Venezuela esta próxima a sucesos que condicionarán su existencia por mucho tiempo. La votación del próximo 15-F es una oportunidad para iniciar la reversión hacia lo positivo las negativas tendencias de esta década. No somos ingenuos. Conocemos la magnitud de los peligros existentes antes, ese día y en los inmediatamente posteriores. La maquinaria del fraude está montada. También los esquemas de represión y violencia personal e institucional para imponer la voluntad reeleccionista del Presidente. Más que la democracia es la República lo que está en peligro. Lo primero ha venido desapareciendo gracias al golpe de estado de ejecución progresiva del estado-gobierno en contra de la nación que deberían representar. Lo segundo ha sido más sutil, pero eficiente en la destrucción de la estructura institucional y de las bases jurídicas y políticas que le han servido de fundamento. Venezuela vive al borde del abismo. Hasta los más idiotas entienden que el odio y la división conducen a la guerra. Soy uno de los que creen que ya empezó, aunque su verdadera naturaleza sea difícil de precisar.
Sin embargo, la sociedad democrática ha madurado. Está más unida y mejor preparada que en los procesos anteriores para enfrentar los peligros y derrotarlos en nombre del cambio anhelado. Hay convicción, mística, conciencia de la urgencia para resolver el caos. Esta semana será terrible con relación a la guerra de encuestas, a las acciones abiertas y encubiertas en contra de la unidad democrática, a las campañas de rumores y desinformación para confundir. Pero, ni estas cosas, ni muchas otras, podrán detener la voluntad general de la nación de pronunciarse masivamente a favor del NO que identifica a quienes quieren ponerle punto final a lo actual. Esto incluye a unos cuantos millones de personas decepcionadas de Chávez que abandonan, activa o pasivamente, las organizaciones oficialistas o que, simplemente, están frustradas por el fracaso del régimen, hartos del disimulo y la mentira, de la verborrea inútil del “comandante” y, en fin, fatigados de esta farsa de la que solo recuerdan la ineficacia y la corrupción como estilo de gobierno. La unidad democrática es mucho más que la unión de grupos opositores para un acto de votación. El domingo puede concretarse el inicio de la reconciliación de Venezuela consigo misma.
En la calle hay decepción. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. El NO del 15-F será un castigo moral y político a la felonía, a la cobardía y a la traición. La esencia de nuestro planteamiento es la unidad. Construir una síntesis diferente y superior a cuanto existe. Levantar una gran causa a la cual servir, una gran verdad que sirva de norte a un pueblo entero. No puede ser un proyecto personalista ni personal. Hay que acabar con todos los “Mesías” potenciales o reales, sin desconocer la fuerza de los liderazgos honestos existentes. Todos a votar NO y a defender la voluntad popular.
oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 9 de febrero de 2009
Sin embargo, la sociedad democrática ha madurado. Está más unida y mejor preparada que en los procesos anteriores para enfrentar los peligros y derrotarlos en nombre del cambio anhelado. Hay convicción, mística, conciencia de la urgencia para resolver el caos. Esta semana será terrible con relación a la guerra de encuestas, a las acciones abiertas y encubiertas en contra de la unidad democrática, a las campañas de rumores y desinformación para confundir. Pero, ni estas cosas, ni muchas otras, podrán detener la voluntad general de la nación de pronunciarse masivamente a favor del NO que identifica a quienes quieren ponerle punto final a lo actual. Esto incluye a unos cuantos millones de personas decepcionadas de Chávez que abandonan, activa o pasivamente, las organizaciones oficialistas o que, simplemente, están frustradas por el fracaso del régimen, hartos del disimulo y la mentira, de la verborrea inútil del “comandante” y, en fin, fatigados de esta farsa de la que solo recuerdan la ineficacia y la corrupción como estilo de gobierno. La unidad democrática es mucho más que la unión de grupos opositores para un acto de votación. El domingo puede concretarse el inicio de la reconciliación de Venezuela consigo misma.
En la calle hay decepción. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. El NO del 15-F será un castigo moral y político a la felonía, a la cobardía y a la traición. La esencia de nuestro planteamiento es la unidad. Construir una síntesis diferente y superior a cuanto existe. Levantar una gran causa a la cual servir, una gran verdad que sirva de norte a un pueblo entero. No puede ser un proyecto personalista ni personal. Hay que acabar con todos los “Mesías” potenciales o reales, sin desconocer la fuerza de los liderazgos honestos existentes. Todos a votar NO y a defender la voluntad popular.
oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 9 de febrero de 2009
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