Estamos
finalizando el calendario 2011, época propicia para compartir, perdonar y amar,
y para realizar análisis que nos permitan reflexionar sobre nuestros actos,
vivencias y todo aquello que hicimos, o, en el peor de los casos, dejamos de
hacer. Iniciemos esta introspección, analizando nuestro actuar de forma
colectiva.
Pensemos en
las respuestas que les dimos a las diferencias relacionales con nuestros
semejantes. Veamos si eso que hicimos en verdad valió o no la pena. Si la
respuesta es afirmativa, sonríe, si es negativa, mira a ver si puedes aún
enmendar ese error, pues soy de las que piensan que más valen los actos de amor
que las frases célebres, y que todo debe ser en vida.
Otro aspecto
que te invito a que observemos es el incremento de la delincuencia que en
Venezuela viene azotando. A alguien le escuché decir: "los venezolanos nos
caracterizamos por nuestra solidaridad", y creo que puede tener razón, aún
cuando no estoy convencida del todo. Pienso, más bien, que esta característica
se confunde con el folclorismo y morbo que asumimos ante los fenómenos sociales
que se viven día a día.
Dentro de
este aspecto me preocupa que se sigan presentando episodios donde la vida es la
que responde, y me duele que la respuesta sea inhumana, pues con incrementar
una fuerza para buscar salvaguardar la vida, no creo que se dé solución a una
problemática social. Otro elemento para analizar es el que tiene que ver con la
cultura, creo que falta compromiso y visión frente a lo que se quiere.
Analicen
algo: cada vez que aquí ejecutan actos culturales en las escuelas, no se logra
sentir el valor por lo nuestro. Se realzan, y quizás con mucha vehemencia, las
bases de otras culturas que no se alejan de la nuestra, pero que no nos son
propias. Hago una salvedad: no estoy degradando las diferentes culturas que
hacen que Venezuela sea un país con
diversidad étnica, donde oriento mi reflexión es hacia aquellas personas que se
niegan a trabajar por nuestras raíces desde sus funciones públicas.
A ellos los
exhorto a que se tracen un plan de trabajo cultural, donde se involucre lo
privado, lo social y, por ende, lo estatal, pero con objetivos que busquen que
el venezolano y la venezolana crezcan en este aspecto.
Continuando
con las reflexiones, analicemos al interior de cada familia la manera cómo estamos
edificando sociedad. Es triste ver en los titulares que los sicarios que han
enlutado a muchas familias en las ciudades y pueblos no han cumplido la mayoría
de edad. A ti, papá, mamá, te pregunto: ¿Qué está pasando? ¿Dónde quedó la
educación con valores, respeto y tolerancia? ¡Creo en un mundo mejor!, estoy
convencida que el Creador no formó esto para que nos acabáramos. Considero que
sí se puede lograr educar a unos hijos (as) que no se vean tentados por unos
bolívares a cambio de quitar la vida a otro ser humano.
Por último,
te invito a que traces unas metas de desarrollo personal, familiar y social que
generen bienestar y edifiquen una mejor nación. Venezuela te lo agradecerá.
Amemos nuestro país que clama ser una nación donde la dicha y la paz estén
presentes. Recuerda que la naturaleza es sabia y no se queda con nada, y más
tarde que temprano, ella retribuye o cobra a quien mal hace. Así, mis asiduos
lectores, reciban un saludo de paz y bien, compartan con la certeza que este
nuevo año estará enmarcado por la prosperidad, el amor y el respeto. Desde ya,
los invito a brindar por la alegría y bienestar que el año 2012 nos deparará.
britozenair@gmail.com
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