"Los demócratas venezolanos tenemos muchísimas razones para haber anhelado con entusiasmo que el 2012 llegara pronto, y ya llegó."
Aunque algunos le temen por la difundida tesis de que el fin del
calendario maya significa que no habrá más años que contar para la humanidad,
lo cierto es que los demócratas venezolanos tenemos muchísimas razones para
haber anhelado con entusiasmo que el 2012 llegara pronto, y ya llegó.
Este año será cualquier cosa, menos aburrido, aunque esa falta de
aburrimiento será en alguna medida producto de la tensión, más no diversión. La
nueva mayoría electoral y política del país desea un cambio de gobierno y así
lo expresará en las urnas de manera contundente, pero al mismo tiempo el
presidente-candidato, su hegemónico partido y algunos altos oficiales de la Fuerza
Armada, han dejado claro que están dispuestos a hacer prácticamente lo que sea
para mantenerse en el poder. Esto evidencia que estamos en medio de una
situación política particularmente compleja y en la víspera de grandes
acontecimientos históricos.
Por nuestra parte, el fortalecimiento de la Unidad y el apego a la
agenda trazada han sido, y seguirán siendo, la clave para alcanzar el éxito.
Concurrimos unidos a las elecciones parlamentarias de 2010 y obtuvimos la
mayoría de los votos; firmamos un acuerdo de gobernabilidad el pasado 26-S que
echa las bases para una transición exitosa; el próximo 23 de enero se
presentarán los lineamientos programáticos para el nuevo gobierno; y
finalmente, el 12 de febrero todos los demócratas inscritos para votar elegiremos
a nuestro candidato presidencial, que esa misma noche se convertirá en el
abanderado de toda la Unidad Democrática y en próximo presidente de Venezuela.
De ahí en adelante se enfrentarán la fuerte esperanza de un futuro
mejor y el inmenso deseo de cambio que abriga hoy la mayoría del país, por un
lado, con un nefasto presente que ya es también pasado tras 13 años en el
poder, por el otro. Este último exhibiendo como saldo más de 160 mil homicidios
perpetrados bajo su gestión, una inflación galopante estimulada desde el propio
gobierno, el récord histórico en expropiaciones e intervenciones de empresas,
fincas e inmuebles y su consecuente repercusión en la caída de la productividad
y la inversión, el déficit más abismal que se haya conocido en materia de
viviendas, y el más escandaloso nivel de endeudamiento público que se haya
registrado, entre otras cosas.
Pero a pesar de tan espeluznante récord, el régimen conserva cierta
fuerza popular -aunque cada vez menor-, practica el ventajismo sin tapujos,
utiliza para su beneficio de manera descarada los recursos del Estado, controla
las instituciones, cierra y golpea a los medios que lo adversan, hace uso a
discreción del terrorismo judicial y fiscal, y cuenta con una maquinaria de
publicidad y propaganda nada despreciable. Por todo ello, es un adversario
poderoso e inescrupoloso al que se le puede vencer -como ya lo hemos hecho-,
pero en ningún caso está derrotado de antemano.
En conclusión, la campaña de este año no será un paseo por un jardín de
rosas. Por el contrario, promete ser todo un camino empedrado donde incluso
habrá algunas minas, pero la recompensa que está al final de ese camino bien
vale la pena. Quedamos todos advertidos y conscientes también de que no será
suficiente sacar más votos, sino que habrá que hacer valer la victoria frente a
quienes no saben y no aceptan perder.
Llegó el 2012, el año de las chiquiticas. Por lo que a este servidor y
su partido respecta, decimos: PRESENTE.
cipriano.heredia@gmail.com
@CiprianoHeredia
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA