En apretada síntesis, la campaña de Elecciones Primarias logró unir al país en torno a los liderazgos de los partidos políticos, en la esperanza de que sabrán interpretar las exigencias de una conducción conforme al deseo de una sociedad consustanciada .indisolublemente con la democracia.
A un grito de: “¡Queremos
primarias!”, de no sabemos quién, todo el mundo se embarcó en esa nave y
comenzaron a izar velas. Quizás no fui el único, pero si uno de los que
manifestó su desacuerdo con esa metodología para escoger los candidatos de
oposición. Pensaba y lo expresé así, que era un esfuerzo innecesario con
distracción de recursos económicos y desgastes físicos humanos que bien podrían
ahorrarse si el problema lo dilucidaban los actores políticos fundamentales:
los partidos políticos. Hoy, a pocos días para llegar a las Elecciones
Primarias, que será el próximo domingo, debo confesar, no que estaba equivocado
en el planteamiento, sino que al momento de sopesar la situación se me
escaparon algunos elementos que en el trayecto han aflorado con signo positivo
y de alto valor a los fines perseguidos. El singular empeño de celebrar elecciones
primarias le ha aportado a la oposición venezolana una fuerza inconmensurable.
Pudiéramos decir que el
primer logro de la campaña de Primarias fue un reencuentro de las bases
populares del país con el bloque dirigencial –tanto de las viejas remesas como
de las nuevas-. Para nadie es un secreto que las fichas del oficialismo estaban
convencidos de que la gente de las urbanizaciones populares, de los barrios, de
las zonas rurales, se batirían fieramente en intento de evitar la entrada de
los factores de oposición a sus áreas geográficas. Sucedió lo contrario, en
cada rincón del país, en cada comunidad visitada, la bondad, la compresión, la
aceptación y la hospitalidad fueron las protagonistas. Se evidenció en esos
gestos que en lo más profundo del sentimiento de los venezolanos fluye el deseo
de verdadera democracia; de democracia a la par de la que se practica en la
República de la India, considerada la democracia más grande del mundo y donde
la tolerancia señorea.
En preeminencia con el
anterior, otro logro de la campaña de Primarias, que ya hemos señalado en
varias ocasiones, es la demostración de vínculos unitarios compactos que ha
dado la clase dirigencial de oposición. El oficialismo apostó, en grandes
volúmenes, al fracaso de la unidad en la gama de posiciones ideológicas y
doctrinarias que dinamizan a los partidos políticos. Se regodeaban en la idea
de que, frente a las circunstancias políticas que vive la República, la persona
que podría lograr una excepcional unidad, denominada en principio “Partido
Único”, luego, “Partido Socialista Unido” y después, “Polo Patriótico”, que en
nada de esas cosas ha quedado, era el Presidente Hugo Chávez. Resulta que la
oposición llegará este domingo próximo a las elecciones primarias para escoger
sus candidatos con una envidiable robustez unitaria y una decisión
incontrolable de dejar atrás todo residuo sólido de sectarismo y exclusión.
En apretada síntesis, la
campaña de Elecciones Primarias logró unir al país en torno a los liderazgos de
los partidos políticos, en la esperanza de que sabrán interpretar las
exigencias de una conducción conforme al deseo de una sociedad consustanciada
.indisolublemente con la democracia.
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