* LA DICTADURA IMPERFECTA. PEDRO BENÍTEZ
* EL REGRESO DE BABY DOC. ALVARO VARGAS LLOSA
* PREGUNTAS Y RECUERDOS. JIMENO J. HERNANDEZ DROULERS
"Digamos que existen dos tipos de mentes poéticas: una apta para inventar fábulas y otra dispuesta a creerlas." Galileo Galilei
Esfuérzate, anímate y trabaja. Solo faltan 720 días. Artículo 231. Constitución de 1999. El nuevo Presidente tomará posesión el 10/01 del primer año de su período constitucional.- @raulamiel
LA DICTADURA IMPERFECTA. PEDRO BENÍTEZ
Con la perspectiva que da el tiempo, hoy parece claro que en medio de su continua improvisación el chavismo en algún momento llegó a concebir para la oposición un papel apenas testimonial, que con su participación electoral legitimara, pero que no amenazara, al sistema autoritario que Chávez empezó a edificar desde 1999 con el fin último de perpetuarse en el ejercicio del poder absoluto.
Es decir, algo como lo que puso en práctica el PRI en México por décadas (la dictadura perfecta), donde existían partidos de oposición y se realizaban ritualmente elecciones nacionales, regionales y locales, que siempre las ganaba el partido oficial con el 80 o 90% de los sufragios.
Electoralmente el modelo del PSUV ha sido el PRI. Pero eso sí, con reelección permanente e indefinida para el Presidente, y sin la base obrera y campesina que sí tuvo el partido mexicano. Esta situación lógicamente puso a la oposición venezolana ante el mismo dilema de otros grupos políticos opositores en otros tiempos y en otras tierras: ¿Participar y legitimar al gobierno autoritario que se combate o aprovecharse de las rendijas que dan los procesos electorales para hacerle llegar su mensaje a la población e ir penetrando las instituciones? A estas alturas parece claro que con ese intento el régimen chavista ha caído en su propia trampa. Al gobierno no le gustó (aunque no le cayó mal) el retiro por parte de la oposición de las elecciones parlamentarias del 2005. En las presidenciales del 2006 le fue bastante bien, aunque el propio comandantepresidente ha confesado que hubiera preferido un resultado con un margen más amplio. Desde entonces la oposición no ha dejado de ganar terreno en todos los procesos electorales realizados. Pero el pasado 26 de septiembre ya la cosa se salió de control.
La oposición ha optado por usar esas rendijas democráticas. No ha tenido que esperar los setenta años que necesitó la oposición mexicana para poner en tres y dos al oficialismo. El 52% de los electores que manifestaron su voluntad de votar contra los candidatos y las propuestas de la "revolución socialista bolivariana" es un hecho político, una realidad que chavismo ve si acepta o no.
Aunque hay que reconocer que de acuerdo a su óptica es una realidad difícil de aceptar; porque para la "pedagogía" política del chavismo es un tanto complicado justificar, de cara sus electores, que esa oposición apátrida y traidora esté en las instituciones.
Ahora el dilema lo tiene el chavismo.
EL REGRESO DE BABY DOC. ALVARO VARGAS LLOSA
El ex dictador Jean Claude “Baby Doc” Duvalier ha regresado a Haití tras 25 años de exilio en Francia. Todo indica que lo ha hecho con una garantía de protección del Presidente René Préval, enfrascado en una feroz disputa sobre las acusaciones de que un fraude electoral en la primera ronda de los comicios de noviembre favoreció a su yerno.
¡Como si ese malhadado país no tuviese ya suficientes dolencias! Un año después del terremoto que mató a 300.000 personas, una décima parte de la población vive aún en tiendas de campaña. Menos del 30 por ciento de los fondos prometidos a Haití ha llegado. Ninguno de los edificios ha sido reconstruido y sólo ha sido removida una pequeña parte de los escombros. Una epidemia de cólera se ha cobrado cerca de 4.000 vidas. La segunda vuelta de las elecciones ha sido pospuesta indefinidamente mientras la disputa por la primera (no) se resuelve.
Lo último que Haití necesitaba era que un carnicero responsable de incontables asesinatos políticos cometidos por los Tontons Macoutes –la milicia creada originalmente por el padre de Baby Doc, Francois “Papá Doc” Duvalier— y de una corrupción milyunanochesca, aterrizara de pronto en Puerto Príncipe con un pasaporte diplomático y declarase: “Estoy aquí para ayudar”.
La dinastía de los Duvalier, que gobernó Haití durante tres décadas, simboliza, junto con el dominicano Rafael L. Trujillo, la era del caudillo latinoamericano desquiciado que hizo de su país un feudo y se entregó a todas las perversiones utilizando a su pueblo como conejillo de indias. La brutal cleptocracia que los Duvalier impusieron en Haití es una de las razones por las que esa república, cuyos fundadores derrotaron a Napoleón bastante antes que el Duque de Wellington y que solía ser próspera, es el enfermo perpetuo del hemisferio.
René Préval sabe todo esto. Durante su primer gobierno, en la segunda mitad de la década de 1990, dejó en claro que Duvalier, que había jugueteado con la idea de retornar, sería arrestado y enjuiciado si lo hacía. Incluso en fecha tan reciente como 2007, cuando Duvalier dirigió un mensaje radial a la nación, Préval ratificó que la situación no había cambiado. Y el martes Duvalier fue llevado ante un juez en Puerto Príncipe, pero no estaba claro si sería imputado.
Al margen de los acontecimientos confusos del martes, ¿por qué se permitió a Duvalier pasar por inmigración y aduanas con un pasaporte diplomático, saludar a sus simpatizantes, registrarse en un hotel, reunirse con asesores y preparar una conferencia de prensa? Su retorno no puede haber sido una sorpresa ya que, según se ha informado, el gobierno francés conocía sus planes y justificó su propia permisividad con el argumento de que el tirano exiliado era libre de viajar.
Préval está jugando un juego siniestro. Su conducta, desde el año pasado, ha sido la de un hombre empeñado en permanecer en el poder por cuenta ajena. No ocultó su apoyo a su yerno, Jude Celestin, que se postuló para Presidente en las elecciones de noviembre, y surgieron pruebas de su malsana influencia en el ente electoral. Luego, cuando quedó claro que los comicios fueron manipulados para facilitar el paso de Celestin a la segunda vuelta contra Mirlande Manigat, la mujer a quien los resultados daban el primer lugar, se mantuvo en sus trece. Incluso cuando la Organización de Estados Americanos, después de una larga investigación, le entregó un documento declarando oficialmente que el rival de Manigat en la segunda vuelta debía ser Michel Martelly, el popular cantante de kompa que ha revolucionado la política haitiana, Préval se negó a recular.
Qué extraordinaria transformación la de Préval. Fue un Presidente relativamente democrático en la década de 1990 que entregó el poder a su sucesor y que, mientras ejecutaba políticas económicas nada desatinadas, se mostraba a favor de enjuiciar a los militares y policías acusados de violaciones a los derechos humanos. Ahora, siendo él mismo blanco de acusaciones de corrupción y abuso de poder, y en medio del infierno causado por la catástrofe del año pasado, ha decidido traer al país al símbolo de lo peor que tuvo Haití en el siglo 20, matando toda esperanza de que Haití logre paz y estabilidad.
Algo me dice, especialmente si Duvalier intenta volver al poder, que aún no hemos visto lo peor. Confieso que no me sorprendería que en medio del sufrimiento y la desesperanza de la hora actual un número significativo de haitianos empezara a mirar a Duvalier con algo más que simple curiosidad –en el caso de aquellos que son demasiado jóvenes para recordar— o algo menos que repulsión en el caso de los que crecieron escuchando las historias de horror.
PREGUNTAS Y RECUERDOS. JIMENO J. HERNANDEZ DROULERS
Ahora que ha muerto CAP, resurge el debate de si fue un buen presidente o no. Su cadáver ha puesto de relieve durante las últimas dos semanas el deterioro y la paulatina descomposición del estado de derecho en Venezuela en la última década.
Ahora que se ha ido “El Gocho” comienzan las preguntas y los recuerdos a florecer precipitadamente. Poco es lo que ha quedado en mi memoria de esos casi 5 años de su segundo gobierno, pero creo recordar lo básico: el Caracazo, el sonido de las cacerolas, dos golpes de estado fracasados y su destitución de la Presidencia pocos meses antes de terminar su mandato constitucional.
¿Sabe usted por qué destituyeron a Carlos Andrés Pérez de la Presidencia? La respuesta más probable a esta pregunta podría ser un tajante “por corrupto”, pero al ir más allá de esta simplona afirmación, me atrevería a decir que CAP fue destituido porque existía una democracia sana en el país. Ciertamente, teníamos serios problemas en la Venezuela de entonces, pero por lo menos se cumplía con el principio legal de la separación de poderes, las instituciones públicas eran serias y existía el Estado de Derecho. Tan simple como eso.
Digo lo anterior por mero convencimiento y no por emitir juicios superfluos o intentar desprestigiar al actual gobierno (después de todo, este gobierno se desprestigia él solito). Para los que sufren de mala memoria, les recuerdo que el embrollo de la destitución de CAP se desató por denuncia de un periodista llamado José Vicente Rangel, esta denuncia generó que el Fiscal General, nombrado por el Congreso Nacional de la época y no a dedo por el caudillo, acusara penalmente a CAP y que posteriormente el Congreso autorizara su enjuiciamiento. ¡Jaque mate! No solo eso, la entonces Corte Suprema de Justicia lo condenó y CAP acató las decisiones demostrando su talante democrático y se fue preso a su casa “La Ahumada” en Oripoto.
Eso fue hace ya 16 años. Carlos Andrés Pérez fue enjuiciado y destituido de la Presidencia por haber dispuesto de la cantidad de 250 millones de Bolívares de una “partida secreta” del Ministerio del Interior, transformarlos en dólares y según sus palabras “atender gastos de seguridad y defensa del Estado en el exterior”.
La teoría que se maneja es que los dólares en cuestión fueron destinados a Nicaragua para brindarle protección a la Presidente recién electa para la época, la señora Violeta Barrios de Chamorro.
Así terminó la segunda presidencia de CAP, por un regalo a Nicaragua que hoy día equivale al precio de una de esas camionetotas en las que se pavonean por allí los funcionarios públicos de este gobierno. Ahora pregunto: ¿Por qué si CAP fue destituido por manejar una suma de dinero de manera clandestina y enviarla a Nicaragua, ahora el comandante no lo es? ¿Será qué esa es una de las diferencias entre una democracia y una dictadura?
raulamiel@gmail.com
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