Cada
día que pasa Nicolás Maduro desmejora y envilece a Venezuela: la escasez de
alimentos obliga a los ciudadanos a deambular horas por los mercados. El Banco
Central de Venezuela (BCV) reporta graves fallas de abastecimiento en 16
alimentos básicos aunque el gobierno dice haber sacado las "reservas
alimentarias a la calle", mientras los precios de los alimentos ya
sobrepasaron el 70% de inflación.
La enorme deuda interna y externa conduce a
otra devaluación (el dólar paralelo estalló esta semana). Al finalizar 2013 se
habrán registrado unas 25 mil muertes violentas (70% tienen menos de 30 años).
La Misión Vivienda no tiene recursos asignados en 2014. La mayoría de los
hospitales están en cierre técnico por falta de insumos y pésimas instalaciones
(igual que las escuelas). Los apagones y la carencia de agua se han
intensificado, mientras Maduro "da prioridad a recursos para
militares" (aumento de sueldo y adquisición de equipos de guerra a Rusia y
China). Y el broche de oro: El Ilegítimo se asignó $9 millones para viajes en
2014, superior a lo presupuestado por Chávez en 2013. En un ambiente de miseria
y violencia Maduro nos cree imbéciles al anunciar el "Viceministerio para
la Suprema Felicidad Social".
Ante
tan grave anomia social y política las elecciones del 8D no son unos simples
comicios municipales, sino que sus resultados deben revelar el rechazo al
destructivo gobierno de Maduro de todos los estratos sociales, incluidos los
chavistas. "La oposición debe temer a la abstención, la abulia, la
tontería, más que al propio Maduro, que cava su tumba política con sus
discursos y su gobierno" advierte el agudo Fausto Masó (EN 19-10-13):
"Las ganas de quedarse en casa las refuerzan el mito de que los votos los
engullen las máquinas de votar. No conocemos ni un testigo de mesa que afirme
que el conteo manual de las papeletas le haya arrojado un resultado distinto
del que anunciaba la máquina". ¡Claro que hay trampa en una competencia
desigual!, añade Masó. El Consejo Nacional Electoral (CNE) nunca envía mensajes
recordando el secreto del voto, permitiendo así que se deslice la idea de que
el gobierno sabe por quién votará cada ciudadano, falacia que influye en cada
empleado público o beneficiario de las Misiones.
Trampas
como el voto "asistido"; militares y motorizados armados amenazando a
testigos opositores; votos múltiples de un mismo elector; Registro Electoral
Permanente (REP) contaminado y, sobre todo, los centros con una sola mesa de
votación porque no son auditados. Por eso la roja Tibisay no permitió la
auditoría del 14A con cuadernos de votación e inclusión de los centros con una
sola mesa porque, de haberlo hecho, habrían aparecido los votos que le
"regalaron" a Maduro. El 8D "usarán 5.454 centros de una sola
mesa de votación". Ahí es donde no deben faltar testigos avezados que
estén ¡mosca!
Los
venezolanos tenemos el 8D dos caminos: 1): Permitir "ganar" a Maduro
por paliza con nuestra abstención -con lo que también legitimaríamos ante el
mundo el 14A y Maduro llegaría al 2019 con esa "fortaleza". O 2):
Votar masivamente, cuidar nuestro voto y obtener un claro triunfo que muestre
la derrota y debilidad política del Ilegítimo y, además, contar con una legión
de alcaldes y concejales opositores incorporados a lucha por la reconquista de
la democracia y la paz social. Ese resultado es posible porque las encuestas
muestran el alto deterioro de la imagen de Maduro y que más del 70% culpa al
gobierno de la inseguridad, inflación, escasez y, en síntesis, del caos del
país. "Todo será mucho más fácil después de una victoria clara el
8D", ratifica Masó. También el insigne Carlos Machado Allison nos recuerda
que la trampa es más fácil hacerla cuando la diferencia es de 1%, que si es del
30%. "Abstenerse el 8D, por pasivo, furibundo o frustrado, no ayudará a
mejorar este país que se cae a pedazos, pero si puede contribuir a la
pulverización de lo que queda. (... ) Un triunfo de la oposición no solo será
un mensaje de optimismo hacia el futuro, también un castigo al peor gobierno de
nuestra historia" (EU 08-10-13).
En
estas circunstancias de escasez, inflación, cierre de empresas, caída de la
producción, devaluación, desempleo, inseguridad, apagones; vías, hospitales y
escuelas en ruinas; cubanos al mando, etc., la victoria electoral de Maduro
solo se produciría con una monumental abstención.
¿Contribuiremos
los demócratas con nuestra abstención al triunfo de Maduro, o iremos todos
masivamente a votar? Yo lo tengo claro: iré a votar el 8D.
mcolomina@gmail.com
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