El 2012 fue siempre marcado
como el fin de los tiempos, el fin del mundo del calendario Maya. Toda mi
juventud me la pase leyendo que el último año del mundo sería el 2012. Sin
embargo, a los albores del supuesto último año de la humanidad de lo que
hablamos en Venezuela es que pasará con las elecciones de 12F y del 7O del año
próximo. Lo que suponía en mi juventud sería un año espiritual, dedicado a como
enfrentaríamos como individuos ese supuesto final del mundo se trastocó en una
película política que no sabemos cómo terminará, y con todos nosotros como
protagonistas estelares.
Recuerdo una vez que en los
años 70’s paso un helicóptero encima de Caracas dejando caer una lluvia de
papelitos anunciando que el Avila se abriría en dos y entraría el mar. El
papelito indicaba que se debía evacuar la ciudad ante la inminencia de la
tragedia. Era una predicción hecha con una seriedad tal, incluyendo fecha y
hora, que no fueron pocos los que huyeron de la ciudad esperando que realmente
se abriera la montaña. Recuerdo que varios amigos, muchachos valientes, nos
sentamos en un muro con vista al Avila esperando que se abriera el cerro. No se
oía ni un ruidito en la calle. La gente como que se tomo en serio la cosa que
se quedó en su casa. Nosotros hasta el último momento contuvimos el aliento por
aquello que “de que vuelan, vuelan”, pero no pasó nada. Nos reímos mucho
después pero en el fondo, dudamos asustados. La incertidumbre nos comió. Pocos
tal vez se acuerden del incidente pero creo que ahora tiene significación en
los eventos que tendremos que enfrentar el próximo año 2012.
El 12F es el punto de
partida de la oposición en el marco de una campaña política como jamás hemos
tenido en la Venezuela moderna. Lo que pasará el 12F marcará el rumbo de casi
todo el 2012 hasta las elecciones presidenciales de octubre. El mensaje y la
oferta electoral del precandidato de hoy y del candidato luego del 12F es la
clave de la respuesta esperada del gobierno. Un mensaje de coexistencia
pacífica de la oposición indicaría claramente que el gobierno estaría mucho más
a gusto y tranquilo a la hora de cantar una victoria fraudulenta. Un mensaje claro
de exigir condiciones transparentes y no tolerancia a las arbitrariedades que
se puedan concretar, nos indicarán una respuesta violenta, dada la posición de
los factores oficialistas de no querer entregar el gobierno en el 2012. ¿Cual
de las dos posiciones prevalecerá en nosotros? Incertidumbre…
La situación mil veces
denunciada por la sociedad civil y los especialistas en el tema electoral
alrededor de la depuración del Registro Electoral Permanente, la presencia de
la Observación Internacional, el nuevo sistema de votación con captahuellas
violatorias del secreto al voto, la presencia de la Milicia Bolivariana,
claramente oficialista, como “cuidadores” de la voluntad popular, todavía no ha
sido abordada de una manera satisfactoria para todos por los principales
partidos de la Unidad Democrática agrupados en la MUD. Es un silencio cómplice
que se oye. Si las condiciones bajo las cuales vamos al 7 de Octubre son las
mismas que tuvimos en las elecciones del 2006 vamos directo a repetir la
derrota. Y los partidos dirán lo mismo que en diciembre de 2006: como somos
demócratas, aceptamos la derrota y esperaremos hasta las próximas elecciones. Y
volveremos a perder. ¿No fue Einstein quien dijo que la definición de estupidez
era hacer las mismas cosas y esperar resultados diferentes?
Un candidato de la oposición
democrática que no tenga de entrada para medirse las condiciones mínimas de
transparencia en ese proceso, no debería concurrir a ese encuentro y denunciar
al árbitro. Y en eso tiene mucho que ver el carácter personal del próximo
candidato y su posición frente a las ejecutorias del gobierno en materia
electoral. Los venezolanos deberemos juzgar cual de todos los precandidatos
podría enfrentarse con éxito en este juego macabro en el que el gobierno pondrá
a nuestro candidato. ¿Aceptará o no aceptará las condiciones claramente
obscuras del CNE? Incertidumbre…
De todos los precandidatos
que han expuesto sus puntos de vista en relación a esta materia solo hay uno
que ha dicho claramente que no las aceptará: Diego Arria. ¿Y porque el resto de
los precandidatos no se han pronunciado al respecto? Incertidumbre de nuevo…No
sabemos cuáles son las razones que los mueven para evitar confrontar al CNE
como árbitro y exigir condiciones transparentes. Hay un velo a través del cual
gran parte de los venezolanos no hemos podido apreciar por que la oposición
representada en la mayoría de los precandidatos todavía no ha asumido una
posición clara respecto a la situación del árbitro. Algunos piensan que temen a
que los venezolanos le pierdan confianza al voto y no vayan a las elecciones.
¡Qué poca confianza en la madurez de los electores venezolanos después de más
de medio siglo votando! ¡Todavía existe incertidumbre en lo que harán los
electores si se les dice que tenemos que obligar al árbitro para que existan
condiciones mínimas para los participantes! Y quien deberá llevar la voz
cantante de eso a partir del 12 de Febrero del 2012 será el precandidato que
resulte electo. ¿Y ustedes creen que quien no se haya pronunciado respecto a
las condiciones del árbitro antes del 12F, lo hará después del 12F? No lo
sabemos. Incertidumbre de nuevo…
Un candidato a la
Presidencia que no tenga ataduras de ninguna naturaleza puede reducir los
niveles de incertidumbre de la población indicando una lucha frontal por
condiciones transparentes. El año próximo vamos a elegir al candidato que
confrontará a la peor amenaza que la democracia venezolana ha tenido en tal vez
toda su historia. La experiencia y la teoría me indican que debemos reducir lo
máximo posible los niveles de incertidumbre, es decir lo que no sabemos, para
poder salir con bien de esta pesadilla. No sabemos porque la oposición
representada por varios precandidatos se niega a discutir y a denunciar las
condiciones básicas para concurrir a una elección presidencial. No sabemos si
existen intereses ocultos detrás de esta elección que hagan que cierta
oposición le interese coexistir con el chavismo después de las elecciones, lo
que hace dudosa la posición de algunos precandidatos ante los graves delitos
cometidos por esta administración y denunciados hasta la saciedad por la
sociedad venezolana. No sabemos, no sabemos, no sabemos. Incertidumbre…
Ante este cuadro difícil, la
recomendación de este escribidor es respaldar al precandidato que garantice los
mayores niveles de certidumbre posibles en un año lleno de incertidumbres. Y de
acuerdo a lo que se ha expresado públicamente, el único precandidato dispuesto
a exigir condiciones mínimas de transparencia al CNE a partir del 12F es Diego
Arria. A veces es difícil explicar lo que uno ve (o cree ver) claro y ni aún
así la gente se convence. El Avila no se abrió en los 70’s como muchos
creyeron, pero la incertidumbre y la duda asustadiza, como antes, aún
prevalecen. Si la oferta de algún precandidato solo se redujera a lograr las
condiciones mínimas para concurrir al proceso electoral para elegir con
legitimidad al próximo Presidente de la Republica, esto sería más que
suficiente para darle mi voto con toda certidumbre…
¡Que tengan todos un Feliz
Año 2012 con mucha paz y sin incertidumbre!
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