ND.- La redacción del diario ABC (Paraguay) decidió agarrar el toro “por los cachos” y denunciar la grave situación que vive la democracia venezolana en manos del chavismo. Sin rodeos escriben que “Venezuela está sufriendo una brutal dictadura”. Arremeten contra “importantes figuras políticas” de ese país, porque “asuman ahora actitudes acomodaticias, tolerantes y hasta serviles si se quiere con Hugo Chávez” y se preguntan “¿En qué se diferencian Stroessner y Chávez? Una dictadura es lo que es en cualquier parte del mundo.”
Venezuela está sufriendo una brutal dictadura, lo que en estos días se agudizó con un nuevo feroz ataque contra la prensa libre a través del cierre de 32 radioemisoras y dos canales de televisión, y el atentado contra el canal Globovisión por partidarios del dictador Hugo Chávez, por el pecado de ser críticos a los actos arbitrarios de este paranoico personaje. Cada día que pasa van apareciendo más pruebas de que el Estado venezolano, de la mano de su grotesco dictador, se va convirtiendo en un mero instrumento para la consolidación y expansión de la dictadura marxista y de persecución a quienes considera sus enemigos, entre los cuales pone en uno de los primeros lugares a la prensa libre.
El régimen chavista se ha convertido en un verdadero peligro para la región, que en cualquier momento puede provocar un conflicto bélico de envergadura como se presagia con el giro militarista cada vez más amenazante que imprime a sus relaciones con Colombia. Esta realidad explosiva, creada artificialmente por el gorila venezolano, merece el más enérgico rechazo de quienes apuestan por la libertad, la democracia y la paz en el continente.
El avance chavista sobre las libertades y las relaciones internacionales no solo se observa en el campo diplomático y de los derechos humanos, sino también en el de la libertad económica, debido a la confiscación de propiedades privadas, incluyendo las de capital extranjero. Una información publicada en la prensa de España menciona denuncias de que grupos cercanos al chavismo ocuparon unas 200 propiedades de ciudadanos españoles. Inversiones argentinas también fueron afectadas por la ofensiva confiscatoria.
Por otra parte, la intervención de Chávez en los asuntos internos de otros países es desfachatada, abierta. Una reciente publicación del New York Times se refirió a correos electrónicos hallados en una computadora decomisada a las FARC colombianas, que expone un plan guerrillero del comandante Juan Márquez y que da cuenta de la compra a Venezuela de misiles tierra-aire, rifles de largo alcance y radios. Asimismo, hace saber que existen estrechos contactos entre funcionarios del Gobierno venezolano y de un ex ministro del Interior como nexos responsables con los guerrilleros colombianos, hasta el extremo de otorgar documentos oficiales venezolanos a los mismos para que puedan movilizarse libremente por su territorio.
Venezuela está sufriendo una brutal dictadura, lo que en estos días se agudizó con un nuevo feroz ataque contra la prensa libre a través del cierre de 32 radioemisoras y dos canales de televisión, y el atentado contra el canal Globovisión por partidarios del dictador Hugo Chávez, por el pecado de ser críticos a los actos arbitrarios de este paranoico personaje. Cada día que pasa van apareciendo más pruebas de que el Estado venezolano, de la mano de su grotesco dictador, se va convirtiendo en un mero instrumento para la consolidación y expansión de la dictadura marxista y de persecución a quienes considera sus enemigos, entre los cuales pone en uno de los primeros lugares a la prensa libre.
El régimen chavista se ha convertido en un verdadero peligro para la región, que en cualquier momento puede provocar un conflicto bélico de envergadura como se presagia con el giro militarista cada vez más amenazante que imprime a sus relaciones con Colombia. Esta realidad explosiva, creada artificialmente por el gorila venezolano, merece el más enérgico rechazo de quienes apuestan por la libertad, la democracia y la paz en el continente.
El avance chavista sobre las libertades y las relaciones internacionales no solo se observa en el campo diplomático y de los derechos humanos, sino también en el de la libertad económica, debido a la confiscación de propiedades privadas, incluyendo las de capital extranjero. Una información publicada en la prensa de España menciona denuncias de que grupos cercanos al chavismo ocuparon unas 200 propiedades de ciudadanos españoles. Inversiones argentinas también fueron afectadas por la ofensiva confiscatoria.
Por otra parte, la intervención de Chávez en los asuntos internos de otros países es desfachatada, abierta. Una reciente publicación del New York Times se refirió a correos electrónicos hallados en una computadora decomisada a las FARC colombianas, que expone un plan guerrillero del comandante Juan Márquez y que da cuenta de la compra a Venezuela de misiles tierra-aire, rifles de largo alcance y radios. Asimismo, hace saber que existen estrechos contactos entre funcionarios del Gobierno venezolano y de un ex ministro del Interior como nexos responsables con los guerrilleros colombianos, hasta el extremo de otorgar documentos oficiales venezolanos a los mismos para que puedan movilizarse libremente por su territorio.
En otro episodio reciente, el Gobierno sueco le reclamó en forma enérgica a Chávez que explique por qué algunos lanzacohetes vendidos por ese país a Venezuela aparecieron en manos de guerrilleros de las FARC. Tampoco se puede olvidar el maletín con 800.000 dólares decomisados en el aeroparque de Buenos Aires que, según todos los indicios, eran enviados para la campaña presidencial de la actual presidenta argentina Cristina Kirchner. Además, en el actual conflicto de Honduras, uno de los detonantes fue la intromisión de Chávez en ese país bajo el gobierno del derrocado presidente Manuel Zelaya, en cuya defensa amenazó con invadir territorio hondureño.
Ahora bien, frente a tantos hechos probatorios contundentes de la dictadura de Hugo Chávez y la amenaza para la paz y estabilidad de la región y, eventualmente, del mundo que ello significa, llama poderosamente la atención que importantes figuras políticas de nuestro país, entre quienes se encuentran conocidos luchadores contra otra dictadura igualmente atroz como lo fue la de Stroessner, asuman ahora actitudes acomodaticias, tolerantes y hasta serviles si se quiere con Hugo Chávez. ¿Por qué esta discriminación entre una y otra? ¿En qué se diferencian Stroessner y Chávez? Por ejemplo, los senadores Miguel Saguier y Carlos Filizzola, otrora activos opositores a Stroessner, defienden abiertamente que la Venezuela prisionera de Hugo Chávez ingrese como miembro pleno al Mercosur. Olvidan estos legisladores la “cláusula democrática” del organismo que rechaza como socios a aquellos países con gobiernos dictatoriales y que no respetan los derechos humanos.
Una dictadura es lo que es en cualquier parte del mundo. Sería bueno preguntarles a estos políticos qué responderían si Stroessner continuara gobernando el Paraguay y si nuestro país debería ser o no socio pleno del Mercosur.
Si nuestros gobernantes y políticos pretenden aparecer como demócratas ante la opinión pública, entonces están obligados a demostrar que no han renunciado ni renuncian a sus principios, cualquiera sea la circunstancia, y no sucumbir y cambiar de posición ante razones ideológicas o crematísticas -léanse “maletines”- como lamentablemente vemos hoy a muchos en nuestro país y en el continente.
Con información vía http://www.abc.com.py/abc/nota/13292-
Hipocresía-de-nuestros-políticos-ante-ataques-a-la-democracia-en-Venezuela/
ENVIADO A NUESTROS CORREOS RECOMENDANDO PUBLICACION
ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, MOVIMIENTO REPUBLICANO MR, REPUBLICANO, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO,POLÍTICA, INTERNACIONAL,
Ahora bien, frente a tantos hechos probatorios contundentes de la dictadura de Hugo Chávez y la amenaza para la paz y estabilidad de la región y, eventualmente, del mundo que ello significa, llama poderosamente la atención que importantes figuras políticas de nuestro país, entre quienes se encuentran conocidos luchadores contra otra dictadura igualmente atroz como lo fue la de Stroessner, asuman ahora actitudes acomodaticias, tolerantes y hasta serviles si se quiere con Hugo Chávez. ¿Por qué esta discriminación entre una y otra? ¿En qué se diferencian Stroessner y Chávez? Por ejemplo, los senadores Miguel Saguier y Carlos Filizzola, otrora activos opositores a Stroessner, defienden abiertamente que la Venezuela prisionera de Hugo Chávez ingrese como miembro pleno al Mercosur. Olvidan estos legisladores la “cláusula democrática” del organismo que rechaza como socios a aquellos países con gobiernos dictatoriales y que no respetan los derechos humanos.
Una dictadura es lo que es en cualquier parte del mundo. Sería bueno preguntarles a estos políticos qué responderían si Stroessner continuara gobernando el Paraguay y si nuestro país debería ser o no socio pleno del Mercosur.
Si nuestros gobernantes y políticos pretenden aparecer como demócratas ante la opinión pública, entonces están obligados a demostrar que no han renunciado ni renuncian a sus principios, cualquiera sea la circunstancia, y no sucumbir y cambiar de posición ante razones ideológicas o crematísticas -léanse “maletines”- como lamentablemente vemos hoy a muchos en nuestro país y en el continente.
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