El continuismo me tiene harto. Hoy hablo por mí, tal vez coincidiendo con unos o muchos de mis amigos y compatriotas. Yo no quiero más imposiciones y gritos insolentes y ofensivos, no me calo más arbitrariedades y atropellos, ni impulsos impensados y no planificados que se convierten en políticas de Estado que nos llevan al fracaso; no soporto más ineficiencia y corrupción impune, ni acepto que la violación de la Constitución sea la norma. Cambiamos o cambiamos. Este 2012 nos trae el desafío, y es para entrarle con todo; no hay espacio para ser indiferentes o tibios; no es tiempo de hacer “lo que yo pueda”, o “lo que podamos”, no, es tiempo de hacer también lo que luce imposible. Cambiamos o cambiamos.
Debemos entrarle al ya próximo año con ánimo de triunfar. La tarea comienza por la escogencia del Candidato de la alternativa democrática. En las primarias del 12 de febrero debemos participar todos, aún aquellos de nosotros que sostenemos que votaríamos el 7 de octubre por cualquiera que sea el electo en primarias, en el entendido de que las seis opciones que se nos presentan, -Henrique, los dos Pablo, Leopoldo, María y Diego- son mejores que el continuista, quien ni enfermo como está rectifica sus políticas de atropello e imposición. No basta pues con votar el 7 de octubre, debemos hacerlo el 12 de febrero como testimonio de resteo contra el continuismo, y como mensaje al resto de nuestros compatriotas, para que sepan que hay una nueva mayoría apostando a democracia y progreso.
Electo el Candidato del cambio, afianzaremos el compromiso de quienes estamos cansados de los trece años de Chávez en el poder que, en dos siglos de vida republicana, es quien ha perdurado más en la presidencia de la República, haciendo excepción de Juan Vicente Gómez, quien sometió al pueblo de Venezuela a una dictadura de 27 años. El segundo paso nos debe llevar a conquistar el corazón y la voluntad de muchos compatriotas que, engañados por la publicidad oficial y el discurso apabullante y demagógico del Presidente, creen que no hay otra salida, o simplemente prefieren agarrarse falsamente de “lo seguro”.
Tenemos que revelarnos como pueblo. El pueblo grande que fuimos y somos no puede dar más manifestaciones de sumisión: “Gloria al Bravo Pueblo que el yugo lanzó”. El yugo se ha venido endureciendo en los 13 años ya transcurridos, que serán 14 al final de este período, y que sumándole los seis a los que aspira el Presidente al solicitar la reelección, totalizarían 20. Si esos seis años que vienen (2013-2019) fueran para el continuismo, la hegemonía sería mayor: “Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía”, expresó Bolívar.
Tenemos derecho a sacudirnos este gobierno malo con ganas, que basado en la demagogia y el engaño nos lleva al comunismo a la cubana. Está en nuestras manos el cambio. Catorce años seguidos es demasiado, veinte años por nuestra indiferencia, inacción o acción medida y limitada sería imperdonable. Vamos a darle. Cambiamos o cambiamos.
Unas últimas frases adicionales, al ser éstas mis últimas reflexiones públicas en el año que concluye. Si Dios lo permite estaré de vuelta en la segunda semana de enero. Deseo para todos Feliz Navidad y que 2012 nos encuentre de pies, prestos al cambio.
pacianopadron@gmail.com
@pacianopadron
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