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sábado, 26 de enero de 2013

ANALÍTICA, LA OPORTUNIDAD DE LA TARJETA ÚNICA, EDITORIAL

ANALÍTICA


LA OPORTUNIDAD DE LA TARJETA ÚNICA

EDITORIAL

Fragmentar de nuevo el espectro político con una multiplicidad de opciones para votar por el mismo candidato puede ser contradictorio. La fuerza está en la unidad y su símbolo debería ser la tarjeta única con el rostro del candidato

La intervención de Ramón Guillermo Aveledo en el acto de celebración de otro aniversario del 23 de enero resultó una muestra de unidad de todos los grupos políticos que conforman la MUD reflejado en una declaración de principios y en el esperado anuncio del acuerdo de un candidato presidencia unitario que sería escogido por consenso tan pronto lo impongan las circunstancias.

Nosotros creemos que más temprano que tarde se impondrá una decisión, porque Maduro anda sin ambages en pre campaña, y es lógico que así sea ya, que él es más conocido en Cuba y en el exterior, que en Venezuela. 

La oposición tiene en este momento la ventaja de haber presentado un candidato presidencial que recorrió varias veces el país y logró aglutinar, a pesar de todos los obstáculos, 6.5 millones de votos reconocidos por el engendro electoral.

Ahora bien, si se trata de lograr un consenso, una buena fórmula sería convenir alrededor del candidato con más opción pero representado, no por una miríada de partidos, sino por la tarjeta única de la alternativa democrática. Eso permitiría que todos nos sintiéramos identificados con el espíritu de unión de los venezolanos demócratas. Este paso debería ser aceptado en esta ocasión, mucho más al haber obtenido los partidos políticos su respectiva medición pública el 16/D.

Fragmentar de nuevo el espectro político con una multiplicidad de opciones para votar por el mismo candidato puede ser contradictorio. La fuerza está en la unidad y su símbolo debería ser la tarjeta única con el rostro del candidato.

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lunes, 12 de enero de 2009

*EN PROCURA DE UNA AUTÉNTICA UNIDAD, EN ANALÍTICA, CARLOS R. PADILLA L, 11 DE ENERO DE 2009

Los resultados electorales anunciados por el Consejo Nacional Electoral según su último boletín inserto en internet, con datos actualizados a las 5:00 p.m. del 27 de noviembre de 2.008, demuestran de manera fehaciente que la tan necesaria unidad no se produjo en muchísimos casos lo que arrojo una victoria cualitativa de los factores opositores y disidentes en tan solo cinco (5) estados y en un pírrico alcance en un escaso 10 % de las alcaldías.
Al revisar exhaustivamente dichos datos pudimos comprobar que la inmensa dispersión del voto opositor, que de haberse unido tendríamos por lo menos 12 gobernaciones, un 60% de las alcaldías y un significativo número de legisladores estadales.

Las causales de dicha dispersión podemos ubicarla, en primer lugar, en la pretendida hegemonía de algunas direcciones nacionales que se creyeron con la suficiente fuerza como para derrotar en reducidas alianzas al continuismo gubernamental imponiendo candidaturas que no gozaban del apoyo real de sus comunidades y desechando el apoyo de otros factores que resultaron decisivos y que no sumaron sus votos a los candidatos que resultaron perdedores.

Otra causal, de importante relevancia, fue el que sectores que se sintieron desechados escogieran como camino de su protesta el postular candidatos sin ninguna posibilidad real de triunfo lo que restó un importante volumen de votos decisivos a quienes tenían la posibilidad más alta de triunfar.

Es por ello que desde esta tribuna hacemos un significativo llamado a todos los factores políticos, ya sean estos con ingentes recursos o sin ellos, a dejar de lado toda pretensión hegemónica y propiciar un encuentro que nos incluya a todos pensando más en la colectividad que quiere superar esta indignante situación que en obtener posiciones o prebendas para ganar abrumadoramente en la lucha por evitar el continuismo como para otros eventos electorales que se avecinen.

La subsistencia de la democracia requiere de una autentica unidad, sin odiosas exclusiones. Nuestra tarea en defender los valores republicanos de elecciones para que la representación ciudadana sea elegida periódica y de forma alternativa, para que la independencia de los poderes públicos y de la descentralización sean una realidad, para que el trabajo y la eficiente inversión sean productores de riqueza y trabajos estables respetando la iniciativa individual y los derechos de propiedad, con igualdad de todos ante la ley.

Todo ello lo exigimos pues sabemos que el gobierno más eficaz, responsable y sensible es aquel que se encuentra más cerca del pueblo, porque no queremos que nos gobierne ni represente una casta basada en la sucesión, en ideologías caducas ni en los privilegios del poder o en la exclusión de un sector de la población por otro, porque, al fin y al cabo, nos oponemos a cualquier dictadura que enfrente al concepto "República" y no proteja los valores de la familia, la religión, la moral y la ética. Por ello nos proponemos lograr un país de propietarios con un gobierno limitado y una Venezuela que viva con bienestar y libertad

carlos.padilla.carpa@gmail.com

sábado, 3 de enero de 2009

*¿ES CUBA SOCIALISTA?, HUMBERTO GARCÍA LARRALDE, ANALÍTICA, SÁBADO, 3 DE ENERO DE 2009


Al celebrar los 50 años de terca existencia del único régimen comunista en las Américas, la pregunta del título pudiese parecer una impertinencia. En fin de cuentas, para muchos la Revolución Cubana es emblemática de lo que significa socialismo, es decir, sus características son en sí definitorias de lo que puede entenderse, para bien o para mal, de tal estructura socioproductiva, así como de su correspondiente “superestructura” política. Para otros, sin embargo, la noción de socialismo sigue evocando estadios de justicia, de libertad y de bienestar material que brillan por su ausencia a lo largo del último medio siglo antillano. Quizás podría reformularse la pregunta para indagar cuál es el sentido o el carácter del socialismo cubano.
Los cubanófilos de antaño identificarán en el título de este artículo el de un libro escrito a finales de los 60 por un asesor del régimen fidelista en desarrollo agropecuario, a la sazón miembro del Partido Comunista Francés, René Dumont . No sorprende que, dada su nacionalidad, abordase su conceptualización de socialismo desde una perspectiva cartesiana: su superioridad sobre el capitalismo derivaba de su mayor racionalidad, de la existencia de un plan central omnicomprensivo que asegurase el uso lógico y eficaz de los recursos para la construcción de la nueva sociedad. Para su angustia, la excesiva discrecionalidad intervencionista de Fidel Castro, genio y figura de la entonces joven revolución, echaba por la borda todo intento de construir un andamiaje coherente de planificación racional. Su conclusión lapidaria era que el desorden personalista que predominaba en Cuba no podía tildarse de “socialismo”.

Tal aseveración coincidía con lo que podría derivarse desde una óptica marxiana, no obstante las profesiones de fe del elenco dirigente cubano. En el plano económico Marx pregonaba que la “socialización de las relaciones de producción” desataría una mayor productividad hasta superar la escasez que históricamente había condenado a las mayorías a la miseria y así saltar “del reino de la necesidad al reino de la libertad”. A su vez, la alienación del hombre moderno, producto de la escisión entre sus esferas privada y pública de existencia, era imputable -según él- a la lógica del capital. Una vez superada ésta con la revolución socialista ocurriría la liberación multifacética de sus potencialidades ciudadanas, ahora dueño de su destino. Ello completaría ese salto al “reino de la libertad”, cuyas bases materiales aseguraba la liberación de las fuerzas productivas, y haría innecesarios los poderes coercitivos del Estado. Éste desaparecería para ser reemplazado por una simplificada “administración de las cosas”, en manos de la sociedad organizada. Con el beneficio de la posteridad, es fácil entender que el viejo alemán en absoluto entendió el papel central de los incentivos para la materialización de esta visión prometeica, confiando en que, una vez en posesión de los medios de producción, el obrero se entregaría gustosamente a su trabajo para construir la anhelada utopía. La conculcación brutal de las libertades y el colapso económico de aquellas experiencias que intentaron imponer a la fuerza este “paraíso” no amilanó, empero, a los guardianes de la fe, convencidos de que habían fracasado los hombres pero nunca la idea. En éstas habría que incluir, desde luego, a la Revolución Cubana, no obstante logros importantes en el campo de la salud y la cobertura educativa.

Fidel declara a Cuba socialista luego de la fracasada invasión de expatriados en Bahía de Cochinos, financiada y apoyada por la CIA. Los primeros años de la Revolución habían atestiguado una búsqueda entusiasta de formas creativas de participación política y cultural, que hizo albergar la esperanza entre muchos izquierdistas desencantados con la experiencia soviética, de que se había reencontrado la senda refrescante, libertaria y humana del socialismo. Fueron tiempos en que un Che Guevara en la cúspide de sus delirios revolucionarios desafiaba la racionalidad y el cálculo económico para la construcción del Hombre Nuevo en Cuba con su pregón a favor de los incentivos morales, en abierta polémica con Charles Bettleheim, exponente de las corrientes marxistas ortodoxas.

Luego del fracaso de los intentos por profundizar la industrialización y del despilfarro implícito en otros proyectos descabellados –el cinturón cafetero y cítrico a La Habana, las jornadas de trabajo voluntario- el pragmatismo y las penurias obligaron a Cuba a cobijarse progresivamente bajo el paraguas protector de la URSS y llevó al envejecimiento prematuro de la Revolución, ahora con mayúscula. El apoyo de Fidel a la invasión de Checoeslovaquia y, posteriormente, el vergonzoso caso contra el poeta galardonado, Heberto Padilla, puso fin definitivo a toda esperanza de que la isla pudiese evitar el carácter despótico de sus aliados. Las confusiones, perplejidades y desencantos que acarreó el cercamiento creciente de la burocracia comunista a las expresiones culturales autónomas son recogidas angustiosamente en sendos libros por Carlos Franqui y por Alma Guillermoprieto , el uno partícipe de la gesta guerrillera y director de la revista Revolución hasta 1967, la segunda, profesora invitada de ballet a finales de esa década.

No obstante, es justo reconocer que, gracias a la masiva transferencia de recursos desde la URSS, Cuba pudo conquistar importante mejoras en el campo de la educación y la salud, y disfrutar de niveles de vida similares, en muchos sentidos, a los del promedio de otras economías latinoamericanas de igual tamaño, si bien bajo un estricto régimen de racionamiento. Según el catedrático cubano-estadounidense Carmelo Mesa Lago , entre 1960 y 1990, Cuba recibió de la Unión Soviética el equivalente de unos 65 millardos de dólares en condiciones muy generosas, sin contar con otros créditos y ayudas del CAME, otros países de Europa del este y China. Dos tercios de esa ayuda fue en donaciones no reembolsables en forma de subsidios a los precios y Cuba no pagó prácticamente nada del restante monto en créditos y préstamos. Lamentablemente, con la desaparición del llamado “campo socialista”, muchos de los desarrollos sociales se han resentido por la incapacidad de financiarlos en los niveles adecuados. El fin de las enormes transferencias soviéticas obligó a la jerarquía comunista a relajar los controles sobre la iniciativa privada, en lo que se conoció como el “período especial”, permitiendo mayor número de actividades por “cuenta propia” (reparación de automóviles, electrodomésticos, servicios personales varios), la existencia de “paladares” (pequeños restaurantes caseros a los que le son prohibidos emplear personal ajeno a la familia) y los mercados campesinos autorizados para vender el exceso de productos agropecuarios que queda tras la entrega de las correspondientes cuotas al Estado. Empero, una vez que la economía empezó a crecer -impulsada por esta liberación de actividades productivas-, el régimen volvía a apretar los controles, bajo el pretexto de impedir la emergencia de nuevos privilegiados, y ahora con el financiamiento de un nuevo patrocinante: Hugo Chávez. Este retorno refleja, en las decisiones del régimen, un desapego por la racionalidad económica y su subordinación a criterios estrictamente políticos: evitar que el desarrollo de actividades fuera del dominio directo del Estado redundara en una pérdida de su control sobre la sociedad, ya que el desarrollo de fuentes autónomas de sustento constituye el primer paso en la liberación del férreo dominio que ejerce el poder totalitario sobre la población. El régimen pretendió cobijar esta opción por el atraso argumentando que la liberación de la iniciativa individual agudizaba las desigualdades y alentaba contra la “ética del socialismo”, pasando por alto que las desigualdades más odiosas y arbitrarias existentes en la isla son inherentes al usufructo discrecional de los recursos económicos por parte de la élite dirigente. Según esta prédica moralista, el bienestar material del pueblo debe sacrificarse en aras de defender una “revolución” que pretendidamente es en su propio beneficio (¡!).

Desde luego, este régimen mineralizado, cerrado sobre sí mismo y refractario al cambio, es todo menos que “revolucionario”. Pero después de décadas de haberse secado la euforia transformadora, la evocación de la épica de los primeros años, su mitificación para hacer aparecer a Fidel como el único artífice del derrocamiento de Batista, y la referencia incesante a las amenazas imperialistas –legitimadas en parte por la torpe política de sucesivos gobiernos estadounidenses hacia la isla- ha servido para perpetuar la fábula . La mentalidad de asedio justifica la represión a toda disidencia bajo el argumento de que favorece al “enemigo” y conmina a cerrar filas en torno al caudillo. Bajo la exacerbación de pasiones nacionalistas y del culto a la muerte como máximo sacrificio por la causa -¡Patria o Muerte, Venceremos!- se ha militarizado y regimentado a la sociedad bajo el control férreo de Fidel y de sus secuaces. Junto al culto al Comandante en Jefe y la utilización de Brigadas de Respuesta Rápida para acallar protestas, estas características hacen a la Cuba de hoy más afín a las experiencias fascistas del siglo pasado que a cualquier ideal socialista.

El legado de estos 50 años es un Estado despótico que ha condenado a su población a niveles míseros de vida, que usurpa en beneficio propio la riqueza social y que ha generando una nueva clase que dispone a discreción del producto material que se le niega a los miembros menos afortunados de la sociedad, mientras reprime con largos años de cárcel a quienes entran a ciertas páginas de Internet “sin permiso” (¡!). El control absoluto de la información, la existencia de una única verdad política, la intolerancia absoluta ante la disidencia constituyen mecanismos obligatorios para poder perpetuar un régimen injusto y opresivo.

Desde hace algún tiempo, bajo la égida del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Minfar, la economía cubana ha venido siendo colonizada por el alto mando militar. Con la reintroducción subrepticia del cálculo económico, se procura aplicar criterios de eficiencia para la conducción de sus empresas. Lamentablemente, largos años de control centralizado, la subordinación a consideraciones políticas y la ausencia de incentivos a empleados y trabajadores, ha vaciado a la inmensa mayoría de toda capacidad competitiva. El cubano de a pie sobrevive sustrayendo bienes de las empresas donde trabaja y trampeando el sistema con servicios y actividades que se sitúan, las más de las veces, al margen de la ley, mientras los más afortunados reciben remesas de parientes exilados. Raúl Castro, en el mando desde hace casi dos años por la incapacitación de su hermano mayor, se enfrenta al difícil reto de liberalizar la economía sin perder el control político cuasi absoluto que detenta. Por su parte, los esfuerzos de Hugo Chávez por disuadir todo cambio y congelar la “pureza revolucionaria” a través de generosas donaciones –inconsultas- del dinero de todos los venezolanos, difícilmente podrá prosperar, ahora que la caída de los precios del crudo limita severamente esta ayuda. ¿Podrán los aires frescos que anuncia la presidencia de Barak Obama contribuir con la creación de un escenario más conducente a los cambios que hoy reclama la economía cubana y abrirle las puertas a una progresiva democratización de ese país?

[1] DUMONT, René (1970), ¿Es Cuba socialista?, Editorial Tiempo Nuevo, Caracas.

[2] FRANQUI, Carlos (1981), Retrato de familia con Fidel, Seix Barral, Barcelona, España.

[3] GUILLERMOPRIETO, Alma (2005), La Habana en un espejo, Editorial Debate, Colección Otras Voces, Caracas.

[4] MESA-LAGO, Carmelo (2002), Buscando un modelo económico en América Latina, ¿Mercado, socialista o mixto?: Chile, Cuba y Costa Rica, Editorial Nueva Sociedad, Caracas, Pág. 593.

[5] La URSS (y los países del CAME) compraban el azúcar a Cuba a precios por encima del mercado mundial y le vendían petróleo por debajo de las cotizaciones internacionales. Además, a este precio le entregaban petróleo en exceso, que Cuba revendía a los precios mundiales vigentes. Finalmente, la URSS donaba armamentos y demás recursos para el desarrollo y fortalecimiento de las fuerzas armadas cubanas y, en particular, financiaban sus aventuras bélicas en África. Con la desaparición de la URSS, la economía venezolana bajo Chávez ha ocupado en buena parte ese rol.

[6] Como bien lo describiera Américo Martín, nada mejor que la ideología leninista para cobijar esta dictadura personalista bajo el manto de "la defensa de los intereses del pueblo cubano". MARTÍN, Américo (2001), América y Fidel Castro, Editorial Panapo, Caracas.

jueves, 18 de septiembre de 2008

*CARLOS R. PADILLA L. ESCRIBIÓ PARA ANALÍTICA: EL MONOPOLIO COMUNICACIONAL DEL OFICIALISMO VENEZOLANO


*CARLOS R. PADILLA L. ESCRIBIÓ PARA ANALÍTICA: EL MONOPOLIO COMUNICACIONAL DEL OFICIALISMO VENEZOLANO
Miércoles, 17 de septiembre de 2008

Amén de la concentración del poder público en manos del ejecutivo nacional venezolano, que niegan tendencias republicanas y descentralizadoras de independencia y división de las jurisdicciones ejecutivas, legislativa, judiciales y electorales; el estudio más ligero del poder mediático del gobierno venezolano nos indica que la influencia del régimen es exageradamente mayor que el de los medios independientes privados o con mediana independencia publicitaria.
Si hablamos de la prensa escrita de cobertura nacional solo tres diarios mantienen una línea ligeramente imparcial a las actuaciones gubernamentales y el resto está definitivamente al lado de las políticas oficiales bien por resteo ideológico o por la presión de las pautas publicitarias ofíciales. En el interior de la república de cada un diario de tendencia equilibrada; si es que existe; coexiste al menos uno absolutamente parcializado por la posición del partido oficial.

Al referirnos al espectro radioeléctrico bástenos hacer un barrido automático por el dial para encontrarnos con innumerables emisoras de las llamadas comunitarias tanto en FM como en AM. Las de tendencia equilibrada que encontramos bajo administración privada sobreviven publicitariamente o se entregan a la pauta que se maneja desde el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información y bajo la atenta supervisión de Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL VENEZUELA) que aplica diligentemente la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (RESORTE) cuando cualquier medio no oficioso se sale de los parámetros establecidos para el control de la información. A ello hay que sumar la amenaza permanente del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) que pende como espada de Damocles sobre la cabeza de quienes se mantienen en una línea informativa equilibrada.

En cuanto a los medios televisivos, de cobertura nacional y regional, nos encontramos con una variabilidad mayor entre empresas privadas de equilibrio en su programación o de canales temáticos y las oficiales u oficiosas. Nos basta con recorrer la programación de los servicios por cable en lo que a emisoras venezolanas se refiere para darnos cuenta que la proporción es definitivamente a favor de las políticas oficiales y de sus espacios publicitarios.

Existen en ambos medios, televisivos y radiales, la obligatoriedad de insertar en sus programaciones cuñas y publicidad de las actividades gubernamentales, además de cuantas cadenas presidenciales se les antoje al poder ejecutivo.

Estamos ante un Estado que se sobrepone a las disposiciones constitucionales para el control de la libre expresión y la oportuna y veraz información mediante normas sobrevenidas que cada día se adaptan ceñidamente al propósito hegemónico de controlar la información que debe llegar a los venezolanos.

Como si esto fuese poco se pretende aprobar una nueva LEY DE TELECOMUNICACIONES, LA INFORMÁTICA Y LOS SERVICIOS POSTALES cuyo objetivo fundamental es sobre las restricciones que se harán a los contenidos de Internet, así como a las concesiones a las televisoras, y que esta está empapado de una teología estatizante como la mayoría de las 26 leyes aprobadas recientemente por el gran y único legislador lo que nos ha puesto en presencia de un Capitalismo de Estado profundamente coercitivo, represivo, y sancionatorio bajo una ideología neo dictatorial.

Sin embargo en cada alocución oficial se hace mención de un fementido poder mediático disidente para torcer la opinión pública venezolana cuando el poder comunicacional mas fuerte está definitivamente del lado del gobierno que monopoliza la ideologización sobre el SOCIALISMO DEL SIGLO XXI, las campañas electorales a favor de sus candidatos y las fuentes noticiosas para un tratamiento de guerra psicológica de las mayorías nacionales para tratar de convencer que todo fracaso del ejecutivo es responsabilidad de un pretendido e inexistente poder mediático opositor como chivo expiatorio de las más peregrinas acusaciones que generalmente no encuentran su correlativo en la realidad. Todo esto se materializa en lo planteado

carlos.padilla.carpa@gmail.com

sábado, 13 de septiembre de 2008

* OSCAR REYES EN ANALÍTICA: LA BATALLA DE CARACAS (III). RAVELL VERSUS EL PUEBLO


* OSCAR REYES EN ANALÍTICA: LA BATALLA DE CARACAS (III). RAVELL VERSUS EL PUEBLO

Miércoles, 10 de septiembre de 2008

I.- Fetiches
De fetiche en fetiche –Gente del Petróleo y la Coordinadora Democrática, Plaza Altamira con sus militares bailando y enarbolando pantaletas y sus curas haciendo homilías que yo presumo pueden ser heréticas si algún día se prueba que fueron fomentadas por la CIA, sin olvidar la abstención en la Asamblea Nacional que iba a implosionar al gobierno según el finado Italo Luongo –que ruego a Dios descanse en paz en el cielo de los miopes políticos- hemos llegado a otro engendro recargado y repotenciado, reloaded, pues: el fetiche de la unidad per se. Una serie de partidos de la oposición firmó un acuerdo el pasado 23 de Enero con miras a lograr la unidad en torno 'a los mejores candidatos' contra el gobierno. Para variar, se lee mal el mandato popular (hay que ganar, estúpido, hay que ganar) y se comete el mismo disparate de siempre: creer que una fórmula milagrosa va a derrotar al Presidente y sus candidatos y partir de esa infundada esperanza en las cualidades sobrehumanas de tal fórmula para luego convertirla en un fetiche que no puede ser analizado, tocado ni adaptado a cada caso, como sugiere el menos común de los sentidos; el sentido común en la soberbia y racista clase media venezolana a quien Chávez (a veces pienso que con no poca justicia) ha enloquecido. Al frente de este nuevo suicidio político marcha el medio de comunicación favorito de esta clase media borbónica, que ni aprende ni olvida: Globovisión.

Lamento tener que advertir a mis lectores y amigos que debido a la injerencia ilegítima del señor Alberto Federico Ravell en las negociaciones de la mesa, que debido a la irresponsabilidad política descomunal de Henry Ramos Allup y a la impericia coneja de Leopoldo López Mendoza vamos camino (otra vez) a un suicidio político en Caracas. Y si se pierde la Alcaldía de Libertador, la Alcaldía Mayor y el Zulia, ¿Quién convence al Presidente de que esa votación no es un plebiscito de rango Constituyente originario que le puede permitir introducir por vía ordinaria –decreto, habilitante, Ley sancionada por la AN- la reelección permanente, por ejemplo? No en balde el Presidente ha declarado hasta el cansancio que en estas elecciones se juega su futuro político. ¿Cuándo se lo van a tomar en serio? Él siempre avisa, hasta en eso es gentil: 'Miren muchachos de la oposición, los voy a siquitrillar, aprieten ese esfínter.' Yo respeto lo que ha hecho Globovisión como canal que ha permitido que la voz de la disidencia opositora tenga eco (aunque realmente se trata de uno pequeño, un equito, porque su share no pasa del 6% y no se ve fuera de Caracas). Pero la trayectoria del canal no autoriza al señor Ravell a sentarse en la mesa de los partidos a insultar a quien le lleve la contraria, y a gritar que es él quien decide quiénes son los candidatos de la oposición, so pena de no ser invitados nunca más a Aló Ciudadano.

A Ramos Allup este filósofo llanero no le perdonará jamás que siendo un político que ha peleado contra Alfaro Ucero y tantos otros monstruos mitológicos de la IV, haya convocado a la abstención en la Asamblea Nacional, donde él mismo era diputado… Para complacer la línea política del canal de TV de su jefe político Ravell. Cualquier imberbe estudiante de primer semestre de Ciencia Política sabe que las colinas de poder no se entregan, porque el poder no posee un centro al que uno pueda dirigirse directo (como un balazo al corazón) para hacer implosionar un gobierno o un régimen. Al menos esto es lo que nos decía Teodoro Petkoff cuando nos regañaba una calurosa tarde debajo de la mata de mango de la casa de Doña Virgina Tablante allá en Maracay, cuando un grupo de bisoños dirigentes culturales renunciamos en masa a nuestros cargos en la Secretaría de Cultura del estado Aragua. Los actuales regímenes, señor Ramos Allup, se parecen a eso que Robert Dahl llama una poliarquía –algunos democráticos otros no- lo que quiere decir que hay poderes por todos lados, y que no se debe soltar ninguna colinita o curul siempre tratando de que la sumatoria le otorgue la ventaja a nuestro partido, a nuestro proyecto. Pero la memoria es frágil, sobre todo la de esta clase media que anda en babia y anestesiada por no poder entender cómo es posible que alguien a quien llaman burro, negro maldito y militar bruto los derrota a cada rato en el tablero político con aperturas más ingenuotas que el Jaque Pastor (mate en cuatro contra las negras) o el Cadete de Marina (mate en dos abriendo las blancas de manera atroz con P4TR, negras P3R, blanca P3CR y negras A5T++, usando la vieja notación con la que yo repasaba las partidas de Bobby Fischer contra Boris Spassky).

¿En qué idioma hemos de recordarles a las buenas conciencias de Altamira que este señor y su canal llamaban a la abstención, y que Henry Ramos Allup y su partido lo secundaron, dejando la Asamblea en manos del gobierno, para que finalmente le dieran esta Ley Habilitante al Presidente, con la cual ha decretado las 26 leyes que ahora sí preocupan a Ravell y a las sacrosantas testas coronadas de los chicken minded analistas políticos matinales, meridianos y vespertinos que no se puede evitar oír o ver (ahora que los carros tienen televisión con pantallita LCD) cuando uno queda atrapado en una cola infernal en Caracas? Con todo esto quiero decirles que Globovisión es un canal que ciertamente le ha sido útil a la oposición democrática: pero cuando su Presidente se pone a jugar a ser Metternich (o Pinky tratando de conquistar el mundo, porque Cerebro no hay), destruye a patadas lo que a punta de cámara y tragando gases lacrimógenos tantos valientes periodistas han logrado para la ciudadanía.

Y en cuanto a Leo, sigo creyendo que es un gran dirigente, con mucho futuro, presidenciable incluso, si se quita la tutela del malandro de La Florida (Mario Silva dixit).

¿A qué viene todo esto? Pues a que debido al modelo de fetichización de la unidad que promueven Borges, Leopoldo, Ravell y Ramos Allup, el cual pone los burros delante de la carreta, le están entregando en bandeja de plata la capital al gobierno y a sus candidatos.

II.- Con mi amiguita no te metas

¿Cómo funciona in situ el imbecilismo fetichista de nuestra clase media opositora y su canal favorito? Déjenme contarles una historia que puede ayudar a lograr eso que algunos filósofos llaman 'una mostración'. Recuerdo al rebaño de bienintencionados ignorantes que en Plaza Altamira (hablo de Julio Borges y de Primero Justicia, quienes se suponía debían saber algo de derecho) se pusieron a recoger firmas (era el despertar de Súmate) para hacer un referéndum en el que se le solicitara al Presidente la renuncia. Me increparon dos hermosas jovencitas con franelas amarillas donde las carnes turgentes querían reventar la tela para salir al mundo a proclamarse: 'Tienes que firmar para solicitarle la renuncia a Chávez'. Yo me eché a reír y les dije: 'Yo no firmo esa vaina'. Se pusieron coloradas del odio: 'Tenía que ser, un maldito chavista'. Yo les respondí con la poca calma que a veces me da la condición de docente: 'Hija, es que esa pregunta no es vinculante: ¿De qué nos sirve ganar un referéndum para pedirle al Presidente que por favor renuncie? El Presidente va a decir que no, y punto. Un referéndum que convoca al poder originario ha de contener un mandato: si el Presidente pierde está destituido, y no está en sus manos renunciar o no, porque quien lo ha decidido es el pueblo.' El odio no había desaparecido de sus ojos: 'Pero Julio Borges fue quien redactó esta pregunta' 'Pues está raspado en derecho Constitucional, y es raro que Gerardo Blyde no se lo haya dicho'. 'Pero es que además María Corina y Súmate han salido a buscar la voluntad popular, ¡Tan bella María Corina! ¿Verdad amiga?' 'Creo que también está equivocada.' 'No te metas con María Corina que es prima de una amiga mía. Tú eres un maldito chavista, no deberías pasar por aquí…' Pues se perdieron esfuerzos en pos de ese fetiche, firmas, dinero, credibilidad y la pregunta aquella de marras nunca fue vinculante: pero pobre del que se opusiera a ese mandato de Borges y Ravell. Luego tuvieron que rectificar y cambiar la pregunta para llevarla constitucionalmente a la condición revocatoria. Pero seguro que si me hubiera encontrado en los días en que el fetiche rodó víctima de la burla del CNE con las dos chamas de Primero Justicia y les hubiera dicho: ¿Vieron que no era vinculante? Me habrían respondido torciéndome los ojos: '¿De qué hablas, idiota? Yo no te conozco y nunca he recogido firmas para ningún referéndum'. El fetiche político es como la carne de esas chamas; mírame pero no me toques y yo te gobierno porque sí, no me interesa más nada.

Trate de recordar por el bien de esta desdichada y sangrienta ciudad, lector, la sarta de gilipolleces políticas que nos han querido vender como salida express al gobierno: la desobediencia civil, la guarimba, el coronel Soto subiéndose a un camión en la Plaza Altamira mientras Pedrito Mosqueda –un alto pana que tengo en Maracay- le hacía la pata de gallina, el 350, la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, la Carta Democrática de la OEA, los marines, Arias Cárdenas. Y pobre del que se opusiera a esas sandeces: cero Kiko, Roland y Carla Angola en el programita ese donde todos gritan desaforados y no dejan hablar al entrevistado, un poco en la tradición de Iris Varela. ¿Qué otros ejemplos se necesitan para argumentar que cuando estos señores empresarios quieren ocupar el rol de los partidos la oposición está perdida, y que eso lo sabe muy bien el Presidente, y por eso los incita? ¿Ustedes han visto alguna vez al Presidente metiéndose con Teodoro Petkoff? No. Porque ese es un político atrinca y además con mala lengua, y en un debate el catire del Zulia se lleva en los cachos al barinés. Nada más hay que ver los editoriales de Tal Cual, que deben ser una pesadilla matinal para Miraflores.

Entonces, lector: vistos estos malos recuerdos, estas tortas descomunales que hemos puesto por confiar ciegamente en ciertos bichos sin usar nuestro propio cerebro analizando lo que nos proponen ¿Se atreve ahora a analizar conmigo el fetiche de la unidad? Usted no pierde nada; yo arriesgo más, porque ahora jamás me van a entrevistar nuevamente en Globovisión, donde he departido gratamente con Diana Carolina, con Tocando Fondo, con Grado 33: porque tuve que renunciar a ser Coordinador Nacional Académico de Formación Política de UNT (me respeto lo suficiente como para aceptar que mis ideólogos políticos sean Kiko y Carla) y porque la derecha del Opus Dei y PDVSA en la UCAB va a pedirle mi cabeza a los jesuitas, cosa que hace rato han pedido pero que no han logrado quizás debido a que trabajo y produzco como me lo exige el reglamento y la descripción de mi crago como investigador, y acaso también por cullilo a lengua viperina (lo reconozco) forjada en interminables debates contra la dialéctica guabina de tantos llaneros emigrados a Maracay (la piedra de amolar vegueros), luego afinada lógicamente en la UCAB por los jesuitas, en la USB por los positivistas alemanes, por los judíos y puritanos de NYU y durante 30 años en la izquierda democrática y sufriente de este país. Pero me arriesgo porque aquí no vinimos a jugar yoyo, sino a afrontar una delicada coyuntura política de la cual depende el futuro de la democracia venezolana.

III. El beso de la muerte

El mandato popular que los partidos de la oposición creyeron encarnar mediante el pacto del 23 de Enero era: 'Vamos unidos con el mejor candidato'. Ahora ¿quién es el mejor candidato? Aquel que tenga más posibilidades de ganar, porque no vinimos a un concurso de belleza sino a unas elecciones contra candidatos mollejúos del chavismo. La relectura del mandato popular vuelve a la forma 'Hay que ganar, estúpido hay que ganar.'

¿Ha aceptado Ravell el mandato popular, la sugerencia de quién puede ser ese mejor reflejada en las encuestas o cualquier otro método racional de selección? Pues claro que no, ha intentado imponer con el altanero secundamiento de Borges y la callada y perpleja aquiescencia de Leopoldo López a los candidatos que a él le parece que fotografían mejor dando la clásica vueltica en el programas Buenas Noches (¡Una vueltica, una vueltica!). Lamentablemente para algunos de esos favoritos del malandro de La Florida, que han sido amigos míos el tiempo que estuve en UNT, les han dado el beso de la muerte.

¿A quién quería imponer Ravell en Sucre, en Petare? A mi pana (¿ex a partir de este artículo?) William Ojeda. Hermano, allí el candidato es Ocariz, siempre, desde que perdió por unos pocos votos contra Rangel Ávalos en las elecciones pasadas: ¿qué vas a inventar? Pero eran cataratas de cuñas y de entrevistas creyendo que en la política se gana sonriendo Pepsodent desde la cajita idiota sin un arraigo allá en esos barios de La Bombilla donde el mozalbete Ocariz con su cara de niño bueno se mete sin miedo. Y no es que William no lo haga; pero Ocariz es mejor, tiene más intención de voto vaya uno a saber por qué, y esta es una de las irracionalidades de la política más estudiada y menos entendida: ¿por qué votamos por A o por B? Pero el mandato es claro: hay que ganar. ¿Con quién hay más chance? ¿Con Ocariz? Pues vamos con Ocariz. Finalmente, algo de racionalidad les quedó a William y a Leo (ellos saben que si la gente percibe que por terquedad y miopía tiraron por la borda el triunfo en un circuito cualquiera que se podía ganar con un candidato que no era el suyo huelen a formol como Irene y Alfaro Ucero = pescuezo no retoña) pues finalmente declinaron a favor de Ocariz. Pero he aquí que el genio de La Florida descubrió otra jugada magnífica: el enroque. Lanzo a William para la Mayor y empiezo a chantajear a Ledezma para que se retire y se lance a la Alcaldía de Libertador. Pero ese es el final del capítulo que acaba de cerrarse hace poco. Vamos con otros besos fatales: Chacao, El Hatillo, Baruta y Libertador.

Chacao, tierra de gracia, hermoso municipio en el cual todos los caraqueños quisieran vivir. Tengo el privilegio segundón (dado que no soy chacaoense) de vivir a 10 cuadras de Chacao, en Sebucán, y sé de lo que hablo: se siente la diferencia cuando uno camina tranquilo rumbo al trabajo, cuando se deleita viendo a unos chiquillos deslizándose con sus zapatos-patines cuesta abajo en la Plaza Altamira, cuando voy a la Tasca Da Ponte a echarme un trago con mi panita José Antonio Alvarado, concejal de este municipio, a hablar de salsa y béisbol.

¿A quién quiere imponer Ravell aquí? A Liliana Hernández. Liliana vive en Chacao pero ¿ha hecho alguna vez política por, para y desde Chacao? Creo que no. Aparte de su altitonante presencia en la Asamblea Nacional y a que arrugó y se retiró cuando era candidata para la Alcaldía de Libertador –sin vivir en Libertador- pues parece que no, y parece que Emilio Graterón sí la ha hecho durante sus años como concejal: políticas públicas para ancianos, jóvenes, infraestructura, consolidación del Municipio. Pero todavía recuerdo las airadas palabras de la inefable Marta Colomina: ¿Pero quién se cree este señor Emilio Graterón que es si nadie lo conoce? Y yo me reía oyendo Unión Radio y pensando 'No digas el nombre, Marta que lo estás dando a conocer'. 'En cambio mi amiga Liliana, tan bella, un beso desde aquí Lili y nos vemos a la noche.' Pues la guerra mediática que le hizo Ravell a Emilio fue tan torpe que lo hizo famoso entre los no chacaoenses y globoadictos en un dos por tres. Afortunadamente Chacao es tan excepcional que allí no gana el gobierno, y ellos pueden darse el lujo de decidir quién es el mejor sin necesidad de un acuerdo de unidad, como chantajearon Liliana y Ravell ante la Comisión Organizadora Naci0nal de Un Nuevo Tiempo, la cual 'decretó' que Hernández era 'la candidata de la unidad' con los votos salvados de Timoteo Zambrano y Carlos Tablante Hidalgo. Hidalgos votos, hermanos. Creo, por todas las encuestas que he visto y el talante popular entusiasta con que lo reciben en sus recorridos, que allí gana Graterón. Pero Ravell chantajeó incluso a Stalin González y el chamaco de la UCV le dio la espalda a su mentor y gran apoyo Leopoldo López –quien obviamente es el gran promotor de la candidatura de Emilio- para levantarle la mano a Liliana. ¿Ves a lo que me refiero, Leo, cuando hablo de tu coneja aquiescencia? ¿Cómo puedes confiar y seguir o apoyar a unos tipos a quienes no les importa echarse al pico al mejor candidato a alcalde para Chacao sólo para seguir bailando esa danza de la vueltica con Kiko y Carla, que a mí no sé por qué me recuerda tanto la danza de los condenados de El Séptimo Sello Ingmar Bergman, mientras el Presidente con una cofia negra sobre la cabeza los espera en una playa para jugar esa partida fatal que ustedes están entregando de antemano? Supón que Stalin sea Alcalde (que eso no va a pasar): ¿te va ser leal?

El Hatillo: misma historia. Y que me perdonen mi amiga Delsa Solórzano y su madre, que son mujeres luchadoras ambas y a quienes conozco. Pero: ¿Qué vas a hacer si toda la propaganda y toda la sobrecogedora cobertura que te da Globovisión no funcionan como te prometió Ravell? ¿Qué vas a hacer si las encuestas apuntan a que, con razón o equivocados, los habitantes de El Hatillo prefieren a la concejala luso-venezolana, como parecen indicar la mayoría de las mediciones que yo he visto? Ojalá reflexiones sobre esas amistades peligrosas. Si en El Hatillo no está ganando la de Ravell: ¿Qué hacer? ¿Se pliegan los partidos a las imposiciones de un canal o retoman su rol dirigente y deciden apoyar a quien más chance tenga? Acuérdense que el mandato es ganar, no unirnos para perder.

Baruta: ganaba Uzcátegui pese al desleal tratamiento que de su candidatura ordenaba hacer el señor este, pero al final Uzcátegui está inhabilitado. Afortunadamente para la oposición, el bateador emergente o pitcher salvador es Gerardo Blyde, un tipo muy inteligente y preparado políticamente para el reto de competir contra el candidato del gobierno. Como dicen en La Guerra de Las Galaxias, que la fuerza te acompañe.

La Mayor: claro que Leopoldo era el mejor candidato, claro que le hubiera dado una zurra a Aristóbulo Istúriz, y justamente por eso lo inhabilitaron, porque si ganaba y tenía una buena gestión se colaba por los postes en la carrera presidencial del 2013. ¿O es que el Presidente es tonto y no sabe eso y no tiene una sala situacional con encuestas diarias? OK, inhabilitan a Leo, sentido pésame hermano, y vamos a buscar el segundo mejor. Y dale con el malandro de La Florida; quería imponer a William Ojeda, y Leopoldo al menos en público era tímido y no le levantaba la mano a quien parecía según las encuestas ser su sucesor natural, Antonio Ledezma, el mejor ubicado en las preferencias después de él (López) e Istúriz. Yo me imagino que Leopoldo, que ciego no es, en privado ha de haber rectificado su conejez, esa que le hizo decir que William era el mejor candidato porque inclusive físicamente se parecía a él, enmendando para decirle a William: 'Compadre, no te vistas que no vas de pitcher relevo.' ¿Qué no hubo de hacerse para que finalmente prevaleciera la sensatez y se apoyara al candidato mejor ubicado en las preferencias luego de la inhabilitación de López pero aún por debajo de Aristóbulo, que es un caballo fanguero que sube cerro y es duro de pelar? Recuerdo que mi amigo Fernando Mires me preguntaba por e-mail: Oscar, ¿pero cómo pueden pensar que con Ojeda van a ganar la Mayor si él ni siquiera pudo con Sucre? Y eso que Fernando está a 8.000 kilómetros de aquí, en Oldenburg, Alemania.

IV.- Perder Caracas

Último capítulo. Ravell se empepa con Stalin González, y la banda de la FCU reclama vivo, en prime time, durante la fundación de la Juventud de la Democracia Social (UNT), que Libertador y Stalin son la cuota 'del movimiento estudiantil'. ¿Tiene alguna remota posibilidad Stalin González de derrotar a Jorge Rodríguez en Noviembre? Eso es correcto, lector, su cerebro ha dicho que no. ¿Y entonces por qué sigue insistiendo el señor Ravell en que ese es el candidato de la unidad opositora? No tengo mucho que decir del repitiente bachiller González, que lleva diez años en la UCV, que deseaba eternizarse en la FCU hasta que se vio obligado a salir porque era demasiado evidente y contraproducente tal afán, y debido a que Ricardo Sánchez, aunque nadie le entiende lo que grita, también tiene su derecho y no le faltan sus agallitas. Tal vez le diría que se ponga a estudiar en serio la materia esa que le han raspado tres veces y que aprenda de Freddy Guevara, de Goicochea, de Manuela Bolívar y Claudia Márquez, dirigentes de la UCAB, quienes además de haber sido los fundadores del hermoso movimiento estudiantil del año pasado –duélale a quien le duela en la UCV- se están graduando en cinco años, lisos y con excelentes notas. Como me decía una amiga de Copei: 'Pero Oscar, querido, es que no puedes comparar un sindicalista de la FCU con un gerente de la católica.' Bueno, esa es una variante del clasismo, pero algo de verdad hay en ello, si uno ve los desempeños escolares, dado que los estudiantes, además de su derecho a hacer política y a ser concejales o Alcaldes también tienen que estudiar-antes.

Yo no abriría mi guariqueña jeta si no hubiera otro candidato capaz de ganarle a Jorge Rodríguez en Libertador (que lo hay), y me habría resignado a lo que el cártel de Ravell se ha resignado, o que pretende decretar secretamente: Libertador y Claudio que se jodan (palabras textuales de Ramos Allup) porque ya nosotros logramos el acuerdo con Antonio para la Mayor. Conclusión de este filósofo veguero; para ellos es mejor perder la ciudad y entregársela al gobierno antes que permitir que Claudio Fermín gane y se convierta en una posibilidad presidencial para el 2013. Ese es todo el cálculo y el tarugo que no pueden tragar Ravell, Allup, Manuel Rosales y que el mismo Leo esquiva mirando pal cielo y silbando el simpático reggaeton de su lamentablemente cercenada campaña.

En todas las encuestas que mis miopes ojos han visto, Claudio le gana Stalin en las preferencias de los electores del sector oposición. Incluso en la que contrataron Melo, Stalin y Bello (Keller y Asociados) había un empate técnico que no supieron maquillar, demasiado evidente para alguien que haya estudiado un poquito de estadística con Carrasquero y Sir Friedrich Welsch en el Post-Grado de Ciencia Política de la USB por donde han pasado todos estos encuestadores sabihondos y hasta el señor Presidente y muchos de sus ministros. Lo más grave es que en las últimas encuestas de la sala situacional del mencionado in supra, ya Claudio le está ganando a Jorge Rodríguez. ¿Por qué? Porque Claudio parece que no fue mal alcalde y la gente de los barrios lo recuerda con aprecio. Porque es el único candidato de la oposición que le quita votos –una diarrea de votos- al chavismo en esos cerros de Dios, como bien le dije a Teodoro Petkoff la última vez que lo vi en Tal Cual. A Claudio lo apoyan 13 partidos (entre ellos el MAS y Bandera Roja, URD y los Republicanos) y el CES de AD de Caracas tomó la decisión unánime de apoyarlo, decisión que le informaron a Ramos Allup mediante un oficio que se perdió en el laberinto secretarial de ese partido, o quien sabe si el sucesor de Alfaro Ucero tuvo una emergencia estomacal y en el baño de su oficina en ese momento no había papel toilet. He visto las manifestaciones de afecto hacia Claudio en La Vega, en Antímano, en la redoma de Ruiz Pineda, en El Junquito, en La Pastora, y son impresionantes. Me dice el negro Domingo Leira, de la barra de habladores de paja de El Lagar, que cuando Claudio va a Sarría estallan los cohetes de júbilo y que la gente sale a estrecharle la mano. Fermín es el único que ha podido agarrar a un motorizado chavista rajao en un barrio, darle un abrazo y quitarle la gorra roja-rojita para ponerle una que dice Claudio Alcalde, y el motorizado ha dicho 'Sí va'. Esa dama de rojo en toda su vestimenta que custodia ferozmente la Plaza Bolívar en nombre del proceso, y que tantas patadas y batazos ha repartido entre los opositores a quienes que se les ocurre la mala idea de transitar por allí, pues anda con un viejo afiche de Claudio y dice: 'Ustedes saben que yo estoy casada con Chávez y con el proceso, pero le voy a montar un cachito con Claudio.' El vendedor de periódicos de ojos desorbitados que te estampa El Mundo en la mesa de el Gran Café y que es furibundo chavista confesó: 'Yo con Claudio sí me resteo.' Creo que ese efecto no lo logra el bachiller González. Por eso, cuando Ramos Allup dice 'Que se jodan Claudio y Libertador' no sólo está desconociendo la decisión de las bases de su partido, sino que está entregando la ciudad en manos del gobierno, cual una malinche maronita, desconociendo el espíritu del mandato del 23 de Enero, que es ganar. Sólo espero que mis panas (¿ex después de este ya largo artículo?) Ismael García y Cristóbal Fernández Daló no desconozcan igualmente el mandato que la base de Podemos Caracas, la cual les dijo que el candidato a Libertador era Claudio, para ganar por supuesto. En el caso de Ismael es difícil, porque el malandro Ravell le dio un programa –Aló Venezuela- gracias a lo cual no tiene ni siquiera que presionar abiertamente porque Ismael sabe sacar cuentas políticas. Maelo: Yo te vi en un documental con chaleco antibalas y una 9 mm llamando a tu gente a retomar Miraflores, mientras tantos otros ya se habían lanzado de cabeza en las embajadas, y por eso es que el Presidente no te ha podido bajar el copete. Has soportado los insultos en la Asamblea Nacional con la flema de un Lord inglés, has seguido inmutable pese a los ataques del Presidente, y se te ha quebrado la voz de la emoción al denunciar las 26 leyes que crees son un paquete dictatorial, según tus palabras aquel jueves en el Eurobuilding en el acto de Podemos. Esas son cosas que a lo largo de los años me han hecho respetarte, aunque siempre te dije que estabas equivocado el apoyar el actual proceso, igual que se lo dije a Tablante, a Puchi, a Mosqueda, igual que lo decía en mis columnas cuando todos (Miguel Enrique Otero, Carmen Ramia, Ángela Zago, Kiko, Alejandro Armas, Alfredo Peña y medio país enloquecido) bailaban la danza esta de los condenados de Bergman en El Séptimo Sello. No le has temido a la ira opositora y te resteaste pistola en mano el 13 de Abril, no le has tenido miedo a los asambleístas ni al Presidente y te has resteado en lo que has creído correcto. Ojalá que ni Ravell ni Ramos Allup ni Borges te convenzan de torcer al mandato de las bases de Podemos en Caracas, que ya decidieron darle el apoyo a Claudio. Acuérdate que el que baila con el Diablo no cambia al Diablo, el Diablo siempre lo cambia a él y termina llevándosele al abismo en negro bongo.

Una acotación numérica: si tú quieres ser Alcalde Mayor es recomendable que ganes en los cinco municipios de Caracas. Si la oposición gana con Ocariz en Sucre, con Graterón en Chacao, con la luso-venezolana Miriam Do Nascimento en El Hatillo, con Blyde en Baruta y con Claudio en Libertador, es de esperarse que esos votos se entuben hacia la Alcaldía Mayor, favoreciendo a Ledezma. Pero si tienes un mal candidato en Libertador, estás dejando de aportarle votos a la Mayor desde un circuito que posee más del 30% de los votos de la Alcaldía metropolitana porque estamos hablando de más de millón y medio de votantes. Aun suponiendo que Claudio perdiera, si es capaz de entubarle el 45% de los votos a Ledezma, este último tiene buen chance ante Istúriz. Pero: ¿qué caudal de votos puede aportar Stalin? ¿Será capaz de morder en el voto chavista inconforme con la gestión municipal en la ciudad? Casi todas las personas a quienes les hago estas preguntas responden que no, que Stalin no es capaz 'Pero es que la unidad…' (fetiche).

¿Por qué Ravell y la necia clase media de Altamira que no vota en Libertador no quieren a Claudio? Una mostración final. Vengo caminando por la Plaza Altamira y otra vez me entrompan el mismo par de caramelitos tropicales del referéndum no vinculante, esta vez con franelas azules de UNT donde las mismas carnes turgentes están urgentes por salir. Me quieren pegar en la chaqueta un sticker de Stalin González. Yo lo primero que les pregunto es si ellas votan en Libertador, pues con esa pinta y ese español mandibuleao el Este de Caracas pues no me parece. 'Claro que no, somos de Los Palos Grandes, pero somos estudiantes, o sea, hay que votar por Stalin y Liliana que son los candidatos de la unidad.' 'Pero –digo yo- aquí gana Emilio Graterón y con Stalin se pierde irremediablemente en Libertador- Además hay 13 partidos que apoyan a Claudio Fermín, y eso creo que indica una gran tendencia a la unidad. Es el único que puede morder votos dentro del chavismo.' '¡Pero cómo se te ocurre eso amigo, Claudio es un candidato de Chávez!' '¿Por qué ustedes dicen eso?' 'Es que ¿dónde ha estado Claudio en todo este tiempo? No lo vimos en Altamira, ni en las marchas' (pausa…) 'Creo que él no apoyó el paro petrolero, ni a los militares de la Plaza Altamira ni la abstención en la Asamblea Nacional…' '¿Viste? ¡Claudio es chavista!' (Yo vuelvo a armarme de mi conocida escasa paciencia docente y les explico): 'Niñas, Claudio no apoyó eso porque creyó que era un error, y no podía salir en Globovisión en contra de la unidad de ese momento, además de que estaba vetado por su posición crítica: pero él marchó, y tragó gases lacrimógenos como todos ustedes.' '¿Pero por qué quiere romper la unidad? El candidato de la unidad en Libertador es Stalin, mira esta foto en la que Leopoldo López le levanta la mano' 'Creo que Leopoldo está equivocado' '¡No te metas con Leo! Tan bello Leo, ¿verdad amiguita? ¿Cómo se pudo casar con esa roña de Lilian Tintori, qué le vio? Ojalá esa cuaima se pudra… ¡Leo, hazme un hijo!' 'Chicas, no convirtamos la unidad per se en un fetiche; vamos a unirnos pero en torno al mejor candidato, no vamos a unirnos para perder. Creo que Leopoldo está equivocado y…' '¡No te metas con Leo! Tú lo que le tienes es envidia, y si defiendes a Claudio es porque tú también eres chavista, como ese negro pretencioso…' 'Cierto, amiguita, le tiene envidia a Leo: y además este chivuíto cegatón nos está buceando. Ahora me acuerdo de él, este tipo nos cayó encima cuando estábamos en esta misma Plaza recogiendo firmas para el referéndum revocatorio. ¿Te acuerdas que era un baboso que casi nos arranca la pluma para firmar, pero que de lo único que estaba pendiente era de saber si las tenemos naturales o de goma?' '¡Qué asco, ahora me acuerdo! Arranca tipo o llamo a un polichacao y le digo nos estás acosando sexualmente.'

Diciembre 2008, cerca de la Navidad. La caña, la parranda y el dinero, los regalos y el consumismo han aliviado un poco la tremenda depresión de la clase media luego de haberse suicidado políticamente (otra vez) al haber permitido que Ravell, Kiko, Carla, Henry, Julio, Leo, Manuel y los estudiantes de la UCV impusieran mediáticamente la candidatura de Stalin González. Por supuesto, tampoco ganó Ledezma, y el Presidente ya amenazó con que, apenas le lleguen unas lechozas que mandó pedir en Barinas, se va a mandar a hacer tremendo dulce de papaya para anunciar en Aló Presidente que la Asamblea ya está discutiendo una propuesta de William Lara para introducir una enmienda o reforma en la Constitución que corrija el error histórico de no haber puesto en el texto del 99 la re-elección indefinida. Vuelvo a pasar por la misma plaza y está una de las antes dichas, igual de hermosa y retadora. Me reconoce y la cara se le desfigura por la rabia. '¿Viste que con Stalin íbamos a perder Caracas y se la íbamos a entregar al gobierno?' Con todo el odio acumulado en los cuatro encuentros anteriores me dice '¿De qué hablas estúpido? Yo no conozco a ningún Stalin González, yo voté por Aristóbulo Istúriz y por Jorge Rodríguez. Y mejor arranca que ya mi novio Ho-Chi-Min Padilla, que trabaja en PDVSA, está por llegar en su Hummer amarilla, y si me sigues ladillando le voy a decir que te mande a dar una rumba 'e palo con los motorizados de mi comandante Lina Ron.'

Dios sabe que estoy rogando estar equivocado. No saben ustedes la terrible carga que significa tener casi siempre la razón en este país de ciegos, sordos y mudos.

oreyes10@gmail.com