En Venezuela se ha deparado un reparto de pobreza de tal modo, que ha constituido la mayor hazaña de esta gestión gubernamental.
Con la obstinada idea de aplicar un modelo político superado históricamente, este gobierno pretende imponer determinaciones sin medir sus consecuencias. Pareciera tratarse de una conjura contra el país cuyo grado de asechanza estuviera signado por una relación exponencial que eleva los efectos de forma grosera y desvergonzada. Tanto que en medio de tan burdas realidades, estos gobernantes se empeñan en un socialismo a juro a fin de reacomodar el funcionamiento del país en términos de escuetas variables. Aunque todas precedidas y presididas por el capital proveniente del petróleo para entonces redistribuirlo mezquinamente hacia adentro. Y dadivosa y lujuriosamente hacia afuera.
Según tan controvertido criterio, las finanzas públicas se han mermado sin compensación alguna que bien hubiese podido traducirse en incentivo al desarrollo nacional. Sin embargo, todo ha funcionado al revés. Se ha deparado un reparto de pobreza de tal modo, que ha constituido la mayor hazaña de esta gestión gubernamental. De acuerdo a cómo han retrocedido los indicadores económicos y sociales, deberá reconocer que las ejecutorias del gobierno han sido para asegurar al presidente como blasón toda vez que las decisiones de los poderes públicos han tendido a favorecerlo por encima de los mismos preceptos constitucionales. Es decir, el Ejecutivo Nacional ha funcionando a instancia del juicio: “todo para Chávez” lo que refleja la atrofia legal y la anomia pública que viene instituyéndose casi a manera de “aclamación al dictador”.
La politiquería ha insumido a la función pública. Ha sido tan anodina su praxis, que sólo ha servido para manipular la opinión en aras de posicionar al presidente más como líder del partido de gobierno que como responsable de la conducción de una nación geopolíticamente comprometida con el resto del mundo. No obstante, tan magnánima competencia no perturba el ejercicio de un proselitismo que sólo anda en búsqueda de votos y lealtades. Aunque no para resolver los problemas que mantienen entrampado al país en el lodazal de la antipolítica y en la exagerada corrupción de sus funcionarios.
Entonces, ¿qué está quedando de lo que encauzó el esfuerzo de muchos venezolanos a construir la democracia que en un principio exaltó la política nacional? Pudiera decirse que muy poco o casi nada. Cada día la información veraz y oportuna que sigue llegándole al venezolano demócrata y libre, evidencian múltiples problemas que ponen aún más en aprieto al gobierno. O como habla el pueblo: “se destapa una nueva olla” lo cual revela el desmoronamiento incitado a propósito de convertir a Venezuela en república socialista para agradar a aquellos regímenes embasurados por el autoritarismo y la opresión. Como si acaso ella fuera la vía expedita para derrumbar el poderío del llamado “capitalismo”. De manera que en la fragua de un gobierno salpicado por los desmanes de la corrupción, la inflación, el narcotráfico, la impunidad, la violencia, la inseguridad y el pillaje gubernamental, habrá que reconocer que con tal ideología de perdedor está corriéndose el riesgo de sacrificar el desarrollo nacional en momentos en que la democracia se apaga.
VENTANA DE PAPEL
¿Jornadas en ascuas?
A decir por la valoración que han realizado directivos de la Asociación de Profesores de la ULA sobre el proceso de negociación que viene adelantándose desde el pasado 30 de Marzo, como resultado de las exigencias de la huelga de hambre protagonizada por estudiantes de distintas Casas de Estudios Superiores liderada por jóvenes de la Universidad de Los Andes, se ha inferido que dicho ejercicio de diálogo puede resultar en éxito o en fracaso. Se trata de un esfuerzo que hay que agotar. Debe exigírsele que el gobierno haga el suyo y produzca respuestas concretas cuanto antes. En este sentido el apoyo de los universitarios resulta clave. Esperar pasivamente no aporta absolutamente nada. Sobre todo, cuando el salario se encuentra hoy en su nivel más bajo en muchos años y debe recuperarse con urgencia. Por tanto, las mesas de diálogo deben seguir dándose. Pero siempre evitar que “nos tomen por tontos”. Al respecto, la Apula declara “que si nos imponen nuevamente un ajuste salarial, que no sea el resultado de un acuerdo en las mesas, el único camino que nos dejan es nuevamente el de la acción colectiva, la movilización y la protesta.
De momento, es obligación de los gremios procurar, desde el escenario que proporcionan las mesas, que el ajuste salarial se produzca y se cancelen los beneficios socioeconómicos que nos corresponden, tal como legalmente se encuentra previsto. La única garantía que tenemos de que el gobierno cumpla, es nuestra capacidad de organización y de lucha, que hay que mantener y afinar. Asumimos que todos los universitarios estamos unidos en el reclamo y la esperanza del mejoramiento de nuestra dramática situación laboral. No tenemos agendas ocultas, no somos golpistas y valoramos en alta medida la democracia y el voto como instrumento de cambio”.
Cambio de conducta
El plan del próximo gobierno, deberá incluir un modelo de cambio conductual que funcione al menos para los próximos años (hasta alcanzar el cambio deseado) ya que las conductas y las actitudes que hoy día exhibe la mayoría de la población venezolana, son contrarias a las necesarias para contar con ciudadanos de "primera" y empleados "excelentes". Es la preocupación, grosso modo, que embarga a Víctor Machado, autor de “La Gerencia de la Calidad”. Según la opinión de Machado, “el venezolano incumple de manera habitual con alguna ley, decreto, norma, reglamento, ordenanza, procedimiento, instrucción, señalización, etc., sea para el orden público o el privado”. Pero ¿por qué retrocedimos hacia un comportamiento "fuera de orden"? Esta pregunta la contesta Víctor Machado endilgándole culpas al manifiesto y sistemático ejemplo negativo que han dado muchos líderes, tanto del sector público como privado. Y a la falta de sistemas de control.
Especialmente, de un sistema efectivo de reconocimiento y castigo. Por tanto se tienen ejemplos por doquier de pésima conducta ciudadana. Asimismo, ejemplos de groseras prácticas empresariales y laborales. Por consiguiente, el modelo de cambio conductual que propone Víctor Machado, denominado: La Evolución Productiva (LEP), y que pronto saldrá a la luz pública, apunta a superar tan difíciles problemas. Más, porque “no habrá una Venezuela distinta sin nuevos sistemas que logren modificar las conductas y actitudes que actualmente exhiben muchos habitantes en nuestro país”.
Adiós a la libertad de pensamiento
Este socialismo criollo es tan obtuso, que pretende uniformar toda la investigación que provenga de la intelectualidad universitaria venezolana. Pensamiento único, encadenado cual perro fiel a la voz de su amo. Esto debe llamar la atención. Sobre todo, si no queremos acostarnos a dormir y al despertar, como en el cuento del hondureño Augusto Monterroso, nos encontremos con que el dinosaurio sigue aquí. En el marco del nuevo modelo de Universidad Productiva Socialista, el régimen creará “una base de datos que permita el registro permanente de investigaciones de calidad y pertinencia, en las instituciones de Educación Universitaria, con el objetivo de promover mecanismos interinstitucionales que impulse, apoyen y motiven la investigación, consolidando de esta manera la Red de Investigaciones Socialistas”
Esta iniciativa busca promover la investigación e innovación tecnológica en las instituciones universitarias, orientadas a lograr lo establecido en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013. Esta Red plantea el uso eficiente de recursos, talentos y la aplicación democrática y socializada de los productos, resultados, avances y logros de las investigaciones que se desarrollan en las instituciones universitarias. Así, “un investigador marxista, bolivariano, socialista y revolucionario, conocerá las causas estructurales de un sistema capitalista que genera pobreza, subordinación y alienación para poder transformarlas y alcanzar el socialismo, una tarea que requiere mucha convicción”. Todo ello para construir una sociedad socialista. ¿Qué tal?
Más imposiciones a lo militar
El gobierno nacional, con la excusa de asignar más recursos para la Zona sur del Lago de Maracaibo, decretó de manera inconsulta la creación de un Distrito Motor de Desarrollo para dicha Zona. Según opinión de Juan Carlos Delgado Barrios, profesor de postgrado de la Universidad de Los Andes, tal medida “secuestra las competencias municipales a las 17 alcaldías que integran este territorio pues crea una estructura de poder público paralela a la municipal que anula el poder municipal legítimo que propende a centralizar la actividad del poder público mediante el establecimiento de una autoridad dependiente de la Presidencia de la República”. Esta decisión había sido rechazada por el Referéndum de la Reforma Constitucional de diciembre de 2007 y ahora, para colmo de males nacionales, ha sido aprobado bajo la Ley del Consejo Federal de Gobierno contraviniéndose preceptos fundamentales de la Carta Magna. Entonces, ¿qué relajo es éste?. ¿Hacia dónde quieren llevar a Venezuela?
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