Sólo la verdadera unidad tiene
posibilidades de triunfar y aún así la tarea no será fácil. Así, dejemos de
lado los comentarios mordaces, las pretendidas diferencias ideológicas y
preparemos desde ya los equipos necesarios para defender y proteger el voto.
Ganar las elecciones del 7 de octubre
es esencial para salir del caos al que nos ha conducido el actual régimen, sin
embargo, la tarea no se presenta fácil, son demasiadas las ventajas que tiene
en sus manos el gobierno a pesar que su popularidad ha venido cayendo
sistemáticamente.
Por un lado Chávez tiene importantes
reservas monetarias en los diversos fondos extra presupuestarios que maneja a
discreción, pero si eso no fuera suficiente para sazonar la campaña con dádivas
de todo tipo, cuenta con un obsecuente CNE que hasta ahora se ha negado a
entregar el REP a los partidos de la oposición, mientras que si dispone del
mismo el PSUV.
El CNE debe asegurar la igualdad entre
los contendientes por lo tanto el REP debe ser entregado al candidato
seleccionado el 12 de febrero y lo lógico fuera antes a la MUD.
Además, en la mecánica orquestada para
atemorizar a los votantes que, de una u otra manera dependen del gobierno para
vivir, anuncian la barbaridad que van a colocar las capta huellas al lado de la
máquina de votación. Eso no se hace en ningún país en el mundo.
La oposición debe dejar de lado la
estéril polémica sobre las alianzas entre los precandidatos y las pretendidas
diferencias ideológicas entre uno y otro grupo de partidos políticos que los
apoyen. ¿O es que acaso esa diferencia afecta la unidad perfecta para vencer a
Chávez? ¿No existen ya unos lineamientos programáticos de la MUD aceptados por
la mayoría de los precandidatos?
La pelea no es entre Capriles, Pablo
Pérez y María Corina, cualquiera de ellos pudiera a justo título ser el
abanderado de la oposición. Lo fundamental es que sea quien sea que gane las
primarias, se solidifique la unión de todos para superar el ventajismo del
gobierno, reclamar y movilizar a la población para exigir elecciones limpias y
que el CNE cumpla con lo que la ley le exige. Todos unidos deben denunciar y
reclamar que se pretenda abusivamente colocar las capta huellas en las mesas de
votación y exigirle al CNE que se detengan las abusivas cadenas presidenciales.
La campaña electoral después del 12 de
febrero no será un encuentro amistoso de softball, será un juego de pelota
arreada. Si todos los precandidatos que no hayan logrado ganar las primarias no
se unen con sinceridad y entusiasmo a apoyar al que en buena lid triunfó, las
posibilidades de vencer el 7 de octubre serán remotas para no decir imposibles.
Sólo la verdadera unidad tiene posibilidades de triunfar y aún así la tarea no
será fácil. Así, dejemos de lado los comentarios mordaces, las pretendidas
diferencias ideológicas y preparemos desde ya los equipos necesarios para
defender y proteger el voto en todas las mesas electorales de Venezuela y para
que eso se logre todos sin excepción somos necesarios.
Viva la unidad, dejemos de lado el
sectarismo.
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