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domingo, 4 de mayo de 2014

MALÚ KIKUCHI, ”LA VIOLENCIA DE ARRIBA …”, DESDE ARGENTINA

¿Recuerda que en los 70 el terrorismo excusaba crímenes inexcusables, con una frase que decía: *”la violencia de arriba engendra la violencia de abajo”? Si Usted tiene una cierta edad es difícil que lo haya olvidado. Tampoco puede haber olvidado lo que siguió. Los fantasmas todavía están entre nosotros.

Hoy, ahora, estamos rodeados, sitiados, arrasados por la violencia. Y ya no hablo de la enorme violencia de la corrupción, ni de la injusta violencia  de la impunidad, ni de la violencia de la inflación que hace que la plata no alcance; ni siquiera hablo de la violencia humillante de la pobreza (27,5%), de la vilencia de la pésima educación pública, ni de la violencia insoportable y permanente de la mentira del relato.

Hablo de la violencia. De la violencia del robo, del arrebato, del secuestro, de la violación, del asesinato. Hablo de despojo, armas, terror, sangre, muerte. Porque todo eso es la violencia. Y hoy, perdón por reiterar, nos gobierna la violencia. En cualquier lugar, a cualquier hora, de cualquier forma, la violencia está. Activa.

Asesinan una adolescente de 17 años, buena chica, pegándole al salir del colegio nocturno. Llega a su casa en condiciones terribles, hasta le faltan dientes y la madre pregunta ¿vamos al hospital?, la chica contesta no, tomo una aspirina y me duermo. Recién al día siguiente, cuando no despierta, los padres la llevan al hospital. Es tarde. Quizás a tiempo se hubiese salvado.

Fracasó la familia.

En la escuela, le pegan a una niñita de 7, chicos de su edad y de 8 años. La familia actúa a tiempo. La chiquita tiene hematomas en el estómago, el cráneo y otras “menudencias”. Los maestros habían reportado un dedo lastimado. La víctima no conoce el porqué del ataque. La escuela le mintió a los padres.

Fracasó la escuela.

Un choque descomunal en San Pedro, 2 autos, una moto, 9 muertos. Jóvenes. Alguno de los autos con alcohol y droga. Otro choque fatal: toda una familia muerta en Salta en un choque con un camión. ¿Exceso de velocidad? ¿Una curva mal señalizada? Resultado, 4 muertos.

Fracasó la sociedad.

Y los asesinatos diarios, los femicidios, la violencia aparentemente gratuita ya que la víctima, – porque a pesar de Zaffaroni y sus seguidores, las víctimas son las que sufren los agravios -, entregan todo con tal de seguir viviendo y eso no se les permite. Lo explicamos con la droga. Con la inverosímil permisividad de las fronteras, con la indiscutible connivencia de policías, gendarmes y funcionarios, algunos, no todos, pero con eso basta.

Y la intolerancia que se nos ha instalado hasta en las casas, en las familias, con los amigos. Todo nos saca de quicio. Todo pasa a ser imperdonable. Empezando por los medios, ya que la sangre chorrea desde las pantallas de los televisores, hasta el constante sonido de los celulares, sin los que aparentemente no se podría vivir, pero es difícil no tirarlos a la basura con tal de no oírlos. Todo nos saca. La violencia nos asfixia y la reflejamos.

Fracasó la familia. Fracasó la escuela. Fracasó la sociedad. Si sumamos todas las partes, ¿cuál es el resultado? Fracasó el gobierno. Un gobierno que no fue impuesto por la CIA, ni infiltrado por al Quaeda, ni dirigido por Cuba (bueno, acá puede haber alguna duda al respecto), de todas formas es un gobierno argentino, compuesto por argentinos y elegido por argentinos.

Y si aceptamos el relato y decidimos creer que como en los 70, ¡tan extrañados por los K, “la violencia de arriba engendra la violencia de abajo”, ¿quién es el responsable de toda esta enloquecida violencia que nos tiene acorralados por incontables victimarios que la ley termina protegiendo?

El gobierno. Y si queremos ser impiadosos y justos, podemos pensar que el gobierno es el resultado visible de una seria patología social. O sea que como el perro que se muerde la cola, volvemos al principio: somos responsables de lo que nos sucede. Por lo tanto, somos los únicos que podemos resolver el problema.

Si admitimos ser responsables, debemos dar respuesta, ya que eso es lo que implica la palabra. La respuesta es simple, está en una boleta electoral. Una boleta en la que hayamos pensado mucho. Los candidatos deben ser capaces de contestar todas nuestras preguntas. Tenemos que conocerlos, a ellos, a  sus ideas, sus propuestas y soluciones, no sólo los diagnósticos, que esos los hacemos nosotros todos los días.

Necesitamos conocer el currículum vitae de todos y cada uno de los candidatos. Nunca más, y uso la expresión a propósito, ya que tiene muchos propósitos, candidatos al tuntún. Que ningún candidato elegido por nosotros nos sorprenda.

Los que debemos sorprender al actual gobierno y su demencial, permitida e incitada violencia, somos nosotros, votando masivamente por un cambio moral, fundamental y fundacional para la Patria.

Malu Kikuchi
maluki@fibertel.com.ar
@malukikuchi

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lunes, 1 de octubre de 2012

CHARITO ROJAS, ARRIBA CON EL FLACO

"Todo poder cae a impulsos del mal que ha hecho. Cada falta que ha cometido se convierte, tarde o temprano, en un ariete que contribuye a derribarlo".  Concepción Arenal (1820-1893) Escritora y socióloga española.
Desde que lo entrevisté cuando recién había salido de Yare, supe que era un personaje nefasto y delirante, que con un poco de poder haría un tremendo daño a Venezuela. Su mesianismo lo cegaba antes y lo sigue manteniendo en el limbo de las tinieblas bárbaras, esas que privilegian el pasado por encima del futuro, esas que te llevan en nombre del sagrado derecho de las mayorías, a perjudicar a tantas minorías, que éstas terminan haciéndose mayorías y descogotando al mesías de turno. Remember Saddam, remember Gadafi y otro que está cocinándose en su propia salsa, el pana sirio.
"Dadles un poco de poder y los conoceréis" decían los antiguos filósofos griegos, fundadores del pensamiento democrático y republicano. A éste le dieron un dedo y se cogió el país entero, creyéndose amo absoluto de sus habitantes, instituciones, leyes, de los bienes públicos y hasta de los privados.
Jamás he apoyado nada que tenga su sello resentido y abusador. Y no me conduelo de su enfermedad, porque veo todos los días como personas buenas mueren de cáncer, ante la indiferencia de un gobierno que no tiene presupuesto para mantener operativos los equipos de oncología en los hospitales, mientras que la enfermedad presidencial dispone de médicos, aviones, hospitales, equipos y cientos de miles de dólares para cubrir todos sus gastos. Privilegios injustos de la revolución dizque socialista.
Pero hay preceptos generales que se vienen cumpliendo. Uno de ellos, que los tiempos de Dios son perfectos, nada sucede sino cuando debe. Otro, que los pueblos no se equivocan… aunque sea tardíamente, el venezolano parece haber entendido el gigantesco brollo en que nos ha metido. Presenciamos una campaña electoral donde está operando la justicia. Un pueblo volcado con una euforia que los periodistas no veíamos desde la buena época de Carlos Andrés Pérez, tras un candidato que le ofrece algo que parecía perdido: la esperanza en un futuro mejor, en una salida hacia el progreso para todos por igual. Henrique Capriles ha girado por Venezuela, visitando más de 260 pueblos en 85 días de campaña, en un cara a cara energizante, con un discurso corto y directo donde ofrece resolver las cosas elementales para la vida de cualquier ciudadano. Agua, luz, trabajo, seguridad, salud, infraestructura. En suma, lo que debe hacer un gobierno serio y responsable, que para eso lo elegimos.
En contraste, vemos una campaña oficialista con un discurso desgastado de agresividad y promesas que jamás se cumplen, con la mentira jugando garrote e incongruencias que hacen dudar de la estabilidad anímica y mental de quien pronuncia frases como ésta escuchada en La Guaira: " El futuro de la humanidad depende, en buena manera, de mi triunfo el 7 de octubre y no estoy exagerando". Es el mismo candidato que ofrece en su programa de gobierno "salvar al planeta".
Su campaña demuestra cada vez con más evidencia visual, lo enfermo que está. Solo realiza actos hacia el final de la tarde, cuando ha culminado sus tratamientos y terapias; aunque la temperatura sea de 40 grados, usa siempre chaquetas manga larga y hasta bufandas (dicen que por la fiebre), sus alocuciones son cortas o como en el caso de Catia, ni siquiera habla. Las cancelaciones en su agenda son constantes y en sus últimas cuatro apariciones de campaña ha llorado pidiendo a Dios que le dé más tiempo. Para terminar de jorobar este país, será.
Lo más preocupante de esto es la carrera con que se están maquillando obras para que el candidato presidente inaugure, tratando desesperadamente de mostrar obras a última hora. En el ferrocarril en San Joaquín fueron despedidos esta semana más de 200 trabajadores, con la excusa de que no hay presupuesto para pagarles. Pero ellos dicen que los gerentes de la obra ordenaron "parapetear" un pequeño tramo para que haya un acto de pre inauguración. En Fuerte Tiuna, se inauguraran varios edificios sin estar dotados de servicios ni tener habitabilidad, al igual que sucede con las entregas de Misión Vivienda en otras partes del país. Ya el Colegio de Ingenieros ha anunciado que se deben revisar todas estas obras apresuradas, porque tal como están "no aguantan ni un temblorcito".
Las ofertas de misiones se multiplican en los barrios, les dan las tarjetas para que cobren su beca "después de octubre", porque el compromiso es que gane el comandante presidente. Ya tienen tomados todos los autobuses de las líneas urbanas para trasladar a votar a quienes ellos tienen en sus listas de beneficiarios. Les dicen que van a saber por quien votaron (todavía hay quien cree este cuento de camino). Mientras, el candidato a la reelección habla de guerra civil, volver polvo cósmico a la oposición, acabar con "la burguesía", bla, bla, bla... Allá los que crean en la cháchara, los que prefieran creer en promesas vacías, los que antepongan su interés particular al futuro de sus hijos, los sinvergüenzas que medran en el erario público.
Los venezolanos que quieren progreso ya están cansados de historias de iguanas, de terroristas, de magnicidios, de rayos y complots. Hasta los chavistas están hastiados de enfrentamientos, de la discusión vacía, del belicismo, de la división.
Llegó el momento de cambiar el rumbo del país, la experiencia ha sido terrible y la mayoría de los venezolanos exige eficiencia para poder vivir como personas y no como animales en esta patria.
Por primera vez, las inclinaciones de las encuestas son imparables hacia la opción de Capriles. Sube como la espuma y la mejor demostración de su crecimiento es la desesperación, los insultos y las promesas descocadas que se oyen en el lado oficialista. La entrevista del joven candidato de la unidad con el Presidente de Colombia fue una imagen imborrable de estadistas serenos, impecables, conversando amigablemente de los problemas comunes.
Eso es lo que queremos. Un Presidente de altura, educado, conocedor de los problemas y de sus soluciones, servidor y no amo nuestro. Alguien que ponga a Venezuela como prioridad y que cierre el desaguadero de una revolución que mantienen a un grupo de chulos internacionales, que busca un liderazgo planetario a costillas del sufrimiento del pueblo venezolano. Alguien en fin, que no nos haga exclamar "¡Qué pena con ese señor!
Hay cientos de razones para querer salir de este gobierno seudo revolucionario, dilapidador, embustero y demagogo. Pero la próxima semana les daré mis 50 razones por las cuales votaré en contra de Chávez y a favor de Capriles. Votaré Unidad, por Venezuela, por mis hermanos venezolanos, por el progreso y la paz.
Charitorojas2010@hotmail.com

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