López. Concretada hace unas horas, el caso se extendió
con un contenido de protesta política a los organismos internacionales Una Sur
y MercoSur. En la práctica, las resistencias que se esperaba que se produjeran,
comenzaron a demorarse esta madrugada, a la inversa de lo que hizo una
demacrada viuda de Kirhner, quien anticipó que la Argentina no reconocería al
gobierno de Luis Federico Franco Gomez que tiene por delante nueve meses para
concluir el plazo constitucional hasta las próximas elecciones que podrían
anticiparse.
Queda
esperar la evolución de los acontecimientos. El periodismo en general se mostró
crítico de lo ocurrido. En la OEA las izquierdas hacen lo posible por debilitar
los mecanismos de defensa de los "derechos humanos" y surge la
evidencia de que nos encontramos frente a cambios que sería un arror anticipar,
aunque no es arriesgado hablar como lo hacemos con el título utilizado en este
comentario.
Esto
le da al precipitado juicio manifestado por Cristina W. Fernández un perfil arriesgado.
Su negativa a reconocer al nuevo gobierno de un país que posee importancia
estratégica, particularmente para el Brasil y la Argentina, aparece cargado de
irreflexión y desconocimiento de todo lo que significa. Concurrentemente, a
nadie se le escapa las simpatías kirchneristas por Hugo Chávez con quien tan
excelentes negocios personales mantienen hombres de su gobierno. En su discurso
de despedida, Lugo hizo una forzada mención al narcotráfico, tema en el que
nuestro país ofrece un progresivo descontrol que, quiérase o no, enlaza el
problema con la liberación al consumo que propicia otro presidente que tiene su
importancia para el Foro de San Pablo: el uruguayo Mujica.
Todos
estos componentes integran un escenario que nada tiene de novedoso pero sí de
agravamiento. Cristina aparece alterada en los registros fotográficos y
televisivos. No es para menos pese a que aún no habría medido en toda su
dimensión la trascendencia que tendrá la concentración multisectorial que el
próximo miércoles se realizará en la Plaza de Mayo. Hugo Moyano, convertido
ahora en el máximo enemigo elegido, ha demostrado una capacidad estratégica
virtualmente inédita en la historia política del país durante los últimos
decenios. Hasta anoche no sólo sumó más de un medio centenar de gremios a la
convocatoria, sino que también a diversos sectores empresarios y sociales -
incluída la izquierda sindical - que resolvieron acompañar el reclamo por una
corrección fiscal que convierte en un espejismo la realidad de los salarios y
de toda otra clase de ingresos productivos. Entre tanto, en el Chubut, los
desmanes cometidos por un grupo de la UOCRA desprendido de todo control
orgánico, ha producido la destrucción de bienes destinados a la producción del
15 por ciento del petróleo crudo que produce el país. Así, amplios sectores del
territorio podrán sufrir el faltante de combustibles, un hecho de inusitada
incidencia ante la crudeza del invierno que se ha comenzado a vivir.
tabano@carlosmanuelacuna.com.ar
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