La resignación condena al hombre a la entrega sin que manifieste alguna manera de oponerse a nada. “La Rebelión de Atlas”, de Ayn Rand, ampliamente recomendada.
La conjugación de miedo con carencia describe un cuadro de dantesca condición. Y es porque el miedo se encubre de vertiginosas razones para justificarse y manifestarse como reacción propia de quien se imposibilita de actuar en defensa propia. O peor aún, cuando el miedo confina todo pensamiento de belleza y verdad quedando sólo la desesperación silente. Tan nefasto es su efecto, que el poeta inglés Alddous Huxley expresaba que “el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma”. Es así que para quien vive temeroso, toda realidad parece asfixiarle pues embota su visión del mundo que tiene por delante.
Por su parte, la resignación condena al hombre a la entrega sin que manifieste alguna manera de oponerse a nada. Para quien se resigna, los problemas se soportan sin que sus efectos generen otros problemas. Porque como aludía el italiano Ferdinand Galiano, “lo importante no es curarse, sino vivir con sus males”. Esto promueve un estado de sometimiento que limita la razón y el instinto por lo que asume la nostalgia como condición de vida lo cual lleva a la persona resignada sólo a estar evocando lo que no se tiene o lo que no pudo ser por lo que ya fue pero no sigue siendo.
Ambos casos, tienen que ver un estado de sumisión o de forzada cesación lo que en política configura un estado de peligrosa autosupresión de derechos fundamentales asociados con necesidades tan básicas como las que exaltan la determinación a defender lo propio con el auxilio de todos los argumentos posibles que permitan asegurar lo que, por derecho natural y jurídico, es de uno.
Los gobiernos enredados en sus propias perversiones, buscan estimular situaciones de tal índole con el propósito de confabularse con crisis sociales, económicas y políticas que luego achacan a otros. Sólo con el propósito malsano de tramar problemas que pueden arrojarle retorcidos dividendos políticos que finalmente aprovechan para animar una sociedad que actúe con miedo o resignación. De esta forma, se le facilita justificar cualquier tipo de maniobra que, mediante asfixiantes medidas, le permita enquistarse en el poder sin mayor oposición.
Es lo que aviesamente ha llevado a cabo el régimen venezolano para así ganar el terreno necesario sobre el cual anquilosarse políticamente. Por tan indigna razón, busca imponer un sistema socialista rebatido por la historia universal contemporánea pues sólo así podría arraigarse al mismo tiempo que habría usurpado libertades a los fines de inhibir reacciones de inspiración democrática.
Las recientes decisiones tomadas por el régimen, en materia salarial, además de otras que han impactado el manejo de las finanzas pública nacionales, gracias a la arbitraria potestad que otorga la inconstitucional Ley Habilitante, fueron concebidas bajo la intención de inmovilizar la ciudadanía. De tal modo que logró su cometido por cuanto buena parte del país se encuentra hoy día resignada o temerosa.
VENTANA DE PAPEL
Difícil pero esperanzadora tarea
Arduo es el trabajo de quien se plantea poner al descubierto las arbitrariedades gubernamentales ante tribunales internacionales de justicia. Sobre todo, después de verse saqueado por instituciones del régimen en nombre de un socialismo tan absurdo que ni siquiera ha podido ser definido de cara a las nuevas realidades del siglo XXI. En este sentido, Diego Arria, quien fuera despojado de su propiedad, la finca Las Carolinas, ahora convertida en presunta unidad de producción social “Domador Pineda”, ha venido visitando comunidades, instituciones y movimientos democráticos en un recorrido por todo el país con el único objetivo de develar las oscuras razones que tiene el régimen para valerse de excusas tan infames como lo de “alcanzar la soberanía alimentaria nacional” para llevar a cabo sus tramoyas de la más conspicua corrupción que históricamente haya podido maquinarse en Venezuela. Más aún cuando tales acciones de gobierno resultan contra todo principio y valor, derecho y libertad ya que terminen en pillaje encubierto de legalidad razón por la cual es deber denunciarlas ante el resto del mundo como en efecto lo está haciendo el exgobernador de Caracas y Embajador, expresidente del Consejo de Seguridad de la Organización Naciones Unidas. Desde luego ello luce difícil pero, en el fondo es, indiscutiblemente, una esperanzadora tarea que alienta la concienciación de razones de democracia tras la reconquista de un país libre de militarismo y de economías equivocadamente controladas.
¿Cuándo una sociedad está condenada?
A ciencia cierta, no se sabe desde cuándo está circulando este fragmento del libro de Alissa Zinovievna Rosenbaum, mejor conocida en el mundo de las letras por el seudónimo de Ayn Rand. En verdad constituye una obra extraordinaria y tan actual como se desprende de su lectura, razón por la cual se recomienda ampliamente. El 2 de febrero de 1905 nació en San Petersburgo esta filósofa y escritora estadounidense, aunque de origen ruso. Falleció en marzo de 1982 en New York. Nunca más oportunas las palabras de la autora de esa magnífica novela que es “Atlas Shrugged”, traducida al español como “La Rebelión de Atlas” (1950). Un trozo de tan importante novela, expone: Cuando advierta que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar -sin temor a equivocarse- que su sociedad está condenada.
¿Qué hay detrás de los anuncios presidenciales?
No hay duda que detrás de los recientes anuncios vociferados por el presidente de la República, en una latosa cadena nacional de radio y televisión, tienen un peso enteramente político. Los altos precios del petróleo y la agenda que por ahora tiene el gobierno, generan los incentivos para dictar estos aumentos y así tratar de manipular las percepciones de los votantes ante la coyuntura electoral de 2012. Mientras tanto, los venezolanos deberán vivir un nuevo capítulo dentro de una sociedad controlada y una economía intervenida. Si el gobierno quisiera fortalecer las remuneraciones, tendría que generar condiciones para que la economía crezca, para que haya capacidad de empleo y crear un aparato legal a los trabajadores capaz de poder negociar y disfrutar abiertamente esa riqueza generada por el aparato productivo. No obstante, el salario mínimo en Venezuela representa una inmensa distorsión económica. El aumento dictado de manera inconsulta, no alcanza para nada pues las realidades dejan ver que se está frente a una economía estatizada que está llevando a una sociedad de básicos y de mínimos al mejor estilo cubano. De hecho, el dinero que se recibirá en septiembre tendrá entre un 10 y un 12 por ciento menor en capacidad de comprar de bienes y servicios con lo que se evidencia la improvisación de dicha medida. El problema ha seguido una tendencia tal que, durante los últimos cinco años el aumento salarial ha surgido de apremios y circunstancias por cuanto el mismo nunca ha estado contemplado como parte formal del presupuesto nacional. De esta forma será ejecutado mediante créditos adicionales lo que contribuirá a complicar el manejo de las finanzas públicas de cara a las necesidades reconocidas por vía del presupuesto nacional.
¿Boda real vs. real por la borda?
Buena parte del planeta vivió emocionadamente a la llamada Boda del Siglo acaecida entre el Príncipe Williams y Kate Middleton, ahora Duquesa Catherine. Tan hermoso evento, indiscutiblemente devolvió el brillo y majestuosidad a la monarquía británica un tanto apagada últimamente. No obstante, traspasando la fascinación que pareció ejercer en millones de personas dicho acontecimiento, se tienen distintas interrogantes como, por ejemplo, el por qué y el para qué de la llamada nobleza en pleno siglo XXI. Particularmente, en medio de enquistados y virulentos problemas de todo orden y magnitud. Sin embargo por la incidencia de tantos problemas, al parecer el mundo aún necesita de reyes y grandes monarcas, como los que están en el Medio Oriente. O incluso, en latitudes más cercanas, con presidencias que se prolongan en el tiempo. Y aun cuando siguen existiendo misterios que envuelven al poder o a quienes están frente a los llamados poderosos: el pueblo, el soberano o la sociedad en pleno, continúan solapándose dificultades que incitan graves crisis. Pero en medio de todo esto, la picardía de algunos sigue haciendo de sacos rotos, trapos zurcidos. Tanto que algún chistoso manifestó que “mientras hubo locos con la boda real, hay otros regalando real como locos”.
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