En Gaceta, la creación de los fondos
para administrar las prestaciones de los empleados del sector publico;
gobiernos, empresas públicas y administración descentralizada. El gobierno se
prepara a cancelar esas prestaciones sociales – un volumen aproximado a los 20
mil millones de dólares- con emisiones de deuda publica, como el mismo
Presidente lo adelanto un domingo en unos de sus shows dominicales: “les
pagaremos con papeles”.
GOBIERNO PAGA CON PAPELES DE DEUDA:
HAY QUE EVITAR EL LICUADO!!
De acuerdo con su práctica
financiera, es muy probable que el gobierno haya decidido pagar su deuda previsional
–prestaciones laborales- con un monumental licuado de esos pasivos; lo cual
implica reducir el valor real de esas deuda con una combinación letal
característica de la política económica en la ultima dedada: inflación y un
devastador régimen de represión financiera establecidos en el 2003, que como
colateral, ha servido para destruir el ahorro de los venezolanos; prohibición
para accesar la moneda fuerte, el dólar y remuneración del ahorro con intereses
reales negativos, todo un esquema financiero para el empobrecimiento de
millones de ahorristas.
El control de cambio, un régimen
establecido para el racionamiento de las divisas, ha sido el instrumento
–político- utilizado por el gobierno para imponer el impuesto inflacionario.
Conocemos que la inflación es en esencia un fenómeno monetario -y político-, y
que en estas condiciones los gobiernos transfieren poder de compra de los
ciudadanos al gobierno –fisco.
El control de cambio hace el milagro
de bajar las tasas de interés en un entorno inflacionario, particularmente en
condiciones de elevado endeudamiento público, y es de hecho un incentivo fiscal
del cual el Banco Central se ocupa al reprimir la capitalización del ahorro de
la gente con tasas de interés reales negativas. La deuda que el gobierno emite
es licuada –depreciada- por la inflación que el gobierno alimenta. Como puede
observarse, es un círculo vicioso de endeudamiento público, inflación y caída
del poder adquisitivo de la moneda y descapitalización del ahorro de la gente y
sus empresas.
INTERESES REALES NEGATIVOS: EL
GOBIERNO PREPARA UN COLOSAL LICUADO
Este ultimo componente de la fijación
de las tasas de interés, le permite al gobierno, o al banco Central actuando
como su agente de pagos, emitir deuda con intereses por debajo de la inflación,
de esta manera la deuda del gobierno se licua –deprecia- y el peso del
endeudamiento, al ser nominado con intereses por debajo de la inflación,
destruye el ahorro de la gente; es decir, es trasladado al consumidor, al
contribuyente, sin distingo en su ingreso. En los hechos ese régimen de
represión financiera construido a través del control de cambio se convierte en
el vehículo para transferencia de poder de compra de la gente al gobierno, el
ahorro se deprecia y el ingreso fiscal en manos del gobierno se expande, es el
impuesto inflacionario en pleno desarrollo.
Los incentivos fiscales actúan
entonces en base una creciente deuda pública emitida en bonos con rendimientos
negativos, los que al pasar a los portafolios y al ahorro de la gente se
deprecian en términos reales, los bonos emitidos como deuda pierden valor en el
mercado, y su rendimiento es ajustado por debajo de la tasa de inflación. Solo
los bancos y algunos fideicomisos compensan el rendimiento negativo de esos
instrumentos de deuda publica por la velocidad que ellos imprimen en el mercado
del dinero, la elevada rotación de esos papeles, que superan los descuentos en
sus precios y en intereses reales negativos, las ganancias en ese mercado
permiten a los bancos superar el entorno de represión financiera y recuperar
las perdidas producidas en la intermediación del ahorro de la gente. Sin
embargo, el ahorrista e inversionista medio hacia abajo pierde por ambos lados,
por depreciación del capital –principal- y por rendir por debajo de la inflación.
BONOS QUE PIERDEN VALOR PARA PAGAR
PRESTACIONES SOCIALES
En esas circunstancias
económico-institucionales el anuncio del pago de las prestaciones sociales,
adeudadas a los trabajadores por el Estado, es fundamental alertar a la opinión
publica y a los venezolanos directamente afectados, sindicatos y familias, que
como sus activos laborales serian cancelados con deuda publica, de acuerdo a
aquella amenaza del Presidente en un programa dominical, acerca que “las
pagaría con papeles”, aunque no es per se una maldición, pero como los
intereses de esos bonos son menores que la inflación, el incentivo básico del
gobierno es depreciar el ahorro, al disminuir el valor real de sus deuda, de
manera que en su conocida colosal circunvalación de endeudamiento, el servicio
y costo de esa deuda disminuya en el tiempo, al mismo ritmo que la gente pierde
cuando contabiliza los bonos públicos como parte de su ahorro.
Es parte de la misma ecuación en la
economía política que construye a un Estado/Gobierno rico y una población
empobrecida bajo una establecida razón política: nomenclatura y burocracia
publica, operando bajos los incentivos de diversos socialismos, estatismos, y
de la tragedia de los comunes, administra la renta de empresas del Estado e
impuestos con los incentivos del derroche, mala asignación de recursos y la
corrupción.
INDEXAR LA DEUDA QUE PAGA LAS
PRESTACIONES: LA SOLUCIÓN
En esas condiciones, es vital obligar
al gobierno a través de los órganos representativos, sindicatos, asamblea
nacional, administración descentralizada, a que el pago de los pasivos
laborales, o prestaciones sociales se haga con deuda, pero con condiciones
financieras apropiadas para combatir la depreciación del ahorro causado por la
inflación; es decir, indexando el instrumento de pago de esa deuda laboral, en
otras palabras con intereses o rendimientos superiores a la inflación esperada.
La indexación de la deuda publica
–bonos públicos- puede darse varias maneras; el objetivo de todas esas formas
es la protección del ahorro frente a la depreciación causada por la inflación,
los bonos si no son emitidos en moneda extranjera, moneda que el gobierno no
emite y por tanto no puede depreciar, se pueden emitir con rendimientos
superiores a la inflación o indexando el “principal” o capital. En otras
palabras, si la inflación esperada anual evaluada en el Presupuesto es 25%, el
rendimiento –tanto a vencimiento como el efectivo- generado por los mecanismos
de indexación de esos bonos no podrá ser inferior a esa inflación esperada. El
impacto inmediato sobre el ahorro del trabajador que se cuenta como
prestaciones sociales en los fondos dispuestos para tales fines es positivo, es
decir, el tiempo no se comerá ni el capital ni los rendimientos. El impacto no
se detiene acá, en las cuentas fiscales es contundente, el incentivo de
endeudamiento disminuye de manera inmediata, el gobierno o se mete la camisa de
responsabilidad fiscal, o decide montarse en una plataforma de default.
Seguiremos en una próxima nota en la
explicación y descripción de los diferentes mecanismos de indexación de la
deuda pública.
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