“Las decepciones no matan, y las esperanzas hacen vivir”. Amandine Aurere Lucie Dupin (1804 – 1876). Seudónimo George Sand. Novelista francesa.
El
régimen decretó un estado de excepción en la frontera con Colombia y el pueblo
de Venezuela angustiado vive un estado de decepción generalizado. La escasez de
alimentos básicos y medicinas, la hiperinflación, la violencia criminal, los
pésimos servicios públicos y en especial el de salud, crean todo una
atormentada situación, que mantiene al venezolano en un permanente estado de
decepción. En las colas hay demostración de que Venezuela vive un estado de
decepción. Está a la vista.
Insólito:
el régimen proclama, que el país posee, las más grandes reservas de oro del
continente, que tiene las más grandes reservas de petróleo del globo terráqueo
y que todos los pobladores de esta tierra inmensamente rica, también sabemos,
que hasta el año pasado, los precios del petróleo le proporcionaron al tesoro
público, los más fabulosos ingresos al fisco nacional, que el régimen en nombre
de una mal llamada revolución “administró”, regaló y despilfarró sin ningún
criterio y ahora Venezuela vive en medio de un estado pobreza y decepción. El
sistema de salud es una demostración. El que tiene ojos ve.
Las
naciones civilizadas ¿El régimen de Venezuela lo es? – resuelve sus problemas, diferencias y se
entienden, utilizando los mecanismos que obsequia la diplomacia. El prócer mexicano,
Benito Juárez, lo ilustró muy bien “Entre los individuos, como entre las
naciones, el respeto al derechos ajeno es la paz”. El pueblo no entiende porque
el régimen saltó a recoger firmas para que Obama derogara un decretó, que no
derogó y el estado de crispación, que crearon no resolvió nada y dejó en los
venezolanos, una gran frustración que acrecentó el estado de decepción. Obama
ni recibió las firmas. Mayor decepción imposible.
La
Republica Cooperativa de Guyana, aprovechando la permisividad de régimen en el territorio Esequibo, otorgó
concesiones a varias empresas trasnacionales petroleras para explorar y
explotar yacimientos petroleros y después de la presión interna que hicieron líderes políticos de oposición, el régimen
montó un show contra la Exxon Mobile, una de las trasnacionales y luego contra
Guyana. No logró el objetivo político, bajó el tono y acrecentó el estado de decepción
del pueblo. La Exxon con permiso de Guyana continúa y no hay acción que la
detenga ¿Y entonces? El Esequibo es nuestro, pero quien ejerce soberanía es
Guyana. Otra decepción.
La
troika roja que gobierna a Venezuela, viaja a Cuba y una vez que regresaron, sin
ton ni son. Evadiendo toda la política diplomática que debe prevalecer entre
países hermanos, los cuales deben resolver los problemas que se presenten
conjuntamente y con alianzas estratégicas, cierra las frontera con Colombia,
crea una crisis humanitaria y mete al país en otra confrontación sin razón,
pero mantienen el estado de crispación, que acrecientan el estado de decepción
que se vive internamente. Una sinrazón que no resuelve nuestros problemas. Las
muertes de mengua en hospitales es la demostración. Ver y entender es fácil.
En
este continente y buena parte del mundo, el único país, que realmente vive un
estado de decepción, en medio de las más inmensas riquezas naturales y el mejor
recurso humano del mundo, pero con el peor gobierno de la historia patria, es
Venezuela. El 6 de diciembre, el pueblo sin excepción, pero lleno de esperanzas
de una vida mejor, estará en las colas de los centros de votación, para sufragar
masivamente por los candidatos de la oposición e iniciar la salida de este
estado de decepción en el cual nos metió la mal llamada revolución. La noche es
más oscura justo al amanecer. No os desesperéis.
José “Cheo” Salazar
sjose307@gmail.com
@Cheotigre
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