El título de
este artículo resume claramente el dilema que tienen los venezolanos en las
elecciones presidenciales del 7 de Octubre. También expresa una realidad
indiscutible: Hugo Chávez significa el pasado, Henrique Capriles el futuro. En
esta apreciación no hay exageración alguna. No es sólo un problema de edad,
sino de percepción del sentimiento nacional. Hugo Chávez ha perdido totalmente
su capacidad para interpretar las aspiraciones populares. Al contrario,
Henrique Capriles ha empezado a representar progresivamente los intereses de
muy amplios sectores sociales y a transmitir una profunda emoción en la
juventud venezolana. Comparemos los dos programas de gobierno y sus respectivas
campañas electorales para poder encontrar una explicación a esta sorprendente
realidad
Los venezolanos
conocemos los problemas que nos afligen. Los sentimos todos los días. Nuestras
condiciones de vida se han deteriorado,
en todos los sectores sociales, de una manera tan drástica que nos
parece estar viviendo una pesadilla. Todos conocemos esos angustiantes
problemas, a excepción de Hugo Chávez y su camarilla. Ninguno de los objetivos
de su programa de gobierno, considera ni una sola de esas calamidades que
ensombrecen el quehacer diario de nuestro pueblo. Veamos: “Consolidar la
independencia, alternativa al capitalismo, país potencia, nueva política
internacional, y preservar la vida del Planeta”. Ciertamente, que en alguno de ellos se ofrece
construir dos millones de casas y aumentar la producción petrolera a 4 millones
de barriles. Promesas y más promesas, que ya nadie puede creer…
El enfoque del
programa de gobierno de Henrique Capriles es totalmente diferente. Primero,
establece un marco general de aplicación de dicho programa: “El camino que
proponemos es más compromiso y menos poder; generosidad y no egoísmo, Justicia
y no privilegios, verdad y nada de mentiras. La discusión entre presente y
pasado, lo que hace es dividirnos. Todos
somos venezolanos y eso es lo que importa. Un país dividido es un país débil y queremos tener un país
fuerte. Nuestra mirada está puesta en el futuro”…Segundo, señala las líneas
fundamentales de ese programa: generar confianza, combatir la inseguridad,
respetar la propiedad privada, aumentar la producción nacional, mejorar la educación, crear empleos bien remunerados,
rechazar las expropiaciones, incrementar la producción petrolera y fortalecer
los programas sociales…
La profunda
diferencia que se observa en la orientación general de los dos programas de
gobierno va a influir en las dos formas de diseñar y ejecutar las diferentes
campañas electorales. La de Hugo Chávez busca impactar el sentimiento popular
tratando de revivir los fuertes lazos que en el pasado existieron entre amplios
sectores populares y su figura de líder carismático y mesiánico. Este esfuerzo
tiene un gran impacto en los sectores populares, aunque su imagen empieza a mostrar un importante desgaste como
consecuencia de su grave enfermedad y la ineficiencia del gobierno. La mejor demostración
de esta verdad fue la presentación de su candidatura ante el Consejo Nacional
Electoral. Observar que en medio de su discurso se encontraba casi sola la
Plaza Caracas es una muestra de debilidad indiscutible.
La campaña de
Henrique Capriles busca impactar en todos los sectores sociales a través del
contacto personal, aprovechando su juventud y resistencia física. Su mensaje de
unión de todos los venezolanos, su eslogan señalando que existe un camino para asegurar
el futuro de Venezuela y lo concreto de su programa de gobierno ha tenido un importante efecto en las nuevas
generaciones. Es innegable que el creciente fortalecimiento de su popularidad
tiene preocupado a Hugo Chávez. Es la única explicación que puede encontrarse a
los permanentes ataques a su persona que mantiene el oficialismo. La
multitudinaria marcha para presentar su candidatura ante el Consejo Nacional
Electoral y las concentraciones populares de estos días han convencido a muchos
venezolanos de la posibilidad cierta de derrotar a Hugo Chávez.
En verdad
faltan muchos meses de campaña electoral. El abuso de poder del chavismo es de
tal magnitud que podría modificar la actual tendencia que se observa en las
preferencias electorales. Eso es verdad, pero también es cierto que la
esperanza que ha logrado generar Henrique Capriles en los jóvenes y en muy
diversos grupos sociales garantiza un número tan elevado de votos que
difícilmente ese abuso de poder podría modificar el resultado de las
elecciones. Las posibilidades de triunfo de Henrique Capriles son cada día más
ciertas, pero se requiere para consolidar esa tendencia que disminuya al máximo
la abstención en aquellos sectores favorables a la oposición y se logre una
eficiente organización que nos permita tener testigos en todas las mesas para
poder garantizar una total transparencia en los comicios del 7 de Octubre.
Caracas, 17 de junio de 2012.
fochoaantich@gmail.com
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