No me refiero al frio que está
pegando en Caracas, ya que los abusos de los motorizados, de los
automovilistas, de los asaltantes, de los maleducados que arman bonches
escandalosos hasta altas horas de la madrugada, de la basura, así como de las cadenas y diarios insultos del
teniente coronel lenguatón y patán no permiten que la otrora sucursal del cielo
sea una ciudad cálida, ni cuando hace calor, ni cuando pega pacheco.
Tampoco me refiero a la
propaganda del conocido y excelente hotel en la sierra de Santo Domingo.
Cuando pienso en la calidez del
frio viene a mi memoria un país como Canadá, en donde la gente es respetuosa de
los derechos de los demás, en donde no hay emisoras de radio llamadas
comunitarias financiadas por los
petrodólares de un régimen que practica un Totalitarismo Siglo XXI, ni vulgares
“formadores de opinión” que en las televisoras gubernamentales incitan al odio
e impunemente insultan con la complicidad de jueces sumisos. Tampoco en ese
país civilizado, en donde conviven en armonía muchas culturas, hay
profesionales deshonestos que avalan atropellos con su silencio cómplice o con
sus acciones orientadas a justificar las violaciones a la Constitución y a las
leyes. Desde luego no hay presos políticos, ni exiliados.
Por mucho que el termómetro
llegue a marcar hasta 30 grados bajo cero, se siente la calidez del frio, calidez
que no podré sentir junto a mi hijo, nuera y tres nietos que lo disfrutan en
Markham, cerca de Toronto. Esta calidez del frio también la perciben mis
compañeros exiliados de Gente del Petróleo que trabajan en Fort Mc Murray, en
Edmonton y en Calgary, ayudando a extraer y procesar petróleo de las arenas
bituminosas. Gracias a estas arenas y al empeño de canadienses y expatriados,
hoy Canadá produce 3.336.000 barriles por día, cuando en 1970 solo producía
1.473.000 barriles diarios.
También tenemos compatriotas en
Noruega, país que no producía ningún barril en 1970 y hoy extrae 2.137.000
barriles por día.
En Bogotá, donde desde luego no
se siente tanto frio, nuestros
compatriotas también perciben la calidez del pueblo colombiano y han
contribuido a que la producción pasara de 226.000 barriles por día en 1970 a
unos 900.000 barriles diarios.
Desde luego los incrementos
señalados se deben tanto a la disponibilidad de buenos recursos humanos, como a
políticas de apertura para atraer, además de talento, tecnología e inversiones.
Mientras tanto, en Venezuela
padecemos de escasez de gasolina, todas las semanas hay incendios y paradas no
programadas en las refinerías, accidentes de trabajo y la producción sigue en
descenso. Aquí cuando hace un poco de frio, como en estos días, solo se siente
el calor de la confrontación entre los venezolanos, confrontación que aspiramos
erradicar cuando en octubre desaparezca políticamente el sembrador de cizaña.
Mis mejores deseos por una
Feliz Navidad y mejor 2012 para todos los compatriotas que han tenido que
exiliarse en una treintena de países, además de los citados, en Perú, Chile, Australia, Arabía Saudita,
Emiratos Árabes, Reino Unido y España, entre otros. Aspiramos que pronto puedan
regresar y recitar con el poeta Pérez
Bonalde en su Vuelta a la Patria: “
..Decidle que mientras estuve ausente, ni un día, ni un instante hela
olvidado”.
También mi respeto y
recuerdo a los presos políticos, que en
la frialdad de sus ergástulas perciban el calor de quienes no los olvidamos ¡No
más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA