Desde una calificación ideológica y política, podríamos decir
que el gobierno kirchnerista es un 50% peronista y un 50% zurdo. El hecho de
que un sindicalista puramente peronista y el mismísimo fundador de Página 12
(que hoy es el diario oficialista por antonomasia) sean actualmente los
referentes más importantes de la oposición, confirma el desastre calamitoso en
el cual se halla sumido la dirigencia política disidente.
En efecto, no hay consignas ideológicas ni estructuras políticas
claras o visibles para que los ciudadanos descontentos puedan aferrarse o
expresar su disconformidad para con el régimen. Estas ausencias de liderazgos y
partidos alternativos explican por qué en el 2008 la gente de la ciudad apoyara
el reclamo del campo y ahora por qué tanta gente acudirá a la marcha del
miércoles próximo en Plaza de Mayo, sin sentir la menor simpatía por Hugo Moyano.
Vale decir, lo que antes se hacía a través de partidos y actos
organizados, hoy ante la ausencia de
estos, cualquier espacio “no convencional” que resulte razonable es aprovechado
por gran parte de la población para manifestar su bronca y levantar su
consigna. Esto explica por qué lo que
ocurrirá este miércoles no se tratará de respaldar puntualmente un reclamo
gremial, sino de usufructuar un ámbito para manifestar o descargar la ira
popular contra la delincuencia kirchnerista que hoy detenta el poder del Estado
con pretensiones perpetuas y autoritarias.
EL PLAN SISTEMÁTICO DE MENTIRAS
El régimen miente sistemáticamente con todo aquello que
considera “abstracto” o intangible: engaña con el INDEC, mistifica respecto a
conspiraciones “destituyentes”, fantasea en torno a la “sensación de
inseguridad”, falsea respecto de Clarín y Papel Prensa, embauca con los DDHH. y
en suma, el gobierno engaña de manera redundante por intermedio del grotesco aparato de
propaganda que pagamos entre todos.
Eso sí, el régimen no puede mentir contra aquellas imágenes
visibles y nítidamente comprobables, como ser por ejemplo las que pueden surgir
de una filmación o una foto. Luego, una plaza repleta de manifestantes de todas
las clases sociales como la que podría verse este miércoles, pondría de
manifiesto que el oficialismo ya no es el dueño de la calle, ni del “sentir
popular”, ni del 54% de adhesión (que en este semestre se desplomó), ni tampoco
podría salir a vociferar que los manifestantes son “empleados de Magnetto” o
“terratenientes egoístas de la Sociedad Rural”. En efecto, una marcha
apoteósica y poli-clasista sería un evidente tiro en la línea de flotación del
relato oficial.
MOTIVOS PARA IR A LA MARCHA
El régimen está mas que desorientado. A diferencias de lo
ocurrido en las manifestaciones del 2008, gran parte del sector poblacional que
marchará el miércoles a Plaza de Mayo fue parte del electorado que votó por el
oficialismo. Entonces en esta marcha no sólo se juntarán ciudadanos “opositores
históricos”, sino “opositores nuevos”, quienes con lucidez tardía comienzan a
rebelarse contra el estatismo impositivo.
Todo indica que este miércoles cada uno irá a la marcha con sus
propias proclamas: muchos acudirán pidiendo que se baje la cruel presión
impositiva, otros reclamarán contra la inflación asfixiante, algunos pedirán
que vuelva la libertad de prensa, ciertos sectores se manifestarán contra la
inseguridad galopante, varios clamarán por la independencia del Poder Judicial,
habrá también quienes bramen contra la mega-corrupción y otros peticionarán en
aras de todos estos ítems juntos.
Como un enorme efecto dominó, cada vez más gente confirma por
las redes sociales su participación en la marcha, puesto que interpretan que
rebelarse contra el gobierno no importa en modo alguno apoyar al impresentable
líder “cegetista”, sino hacer un acto personal de supervivencia cívica ante el
aplaste progresivo de las libertades individuales.
EL PODER DE LO FÁCTICO
En la Argentina kirchnerista hace tiempo que han cesado los
debates académicos, intelectuales o legales. Hoy todo es cuestión no de ideas
superadoras sino del peso específico de los hechos. Así operan las aldeas
populistas en la que el régimen nos ha convertido.
Desafortunadamente, hoy “poner el hombro” tiene mas fuerza que
la institucionalidad misma. Los líderes opositores no deberían ignorar este
dato y tendrían que aprender a jugar con las rústicas reglas del juego que nos
fueron impuestas. Otro dato a tener en cuenta es que para el kirchnerismo no
hay peor cosa que ser derrotado “de
local”, es decir, en su propio terreno y con sus propias normas.
Si el miércoles la plaza explota de gente (todo indica que así
será), pues habrá no sólo una derrota para el oficialismo sino un claro punto
de inflexión en cuanto a la hegemonía de la que hasta ahora ha gozado la
camarilla gobernante. En eso radica, nada más y nada menos, la importancia
vital de ir y “poner el cuerpo” al estar presente en la mencionada
manifestación venidera.
@NickyMarquez1
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nickmarquez2001@yahoo.com
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