La forma arbitraria como el gobierno chavista ha encarado el
tema fundamental de la libertad de expresión, denota su desprecio absoluto
hacia la democracia establecida en una Constitución Nacional que estiran o
rompen a la medida de su gordura comunista.
La libertad de expresión no es solo poder manifestar libremente
el pensamiento propio, por cualquier vía, sino que también implica poder
hacerlo sin tener consecuencias negativas. Es decir, sin que te procesen,
insulten, descalifiquen, boten o te tengas que exilar o hasta morir para
defender tus ideas. La única limitante para libertad de expresión es el respeto
hacia los términos legales establecidos en las leyes. Nadie, alegando libertad
de expresión, puede difamar, mentir o dañar a otra persona. Tampoco incitar a
terceros a tales agresiones.
La libertad de expresión lleva conexas la libertad de prensa y
la libertad de información, ésta última referida casi en exclusiva al derecho
que tiene todo ser humano a buscar la información donde desee, a escoger el
medio impreso o electrónico, la televisora o radio que le va a suministrar la
información que necesita.
Sólo teniendo claros estos conceptos podemos medir el nulo
interés de este gobierno de al menos aparentar respeto por la libertad que
tienen no solo los periodistas y los medios sino todos los venezolanos de
expresar sus opiniones libremente, en el medio que escojan y sin consecuencias
negativas para ellos. Mientras más se cierra la ventana de la libre expresión,
más dictatorial es el régimen.
Aunque se disfrace de demócrata y sus seguidores repitan como
loros que en este país hay plena libertad de expresión porque hay columnistas y
periodistas que decimos lo que queremos, lo que no aclaran es la segunda parte:
que eso tiene consecuencias nefastas y que el gobierno usa todas sus armas para
silenciar las voces disidentes.
Hay que ser muy ciego o muy fanático o tener grandes intereses
económicos para no darse cuenta que en trece años y medio, la radio ha sido
amedrentada, amenazada y cerrada. Después del cierre de 34 emisoras y la salida
del aire de la mayoría de los programas de opinión que actuaban como tribunas
para el público, lo que hay en las emisoras venezolanas es una lamentable
autocensura, solo violada por alguna emisora que ya tiene poco que perder o por
algún ancla que bajo peligro de ser sacado del aire, se arriesga a alguna
crítica. Una a una, las figuras emblemáticas del periodismo libre venezolano
han salido del aire o les han obligado a “bajar el tono”.
Y quienes pierden son los ciudadanos, que cada vez tienen menos
espacios para la denuncia, para la comunicación de los problemas que les
afectan. Para nadie es un secreto que ni las emisoras comunitarias, ni las
televisoras y radios oficiales aceptan denuncias ciudadanas. Ellos están en
otro país, donde no hay problemas de agua, luz, vivienda o inseguridad. En el
país de los medios oficialistas solo existe una revolución, según ellos,
bonita.
Después del cierre de RCTV hace ya casi cinco años, cualquier
agresión hacia un medio de comunicación, es cosa menor. Si se atrevieron a
cerrar la planta más grande, la decana de la televisión nacional ¿no se
atreverán a cerrar una emisora de radio o una televisora local? Por supuesto
que sí. La Ley Resorte, las reforma a la Ley de Telecomunicaciones y al Código
Penal tienen como verdadero objetivo un férreo control de la información y la
opinión en los medios de comunicación.
Contraste entre democracia y dictadura
Vamos a estar claros que a ningún gobierno le gusta las críticas
de la prensa libre. Pero los democráticos la toleran mientras que los
totalitarios la persiguen. La revista Time, una de las más prestigiosas y
antiguas revistas del mundo occidental acaba de publicar en su portada una foto
del Presidente Barak Obama con una corona con los colores de la bandera gay. El
titular: ” Barak Obama. El Primer Presidente gay”. La frase que alude a que es
el primer presidente norteamericano que apoya abiertamente el matrimonio gay
podría también interpretarse en el sentido de que Obama tiene esa preferencia
sexual. Hasta este momento, Obama no ha insultado a la revista, a sus dueños, a
los periodistas, a la prensa libre, no ha mandado a recoger la revista, ni ha
enviado fiscales de impuestos para que le revisen hasta la última factura.
Tampoco ha ordenado que no le vendan papel para imprimir, ni los seguidores de
Obama han tapizado las calles de Estados Unidos con pancartas ofensivas para
Time. Eso es democracia.
En Cuba, esto no puede suceder. Ningun órgano de prensa critica
a los Castro, ni revela cómo ellos llevan sesenta años viviendo a costa de la
sangre cubana. Porque no hay prensa libre es que los cubanos han podido ser
adoctrinados, porque llevan sesenta años oyendo una sola campana, los libros o
periódicos de ese otro mundo donde hay libertades ciudadanas, han sido quemados
o prohibidos. Solo se lee, se ve o se escucha lo que le conviene a los amos de
la isla. No hay programas de opinión, la gente no acude a los periódicos para
denunciar sus problemas, no hay articulistas que escriban temas de interés
ciudadano. Dos periódicos hay en la isla: Gramma, gubernamental por supuesto y
el periódico del partido comunista, gubernamental para qué decirlo. Allí tienen
la medida exacta de la libertad en Cuba, pues la libertad de expresión es la
medida de las otras libertades.
Modernamente se atribuyen seis tareas fundamentales a la prensa:
1)servir a la democracia brindando información, discusión y debate sobre los
asuntos públicos 2)ilustrar al público para capacitarlo en el autogobierno 3)
proteger los derechos del individuo frente al poder del gobierno 4) hacer un
servicio al mercado, acercando a compradores y vendedores de bienes y servicios
mediante los avisos de publicidad 5) brindar entretenimiento 6) mantener su
propia autosuficiencia financiera para librarse de las presiones de los
intereses especiales.
Por qué atacan a Notitarde
Y por fin llegamos al punto, porque estas tareas son exactamente
las que hace cumplidamente Notitarde, diario que esta siendo atacado por el
oficialismo dirigido desde el Consejo Legislativo Regional, siguiendo la línea
del Presidente de la Asamblea Nacional. Hay que destruir el prestigio de este
periódico que en sus años de historia ha servido a la comunidad carabobeña como
norte y principio. Y todos los gobiernos se han molestado en algún momento con
el periódico que siempre está del lado de las libertades democráticas. ¿Cuántos
periódicos en el país tienen una página llamada “El pueblo en la redacción”
donde todos los que acuden pueden hacer sus denuncias y peticiones para que la
autoridad respectiva les atienda?¿Cuántos periódicos diversifican sus páginas
para ponerla al servicio de poblaciones del estado para que tengan esa ventana
informativa de salida nacional? Y en estas aciagas circunstancias del disfraz
de democracia que vive el país, ¿cuántos periódicos se han arriesgado a
mantener a columnistas que como yo, pueden resultar hasta peligrosos, solo por
defender el derecho a la libertad de expresión?
Esta ofensiva contra el periódico, bajo la ridícula acusación de
que como se cumplió un contrato publicitario de un candidato, aceptado por el
CNE y aprobado por el Seniat, llamado Aldalá Makled, quien no estaba acusado ni
juzgado cuando optaba por la Alcaldía de Valencia y publicaba sus avisos, tiene
el preciso objetivo de amedrentar, chantajear y silenciar a un medio de
comunicación que les dice la verdad en su cara. Verdades tan simples como que
este Consejo Legislativo no se ha ocupado de los casos de corrupción que
corroen las entrañas de su revolución, como el de la comida podrida de Mercal
en Puerto Cabello, o la contaminación de las aguas carabobeñas que están
enfermando al pueblo. Jamás han acudido como representantes de Carabobo a la
Asamblea Nacional a exigir recursos para la infraestructura del estado o para
mejorar los servicios de salud de los hospitales regionales. Al contrario, se
la pasan saboteando el presupuesto estatal y cualquier acción que emprenda el
gobierno regional, sólo porque no es de su tolda roja el gobernador.
Esta campaña contra Notitarde tendrá consecuencias. La primera
de ellas, que fortalecerá a todos los periodistas de esta casa, más claros que
nunca en que su función es ser los ojos, oídos y palabras de este pueblo que no
es escuchado por un Consejo Legislativo ocupado de servir a un hombre y no a quienes
los eligieron. Luego, las pancartas, grafittis, repetidores, calcomanías y todo
el material insultante contra Notitarde tiene un costo económico y un
responsable de su financiamiento. Malversar dineros públicos es un delito y más
temprano que tarde los responsables serán denunciados públicamente para que
paguen por su falta.
Por último, déjenme decirles que para gran arriechera de los
oficialistas, esos sucios manejos no hacen sino incrementar la fe que los
lectores tienen en la pulcritud de este periódico, que se está vendiendo como
pan caliente. Recuerden: cada vez que guindan una pancarta insultante, vendemos
mil periódicos más.
La denuncia contra Notitarde no tiene pies ni cabeza, pero la
malversación y la calumnia sí. Siempre recuerdo a los obnubilados que llegan a
creer que el cargo o el poder es para siempre, que yo como periodista he visto
pasar seis presidentes, cientos de Ministros, miles de gobernadores y alcaldes.
Todos ellos pasaron…y los periodistas seguimos aquí. Porque la prensa libre siempre
estará de frente a cualquiera que detente el poder y al lado del pueblo, que es
con el único que tenemos compromiso.
Charitorojas2010@hotmail.com
Twitter:@charitorojas
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