El hecho de que el tema de la conspiración se haya vuelto casi el centro de la campaña de Hugo Chávez me da mala espina.
Hablemos
con claridad. Al bendito comando anti golpe, creado por Hugo Chávez, hay que
darle otro nombre. Sencillamente es un comando pro golpe. Esa es la verdad. El
surge como respuesta a una nueva situación política que se caracteriza por los
siguientes factores: la decisión de Hugo Chávez de ser candidato aún con riesgo
de perder la vida; su natural debilitamiento electoral como consecuencia a su
imposibilidad de hacer campaña y al cansancio de su imagen después de trece
años de fracasos; y el innegable crecimiento de la popularidad de Henrique
Capriles. Esta realidad tiene angustiado al chavismo. La abusiva campaña de
medios diseñada para destruir la imagen del candidato opositor y la publicación de encuestas amañadas no ha
logrado detener su fortalecimiento electoral. De allí la decisión de crear el
comando anti golpe.
No
es fácil entender los objetivos de este comando, ya que no conocemos ni a sus
integrantes, ni su organización. Lo que si hemos empezado a percibir es el
diseño de un solo y coherente mensaje en todo el oficialismo para denunciar la supuesta conspiración de la
oposición. Al analizar estos mensaje se observan algunos elementos que se
repiten permanentemente: “la derecha está decidida a conspirar ante la certeza
de la derrota de Henrique Capriles”; “la derecha recibe instrucciones del
imperialismo norteamericano y europeo”; no reconocer de antemano la legitimidad
del resultado electoral es una prueba fehaciente de la tendencia conspirativa
de la oposición; Hugo Chávez significa la estabilidad, la oposición la
violencia; la oposición plantea una cacería de brujas contra el chavismo…
No
creo que el objetivo de ese comando pueda ser tan limitado: coordinar unos
mensajes en contra de la oposición. Tiene que haber otra finalidad. Algunos analistas
han supuesto que es un trapo rojo para tratar de ocultar el impacto del
escándalo de las declaraciones del ex magistrado Eladio Aponte Aponte.
Detengámonos un poco a analizar todos los vericuetos que han empezado a ser
señalados por la opinión pública para valorar su gravedad. El escándalo Aponte
ya ha empezado a ser vinculado al caso Mackled, a los asesinatos del general
Wilmer Moreno y del Capitán Jesús Aguilarte Gámez, y a una supuesta fuga a los Estados Unidos, para entregarse a la
DEA, del general Hugo Carvajal, ex directos de la DIM. No hay duda, que un
escándalo de esa magnitud podría comprometer el resultado electoral.
De
todas maneras percibo que detrás de esa maniobra debe haber algo más. El hecho
de que el tema de la conspiración se haya vuelto casi el centro de la campaña
de Hugo Chávez me da mala espina. No le veo suficiente relevancia para alcanzar
esa importancia. Me he puesto a reflexionar sobre el asunto para tratar de
relacionar la acusación que se hace contra la oposición, la conspiración
permanente de Rangel, con un conjunto de
rumores que circulan en la opinión pública. Se habla de una reunión del general
Henry Rangel Silva con los colectivos urbanos de Caracas en el Parque Central.
En sus palabras dicen que resaltó la vinculación existente de la Fuerza Armada
con el pueblo. Al mismo tiempo circulan rumores de que se preparan hechos
violentos en Caracas con la finalidad de poder
justificar una posible suspensión
de las elecciones.
Escribir
sobre rumores me parece una falta de seriedad, pero dolorosamente, así se hace,
en estos tiempos, la política en Venezuela. La enfermedad de Hugo Chávez es un
buen ejemplo. Lo poco que se conoce es a través de rumores. Sigamos con el
tema. No es fácil interpretar el motivo de la reunión ni mucho menos la frase
en cuestión. Lo que voy a decir parece absurdo, pero es la única explicación
que encuentro. Llego a pensar que la reunión buscó tranquilizar a los
colectivos de manera tal que se sientan seguros de actuar en los hechos de
violencia que se preparan en Caracas con la certeza de que la Fuerza Armada no
los reprimirá. Estos grupos “reivindican la lucha armada y están dispuestos a
defender a Chávez a través de las armas”. Así lo reseñó la prensa nacional
cuando el escándalo del niño portando un arma en un acto de “La Piedrita”.
En
conclusión, la creación del Comando anti golpe debe alertar a la oposición.
Hugo Chávez se va a jugar el poder el 7 de octubre. Hará lo que sea necesario
para no perderlo. Eso hay que saberlo. Además, no se puede olvidar que fue
capaz de provocar la crisis del 11 de abril sin importarle las consecuencias.
La oposición debe prepararse para enfrentar cualquier maniobra
desestabilizadora, rechazar con gran fuerza, nacional e internacionalmente, la
acusación de que prepara una conspiración y señalar que no le es posible
reconocer previamente la legitimidad de las elecciones porque no existen
suficientes condiciones de equidad debido al permanente abuso de poder del
régimen chavista. Eso sí, el 7 de Octubre nos corresponde a los venezolanos de
vocación democrática asistir masivamente a votar y estar decidido a lanzarse a
la calle para hacer respetar la voluntad popular.
fochoaantich@gmail.com.
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