Son muchas las expectativas que para el 2011 tenemos los venezolanos, pero la que quizá más nos preocupa es que nos deparará la economía el año entrante, como cual será su comportamiento y sobre todo como nos afectará.
El gobierno, lo cual es un eufemismo, ha estimado el nuevo presupuesto presentado en octubre, basado en un barril de petróleo a $ 40 y estima un alza del PIB del 2 por ciento con una inflación de entre un 23 y un 25 por ciento para el año próximo.
Nada más lejos de la realidad. En primer lugar el gobierno obvia o esconde la incidencia de la inflación sobre el incremento relativo del 28% del presupuesto respecto al del año anterior y al mismo tiempo la subestima al colocarla en el 25% cuando seguramente estará mucho más cerca del 30% lo que implica que el presupuesto, en realidad, es inferior al del año presente y ello lo obligará a la utilización de “otras fuentes” de financiamiento, lo cual se ha convertido su deporte favorito.
Así mismo el “eufemismo” esconde lo que hará con el diferencial entre el precio de $ 40 proyectados en el presupuesto y el precio actual del crudo, que se mueve, con tendencia al alza, en torno a los $ 70 para la cesta venezolana. Aunque no es difícil imaginar el destino final de este diferencial.
La evolución de la recesión económica que envuelve al país dependerá en gran parte de las decisiones que tome el gobierno, especialmente ahora que las reservas están por debajo de un mínimo razonable para cubrir un año de importaciones, sobre todo tomando en cuenta que el servicio de la deuda externa de la Nación está estimada en más de 14.ooo millones de dólares para el 2011 por lo que CADIVI no tendrá capacidad para satisfacer las solicitudes del sector privado y con ello provocará escasez de productos y aumento de los precios de los mismos.
El sector externo superavitario por los ingentes ingresos petroleros, tal como se hizo en el 2010 se amortizará restringiendo la oferta de divisas otorgadas por CADIVI para tratar de evitar, sin éxito, la salida de capitales y se apalancara con un posible ajuste nominal en el tipo de cambio oficial dentro del primer trimestre del 2011 recurriendo a una devaluación de tipo lineal que podria estar entorno al 30% del valor de la divisa oficial. Será con la manipulación de estos números que el gobierno mostrará un crecimiento que en el papel luce incontestable, pero que en la realidad solo reportaran como hasta ahora más miseria.
El gobierno mantendrá un elevado, ineficiente e improductivo gasto fiscal debido a los compromisos asociados a los programas sociales con los que mantiene el bozal de arepa de la población y a través de los que sufraga el mantenimiento de sus huestes, logrando con ello mantener la ilusión de abundancia que obnubila a tantos venezolanos y que es la verdadera razón de su permanencia en el poder.
El gasto público nominal se verá afectado en un 30% que es la inflación esperada, por lo que se financiará con recursos provenientes del FONDEN. A través de la adjudicación de títulos públicos, de los cuales aproximadamente el 40% y repitiendo la fórmula del año 2010 provendrán de la colocación de Bonos denominados en dólares y pagaderos en Bs.F y conla ganancia cambiaria generada por la emisión de estos.Y el resto del déficit se cubriría con la des acumulación de reservas del tesoro y recursos de la Tesorería Nacional en USD.
Sector real: En materia de actividad económica se espera un crecimiento cero que apalancará la recesión económica de los dos últimos años. El no crecimiento del PIB está asociado factores como: a) la recomposición del gasto del gobierno favoreciendo su componente corriente; b) los estrangulamientos por el lado de la oferta asociados al debilitamiento del sector privado y al consecuente déficit de inversión resultante de la carencia de un sistema judicial confiable y de un ordenamiento legal acomodaticio y cambiante y c) Visto el represamiento de divisas por parte de CADIVI como arma de doblegamiento empresarial acarreara severas limitaciones al “crecimiento” de las importaciones. En consecuencia el PIB no petrolero volverá a decrecer aproximadamente en un 2%, el petrolero crecerá en la misma magnitud. En este sentido, las actividades de la economía que resultaran las perjudicadas serán los sectores de Minería, Bienes Inmuebles y Servicios Prestados a las Empresas, manufacturero y especialmente el sector de la salud que está en vías de ser totalmente intervenido vía el estrangulamiento del sector de seguros.
Política fiscal: se presentan dos panoramas distintos: por el lado de los ingresos petroleros se prevé un alza importante con respeto al año 2010 que estará determinada por sus precios a lo largo del año y por el lado de los ingresos no petroleros debido a la disminución del tamaño del sector privado se estima una menor tasa efectiva de recaudación en los principales tributos debido al decrecimiento de la economía interna. Sin embargo, a pesar de lo antes mencionado se espera un incremento de los ingresos fiscales en un 10% debido a la ganancia cambiaria generada por la operación con divisas. Así mismo luce posible un ajuste al alza de alícuotas de impuestos o en el valor de las unidades tributarias.
Política monetaria: Aún tomando en cuenta el crecimiento cero del PIB, debido a la devaluación a la que seguramente acudirá el gobierno se puede esperar un crecimiento monetario que aumentará la presión inflacionaria , a la que deberá sumársele la presión adicional que generarán los bonos denominados en dólares y pagaderos en bolívares.
Así mismo es de esperar que debido a la alta inflación del periodo, las tasas de interés se mantendrán negativas.
En materia de consumo la tendencia es hacia la baja impulsado por la inflación y la caída del poder adquisitivo de la población aun a pesar de los incrementos salariales que puedan ser decretados.
Mercado laboral: Con un crecimiento económico cero es seguro que se anulen las posibilidades de generación de empleo y por el contrario, la destrucción del tejido empresarial hará que la tasa de desempleo se incremente y que la economía informal abarque a más del 50% de la población económicamente activa.
Resumiendo, el año 2011 será un año difícil, con niveles de inflación cercanos al 30% , con situaciones difíciles asociadas a la demanda de mejoras salariales que no podrán ser atendidas, con severas restricciones de divisas por parte de Cadivi, con una política monetaria expansiva como resultado de la devaluación que generará más inflación , con un aumento de la carga tributaria que empobrecerá mas a la población, con un déficit fiscal importante que será solventado con aumento de la deuda externa, con una voracidad fiscal inmanejable, con el uso irresponsable de fondos extrapresupuestarios, con gastos extraordinarios no reproductivos que representan el 11,0% del PIB, con un gasto más que ineficiente para impulsar al aparato productivo nacional, con una crisis sin parangón en el sector eléctrico.
En definitiva el año 2011 es de esperarse un mayor deterioro estructural del aparato económico aunque el gobierno crea que el repunte de los precios del petróleo brindará ingresos suficientes para reactivar el aparato productivo por la vía del gasto público. Se equivocan totalmente. En la medida y forma en que está concebido el gasto público, nada será suficiente para que Venezuela retome la senda del crecimiento económico a menos que se tome en cuenta al sector privado quien es el principal inversor y empleador en una economía que pretenda crecer sostenidamente a tasas elevadas. Amanecerá y Veremos
El gobierno, lo cual es un eufemismo, ha estimado el nuevo presupuesto presentado en octubre, basado en un barril de petróleo a $ 40 y estima un alza del PIB del 2 por ciento con una inflación de entre un 23 y un 25 por ciento para el año próximo.
Nada más lejos de la realidad. En primer lugar el gobierno obvia o esconde la incidencia de la inflación sobre el incremento relativo del 28% del presupuesto respecto al del año anterior y al mismo tiempo la subestima al colocarla en el 25% cuando seguramente estará mucho más cerca del 30% lo que implica que el presupuesto, en realidad, es inferior al del año presente y ello lo obligará a la utilización de “otras fuentes” de financiamiento, lo cual se ha convertido su deporte favorito.
Así mismo el “eufemismo” esconde lo que hará con el diferencial entre el precio de $ 40 proyectados en el presupuesto y el precio actual del crudo, que se mueve, con tendencia al alza, en torno a los $ 70 para la cesta venezolana. Aunque no es difícil imaginar el destino final de este diferencial.
La evolución de la recesión económica que envuelve al país dependerá en gran parte de las decisiones que tome el gobierno, especialmente ahora que las reservas están por debajo de un mínimo razonable para cubrir un año de importaciones, sobre todo tomando en cuenta que el servicio de la deuda externa de la Nación está estimada en más de 14.ooo millones de dólares para el 2011 por lo que CADIVI no tendrá capacidad para satisfacer las solicitudes del sector privado y con ello provocará escasez de productos y aumento de los precios de los mismos.
El sector externo superavitario por los ingentes ingresos petroleros, tal como se hizo en el 2010 se amortizará restringiendo la oferta de divisas otorgadas por CADIVI para tratar de evitar, sin éxito, la salida de capitales y se apalancara con un posible ajuste nominal en el tipo de cambio oficial dentro del primer trimestre del 2011 recurriendo a una devaluación de tipo lineal que podria estar entorno al 30% del valor de la divisa oficial. Será con la manipulación de estos números que el gobierno mostrará un crecimiento que en el papel luce incontestable, pero que en la realidad solo reportaran como hasta ahora más miseria.
El gobierno mantendrá un elevado, ineficiente e improductivo gasto fiscal debido a los compromisos asociados a los programas sociales con los que mantiene el bozal de arepa de la población y a través de los que sufraga el mantenimiento de sus huestes, logrando con ello mantener la ilusión de abundancia que obnubila a tantos venezolanos y que es la verdadera razón de su permanencia en el poder.
El gasto público nominal se verá afectado en un 30% que es la inflación esperada, por lo que se financiará con recursos provenientes del FONDEN. A través de la adjudicación de títulos públicos, de los cuales aproximadamente el 40% y repitiendo la fórmula del año 2010 provendrán de la colocación de Bonos denominados en dólares y pagaderos en Bs.F y conla ganancia cambiaria generada por la emisión de estos.Y el resto del déficit se cubriría con la des acumulación de reservas del tesoro y recursos de la Tesorería Nacional en USD.
Sector real: En materia de actividad económica se espera un crecimiento cero que apalancará la recesión económica de los dos últimos años. El no crecimiento del PIB está asociado factores como: a) la recomposición del gasto del gobierno favoreciendo su componente corriente; b) los estrangulamientos por el lado de la oferta asociados al debilitamiento del sector privado y al consecuente déficit de inversión resultante de la carencia de un sistema judicial confiable y de un ordenamiento legal acomodaticio y cambiante y c) Visto el represamiento de divisas por parte de CADIVI como arma de doblegamiento empresarial acarreara severas limitaciones al “crecimiento” de las importaciones. En consecuencia el PIB no petrolero volverá a decrecer aproximadamente en un 2%, el petrolero crecerá en la misma magnitud. En este sentido, las actividades de la economía que resultaran las perjudicadas serán los sectores de Minería, Bienes Inmuebles y Servicios Prestados a las Empresas, manufacturero y especialmente el sector de la salud que está en vías de ser totalmente intervenido vía el estrangulamiento del sector de seguros.
Política fiscal: se presentan dos panoramas distintos: por el lado de los ingresos petroleros se prevé un alza importante con respeto al año 2010 que estará determinada por sus precios a lo largo del año y por el lado de los ingresos no petroleros debido a la disminución del tamaño del sector privado se estima una menor tasa efectiva de recaudación en los principales tributos debido al decrecimiento de la economía interna. Sin embargo, a pesar de lo antes mencionado se espera un incremento de los ingresos fiscales en un 10% debido a la ganancia cambiaria generada por la operación con divisas. Así mismo luce posible un ajuste al alza de alícuotas de impuestos o en el valor de las unidades tributarias.
Política monetaria: Aún tomando en cuenta el crecimiento cero del PIB, debido a la devaluación a la que seguramente acudirá el gobierno se puede esperar un crecimiento monetario que aumentará la presión inflacionaria , a la que deberá sumársele la presión adicional que generarán los bonos denominados en dólares y pagaderos en bolívares.
Así mismo es de esperar que debido a la alta inflación del periodo, las tasas de interés se mantendrán negativas.
En materia de consumo la tendencia es hacia la baja impulsado por la inflación y la caída del poder adquisitivo de la población aun a pesar de los incrementos salariales que puedan ser decretados.
Mercado laboral: Con un crecimiento económico cero es seguro que se anulen las posibilidades de generación de empleo y por el contrario, la destrucción del tejido empresarial hará que la tasa de desempleo se incremente y que la economía informal abarque a más del 50% de la población económicamente activa.
Resumiendo, el año 2011 será un año difícil, con niveles de inflación cercanos al 30% , con situaciones difíciles asociadas a la demanda de mejoras salariales que no podrán ser atendidas, con severas restricciones de divisas por parte de Cadivi, con una política monetaria expansiva como resultado de la devaluación que generará más inflación , con un aumento de la carga tributaria que empobrecerá mas a la población, con un déficit fiscal importante que será solventado con aumento de la deuda externa, con una voracidad fiscal inmanejable, con el uso irresponsable de fondos extrapresupuestarios, con gastos extraordinarios no reproductivos que representan el 11,0% del PIB, con un gasto más que ineficiente para impulsar al aparato productivo nacional, con una crisis sin parangón en el sector eléctrico.
En definitiva el año 2011 es de esperarse un mayor deterioro estructural del aparato económico aunque el gobierno crea que el repunte de los precios del petróleo brindará ingresos suficientes para reactivar el aparato productivo por la vía del gasto público. Se equivocan totalmente. En la medida y forma en que está concebido el gasto público, nada será suficiente para que Venezuela retome la senda del crecimiento económico a menos que se tome en cuenta al sector privado quien es el principal inversor y empleador en una economía que pretenda crecer sostenidamente a tasas elevadas. Amanecerá y Veremos
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