Hay dos formas de ver las elecciones parlamentarias: como algo útil en sí mismo o como un mero trampolín hacia el evento que va a definir la historia venezolana de la próxima década (y quizás mucho más), las elecciones presidenciales. A este servidor le cuesta apreciar la primera. Con un Parlamento carente de proposiciones y argumentos verdaderos, su constitución es obviamente una irascible guerra política, la reacción constante a la visión del oponente. Cierto, así es la coyuntura nacional, y para bien o para mal, es difícil salirse de ella. El evento que va a marcar el destino de la oposición -claro está- son las presidenciales, y para eso creo prudente mencionar algunas recomendaciones, que son obvias, tan obvias que todo el mundo las repite pero de alguna forma los líderes opositores se empeñan en no escucharlas. Es difícil que Chávez lo haga peor de lo que ya lo hace (aunque sabemos que su capacidad de sorprendernos es ilimitada), así que si la oposición no gana con este gobierno veo difícil le gane a cualquier otro. Oído al tambor:
1) El líder opositor que va a enfrentar a Chávez deben decidirlo en los próximos 6 meses, no 6 meses antes de las elecciones: ¿Por qué?, sencillamente porque el porcentaje que siempre vota por la oposición va a seguir votando por ella no importa quién sea el candidato, el problema es que ese porcentaje no es aún suficiente para ganarle a Chávez. Hay que convencer al menos a un 10% más de la población. Para convencerlos hay que ofrecerles una propuesta y un líder, y como vender es difícil y toma tiempo entonces es mejor comenzar antes (más aún cuando compites con una marca establecida)…sencillo de entender ¿verdad?
2) Elegir al líder no es tan complicado si sabe cuál es el mercado: Que la vasta mayoría de los venezolanos tengan menos de 40 años significará algo para elegir al líder político. Salvo que seas ciego y sordo, sí, por supuesto. Significa que no se debería elegir un líder de 70 años de edad, sino alguien joven, con proyección, cuyo expediente político no esté lleno de tachones. Hay varios candidatos bajo ese esquema y aunque seguro harán falta muchos más filtros, ya les dimos uno. Aplíquenlo.
3) La oposición debe aprender a distribuir sus recursos: Los cuentos internos para aquellos que han tenido la desdicha de oírlos son patéticos. La inmensa mayoría de los recursos que recauda la oposición lo distribuyen entre las zonas donde hay más oportunidad de ganar (estado Miranda, por ejemplo) y para los candidatos más famosos, en vez de repartirlo y promover en las zonas donde hay que mejorar y establecerse, como la parte centro del país. Será de sorprender entonces que el mapa electoral siempre luzca igual, con Chávez llevándose la inmensa mayoría del interior. Dicen que la definición de demencia es hacer las cosas siempre iguales y esperar otro resultado; sería, ergo, una demencia esperar ganar las presidenciales con las actuales prácticas.
1) El líder opositor que va a enfrentar a Chávez deben decidirlo en los próximos 6 meses, no 6 meses antes de las elecciones: ¿Por qué?, sencillamente porque el porcentaje que siempre vota por la oposición va a seguir votando por ella no importa quién sea el candidato, el problema es que ese porcentaje no es aún suficiente para ganarle a Chávez. Hay que convencer al menos a un 10% más de la población. Para convencerlos hay que ofrecerles una propuesta y un líder, y como vender es difícil y toma tiempo entonces es mejor comenzar antes (más aún cuando compites con una marca establecida)…sencillo de entender ¿verdad?
2) Elegir al líder no es tan complicado si sabe cuál es el mercado: Que la vasta mayoría de los venezolanos tengan menos de 40 años significará algo para elegir al líder político. Salvo que seas ciego y sordo, sí, por supuesto. Significa que no se debería elegir un líder de 70 años de edad, sino alguien joven, con proyección, cuyo expediente político no esté lleno de tachones. Hay varios candidatos bajo ese esquema y aunque seguro harán falta muchos más filtros, ya les dimos uno. Aplíquenlo.
3) La oposición debe aprender a distribuir sus recursos: Los cuentos internos para aquellos que han tenido la desdicha de oírlos son patéticos. La inmensa mayoría de los recursos que recauda la oposición lo distribuyen entre las zonas donde hay más oportunidad de ganar (estado Miranda, por ejemplo) y para los candidatos más famosos, en vez de repartirlo y promover en las zonas donde hay que mejorar y establecerse, como la parte centro del país. Será de sorprender entonces que el mapa electoral siempre luzca igual, con Chávez llevándose la inmensa mayoría del interior. Dicen que la definición de demencia es hacer las cosas siempre iguales y esperar otro resultado; sería, ergo, una demencia esperar ganar las presidenciales con las actuales prácticas.
4) ¿Cómo pactar y con quién?: La política, al menos la política real, fluye por el juego del poder. La oposición no va a lograr acuerdos solamente basados en la nobleza y bondad de sus participantes, menos aún aquellos que han puesto su pellejo en la línea por 11 años y dependen de posiciones de poder para seguir viviendo. Pero la oposición puede pactar inteligentemente y sin detrimento de la estrategia general. Por ejemplo, Leopoldo López quizás vaya a estar inhabilitado para las presidenciales pero sin duda alguna su trabajo con las redes sociales tiene un altísimo valor político. Para que ese esfuerzo beneficie la estrategia es necesario pactar con LL, así como Obama hizo con Hillary para obtener sus votos, en especial el latino. Mientras más rápido se den las alianzas y más rápido se limen las asperezas del poder, mejor le irá a la unidad.
5) ¿Cómo vender al líder?: El venezolano tiene una idiosincrasia particular y característica y el molde político hay que adaptarlo para llegar a ese centro humano. La oposición tiene que gastar lo que sea (sí, lo que sea) en consultores de imagen y estrategia política para que el candidato opositor obtenga tales cualidades. Si algo debemos aprender de Chávez es su capacidad de venderse. ¿Quién asesoró a Obama?, ¿quién diseño la campaña de Mockus?, etc. El recurso humano existe, es cuestión de buscarlo con verdadera intención.
Fontiverossantiago@gmail.com
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