Te sugiero que cojas pausa, no te queda nada
bien el desespero. Menos bien te luce con ese rostro hinchado y regordete que
deja ver una pequeña porción de tus ojos.
La rabia nos coloca a veces en posiciones
desdibujadas. Es mala consejera y los hombres públicos deberían esconderse
cuando la llevan por dentro. En resumen, era mejor que permanecieras calladito
Esteban.
Ayer jueves luciste movido en la foto.
Regresaste desde el hueco, para presentarte a la opinión como lo que eres;
vengativo, rencoroso y poseído de un ego que destruye los buenos sentimientos.
Esos tres milloncitos te hicieron daño y aún cuando intentaste esconder ese
daño, se te vio el bojote.
Comenzaste afirmando que no tenías ningún interés
en las primarias, que eso no te preocupaba, para dar pasos dislocados que
se pasearon desde un juicio sumario por
quemar los cuadernos de votación, hasta el uso inclemente de la palabra
burguesía para dirigirte a los que votaron el domingo. Los cuadernos de
votación de tu partido, se quemaron antes de usarlos, pues tu dedo soberano
decidiría por los electores a los que tú mismo les hiciste fraude. Saca la
cuenta de los minutos que hablaste ayer sobre las primarias y luego te paras en
el espejo y te tratas de convencer a ti mismo de que no te importó ese evento.
Afirmaste que la oposición “sólo” obtendrá en
octubre seis millones de votos –reconocimiento implícito- de que somos una
parte importante del país que deberías gobernar. Seis millones de votos somos
al menos casi la mitad del país. Somos Esteban, somos parte del país que
juraste gobernar y aunque sigas negándonos, somos la mitad de esta patria. No
puedes continuar desconociéndonos y tildándonos de burgueses, escuálidos e
imperialistas. Hacerlo, significa desconocer la realidad que se te está
viniendo encima.
Durante las dos últimas semanas te has empeñado
en afirmar que ganarás las elecciones en octubre. Lo has jurado por el pueblo,
por la espada, por Bolívar y por cuanto santo se te ha ocurrido. No me
impresiona, pues ya antes lo hiciste, cuando juraste que sacarías diez
milloncitos, que ganarías la consulta sobre los cambios a la constitución y que
darías un golpe fulminante en las elecciones de la Asamblea. Tampoco lo
lograste en las elecciones de los gobernadores, pues aunque te duela
reconocerlo, perdiste en los estados más poblados. Hace rato que dejamos de
creer en tus gritados juramentos.
En el aeropuerto de Maiquetía, una agencia del
extinto Banco Federal –intervenido en Junio de 2010- todavía tiene su nombre
colgado en la fachada. Una vieja calcomanía anuncia que próximamente será un
Banco del Tesoro. Han pasado casi dos años. Esa es sólo la muestra de un
gobierno que habla mucha paja y hace poco. Se termina febrero y todavía no
anuncian los precios regulados. Así es todo Esteban. Así como tu promesa de
ganar las elecciones. Puro relincho y peos.
@pereiralibre
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