ESCRIBE: GUILLERMO RODIGUEZ
De los viejos vicios del estatismo mercantilista que sufrimos desde la colonia hemos pasado directamente a los del estatismo socialista que son espejo contemporáneo de aquellos. Por sistemas populares hemos entendido un vicioso esquema que se limita al “poder” de un pueblo empobrecido de elegir los gobiernos ilimitados de los que dependerá completamente para subsistir. Un sistema enteramente popular, para ser virtuoso, requiere que sea el gobierno el que dependa del pueblo para subsistir. La pobreza del pueblo ante la riqueza del Estado es, hoy como ayer, el origen de los vicios que debemos superar.
El socialismo es el control de los medios de producción por el Estado. Un Estado que hace negocios, es por naturaleza un Estado socialista. Hablar de "Capitalismo de Estado" es una contradicción en términos, si la empresa es "de Estado" no es capitalista, y si es capitalista una actividad mercantil, no es realizada por el Estado. El socialismo democrático es la amalgama de los peores vicios económicos de antiguo régimen con los vicios políticos del populismo más antiguo.
En Venezuela la actividad petrolera es la más importante del país, en términos peso en de PIB y de ingreso fiscal. Un dato es que aproximadamente el 80% de las divisas que ingresan al país son producto, directo e indirecto, de las exportaciones del sector petrolero. El petróleo, como todo lo que está en el subsuelo, es, y ha sido siempre, propiedad exclusiva del Estado venezolano. Herencia que la corona española dejó, en la legislación, para su ex colonia. Una cosa es petróleo, que siempre ha sido del Estado, desde la conquista hasta la fecha, y otra es la industria que lo explote... fue primero privada y nacional, luego privada y mayormente foránea... finalmente exclusivamente Estatal por Ley. Y desde 1999 la constitución bolivariana de Venezuela, prohíbe clara y expresamente que PDVSA sea del pueblo. Sólo puede ser del Estado.
Todo gobierno socialista es populista en proporción directa de lo democrático que sea. El socialismo democrático, además de transferir recursos de la población al Estado, debe redistribuir sobrantes de unos a otros, coincidieron en ello el socialismo adeco y el chavista... los beneficiarios no son los mismos. Los que antes, poco o nada recibían, son la clientela electoral del nuevo socialismo, con lo que los que antes vivían comodante del Estado... poco o nada reciben hoy. Naturalmente odian y envidian a los nuevos beneficiarios.
Para pasar del socialismo al capitalismo hay que quitarle al Estado todos los activos que no están dedicados a sus funciones naturales y dárselos a las personas. Como eso no se ha hecho aún en lugar alguno, aún no hemos pasado del socialismo al capitalismo realmente en sociedad alguna. En Venezuela hay que empezar por el sector petrolero estatal. Transferir la propiedad del subsuelo y de la industria del Estado a la población. Y en el caso de la industria la mejor vía es privatizar PDVSA entregando no menos de la mitad de las acciones directa y gratuitamente a todos y cada uno de los ciudadanos y usar el resto para pagar la deuda pública.
Nada de esto se puede hacer con el actual marco jurídico. Es necesaria cambiarlo radicalmente. Y la propia Constitución estatista define el camino referendario para alcanzar pacíficamente tal objetivo. Mientras tanto hay mucho que se puede hacer. Como ha propuesto Pedro Elías Hernández desde la AC Petróleo Para el Pueblo del estado Aragua, incluso bajo el actual marco jurídico sería posible adelantar como iniciativa popular un proyecto de ley para transferir íntegramente la renta petrolera patrimonial creando un sistema de seguridad social integral, mayormente privado que pese a sus naturales limitaciones, garantizaría benéficos inimaginables en el sistema gubernamental actual. El asunto empezaría, con un proyecto de Ley con los siguientes objetivos:
1. Transferir directamente para cada venezolano. Desde que cumpla la mayoría de edad, hasta su edad de retiro. En una cuenta individual, de su libre elección, que puede ser un fideicomiso bancario, de seguro, o de otro tipo. Su cuota parte de ese ingreso patrimonial del subsuelo.
2. Que el 50% de los fondos transferidos a cada cuenta, se acumulen, junto con su rendimiento, capitalizándose individualmente, hasta la edad de retiro. Y luego sean entregados para que el titular decida como los ha de invertir para disponer de una pensión digna.
3. Que el otro 50% dividido en partes iguales, esté disponible para cada titular, en cupones para ser usados exclusivamente en gastos de salud y educación. Emitidos por las mismas instituciones en que el ciudadano mantenga su cuenta con valores acumulativos capitalizados de los saldos que no se gasten y su rendimiento. Servirían los cupones tanto para sistemas de salud pre-pagada, como de seguros. Según cada cual, individual y voluntariamente lo considere prudente.
Claro que el petróleo es un primer paso. La transición del estatismo al liberalismo es una gran transferencia de poder del Estado a la Población, y requiere la transferencia de todos los activos mercantiles del Estado a la Población tanto para capitalizar una ciudadanía descapitalizada, como para retirar al gobierno de actividades que no son propias de su naturaleza y objetivos. Pero hacer razonablemente eficaz al gobierno en sus funciones naturales requiere limitar más que sus activos. Alberto Mansueti, hoy dirigente de la organización política liberal zuliana Rumbo Propio, resumió la transición integral del socialismo al capitalismo como el logro de tres liberaciones:
1. En lo político, Gobiernos limitados. Que nos liberan de la posibilidad misma de la tiranía.
2. En lo económico, mercados libres. Que nos liberan de la pobreza, la arbitrariedad y la dependencia.
3. En lo social y cultural, instituciones privadas separadas del Estado. Que nos liberan de la imposición del pensamiento único colectivista, el adoctrinamiento y la dominación cultural de quien controle el Estado. Y en función de estas es que estamos trabajando a largo y ancho del país en el Movimiento Liberal Libertario Resistencia Civil, para la construcción de una verdadera alternativa ideológica, y política democrática al socialismo en Venezuela. Alternativa ideológica seria que complete el espectro ideológico de un país en que todos los partidos son actualmente “de izquierda” y se insultan absurdamente llamándose unos a otros “derecha”. Es una interesante ironía que mientras no exista el contrapeso ideológico como alternativa política de poder real en Venezuela, el proceso del socialismo “del siglo XXI” no será más que “la cuarta república a la quinta potencia” en sus peores aspectos. Un espectro político completo es algo que nunca hemos tenido en Venezuela, es el principio de una democracia seria... y es solo el principio.
De los viejos vicios del estatismo mercantilista que sufrimos desde la colonia hemos pasado directamente a los del estatismo socialista que son espejo contemporáneo de aquellos. Por sistemas populares hemos entendido un vicioso esquema que se limita al “poder” de un pueblo empobrecido de elegir los gobiernos ilimitados de los que dependerá completamente para subsistir. Un sistema enteramente popular, para ser virtuoso, requiere que sea el gobierno el que dependa del pueblo para subsistir. La pobreza del pueblo ante la riqueza del Estado es, hoy como ayer, el origen de los vicios que debemos superar.
El socialismo es el control de los medios de producción por el Estado. Un Estado que hace negocios, es por naturaleza un Estado socialista. Hablar de "Capitalismo de Estado" es una contradicción en términos, si la empresa es "de Estado" no es capitalista, y si es capitalista una actividad mercantil, no es realizada por el Estado. El socialismo democrático es la amalgama de los peores vicios económicos de antiguo régimen con los vicios políticos del populismo más antiguo.
En Venezuela la actividad petrolera es la más importante del país, en términos peso en de PIB y de ingreso fiscal. Un dato es que aproximadamente el 80% de las divisas que ingresan al país son producto, directo e indirecto, de las exportaciones del sector petrolero. El petróleo, como todo lo que está en el subsuelo, es, y ha sido siempre, propiedad exclusiva del Estado venezolano. Herencia que la corona española dejó, en la legislación, para su ex colonia. Una cosa es petróleo, que siempre ha sido del Estado, desde la conquista hasta la fecha, y otra es la industria que lo explote... fue primero privada y nacional, luego privada y mayormente foránea... finalmente exclusivamente Estatal por Ley. Y desde 1999 la constitución bolivariana de Venezuela, prohíbe clara y expresamente que PDVSA sea del pueblo. Sólo puede ser del Estado.
Todo gobierno socialista es populista en proporción directa de lo democrático que sea. El socialismo democrático, además de transferir recursos de la población al Estado, debe redistribuir sobrantes de unos a otros, coincidieron en ello el socialismo adeco y el chavista... los beneficiarios no son los mismos. Los que antes, poco o nada recibían, son la clientela electoral del nuevo socialismo, con lo que los que antes vivían comodante del Estado... poco o nada reciben hoy. Naturalmente odian y envidian a los nuevos beneficiarios.
Para pasar del socialismo al capitalismo hay que quitarle al Estado todos los activos que no están dedicados a sus funciones naturales y dárselos a las personas. Como eso no se ha hecho aún en lugar alguno, aún no hemos pasado del socialismo al capitalismo realmente en sociedad alguna. En Venezuela hay que empezar por el sector petrolero estatal. Transferir la propiedad del subsuelo y de la industria del Estado a la población. Y en el caso de la industria la mejor vía es privatizar PDVSA entregando no menos de la mitad de las acciones directa y gratuitamente a todos y cada uno de los ciudadanos y usar el resto para pagar la deuda pública.
Nada de esto se puede hacer con el actual marco jurídico. Es necesaria cambiarlo radicalmente. Y la propia Constitución estatista define el camino referendario para alcanzar pacíficamente tal objetivo. Mientras tanto hay mucho que se puede hacer. Como ha propuesto Pedro Elías Hernández desde la AC Petróleo Para el Pueblo del estado Aragua, incluso bajo el actual marco jurídico sería posible adelantar como iniciativa popular un proyecto de ley para transferir íntegramente la renta petrolera patrimonial creando un sistema de seguridad social integral, mayormente privado que pese a sus naturales limitaciones, garantizaría benéficos inimaginables en el sistema gubernamental actual. El asunto empezaría, con un proyecto de Ley con los siguientes objetivos:
1. Transferir directamente para cada venezolano. Desde que cumpla la mayoría de edad, hasta su edad de retiro. En una cuenta individual, de su libre elección, que puede ser un fideicomiso bancario, de seguro, o de otro tipo. Su cuota parte de ese ingreso patrimonial del subsuelo.
2. Que el 50% de los fondos transferidos a cada cuenta, se acumulen, junto con su rendimiento, capitalizándose individualmente, hasta la edad de retiro. Y luego sean entregados para que el titular decida como los ha de invertir para disponer de una pensión digna.
3. Que el otro 50% dividido en partes iguales, esté disponible para cada titular, en cupones para ser usados exclusivamente en gastos de salud y educación. Emitidos por las mismas instituciones en que el ciudadano mantenga su cuenta con valores acumulativos capitalizados de los saldos que no se gasten y su rendimiento. Servirían los cupones tanto para sistemas de salud pre-pagada, como de seguros. Según cada cual, individual y voluntariamente lo considere prudente.
Claro que el petróleo es un primer paso. La transición del estatismo al liberalismo es una gran transferencia de poder del Estado a la Población, y requiere la transferencia de todos los activos mercantiles del Estado a la Población tanto para capitalizar una ciudadanía descapitalizada, como para retirar al gobierno de actividades que no son propias de su naturaleza y objetivos. Pero hacer razonablemente eficaz al gobierno en sus funciones naturales requiere limitar más que sus activos. Alberto Mansueti, hoy dirigente de la organización política liberal zuliana Rumbo Propio, resumió la transición integral del socialismo al capitalismo como el logro de tres liberaciones:
1. En lo político, Gobiernos limitados. Que nos liberan de la posibilidad misma de la tiranía.
2. En lo económico, mercados libres. Que nos liberan de la pobreza, la arbitrariedad y la dependencia.
3. En lo social y cultural, instituciones privadas separadas del Estado. Que nos liberan de la imposición del pensamiento único colectivista, el adoctrinamiento y la dominación cultural de quien controle el Estado. Y en función de estas es que estamos trabajando a largo y ancho del país en el Movimiento Liberal Libertario Resistencia Civil, para la construcción de una verdadera alternativa ideológica, y política democrática al socialismo en Venezuela. Alternativa ideológica seria que complete el espectro ideológico de un país en que todos los partidos son actualmente “de izquierda” y se insultan absurdamente llamándose unos a otros “derecha”. Es una interesante ironía que mientras no exista el contrapeso ideológico como alternativa política de poder real en Venezuela, el proceso del socialismo “del siglo XXI” no será más que “la cuarta república a la quinta potencia” en sus peores aspectos. Un espectro político completo es algo que nunca hemos tenido en Venezuela, es el principio de una democracia seria... y es solo el principio.
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En tanto que nuestros compatriotas no adquieran los talentos y virtudes políticas que distinguen a nuestros hermanos del norte, los sistemas enteramente populares, lejos de sernos favorables, temo mucho que vengan a ser nuestra ruina...
Simón Bolívar
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Simón Bolívar
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