Venezuela, nuestro
país, vive la más profunda crisis económica de toda su historia republicana. De
acuerdo a recientes informes de firmas internacionales y nacionales, este 2015
cerraremos con inflación superior al 185% y un decrecimiento de más del 4%.
Estas cifras sin
ningún antecedente en el comportamiento de la economía venezolana, desde la
guerra de la independencia, nos ha llevado a una brusca frenada que ha detenido
el crecimiento del país por el absurdo control de cambio y precio aunado a la
caída de los precios del petróleo.
Todo lo señalado
anteriormente lo sustenta Latin Focus Consensus, en su informe de la semana
pasada, donde pronostica en base a los
estudios de las 24 firmas consultoras y bancos que siguen el comportamiento de
la economía nacional un decrecimiento entre 2% y 11%. Además, el Fondo
Monetario Internacional señala una caída del producto interno bruto del 7%.
A esto le añadimos
que el Banco Central de Venezuela no ha publicado en lo que va del año, las
cifras de crecimiento, por lo que no se conocen las cifras oficiales del último
trimestre del 2014 ni de la inflación desde diciembre del 2014.
La escasez de divisas
empeora nuestra situación y la irresponsabilidad gubernamental no hace nada
para resarcir esta contracción económica tan fuerte. Lo que es peor, en el mismo
informe económico de LatinFocusConsensus se prevé un dólar a dos mil bolívares.
No queda si no afirmar que las políticas económicas del gobierno son las
responsables de esta situación económica.
El control cambiario
y la sobrevaluación de nuestra moneda
oficial ha distorsionado el flujo de exportaciones e importaciones no
petroleras, sumado a la corrupción, control de precios, se ha generado un
inflación que tiene su punto de expresión en el llamado “bachaqueo”.
No es el imperio ni
la guerra económica, es la ceguera del gobierno por darse cuenta que la
inflación nos lleva al despeñadero, a la recesión económica más profunda de
Venezuela, no sigamos creyendo en “cuentos de camino”. Luis Corvalán, dirigente
del Partido Comuncista de Chile, cuando
analiza la caída de Allende, señala que
“Los de la Unidad subestimamos la importancia política de la inflación,
es decir no nos preocupamos por ella”, allí hay una clave para tratar de
desenredar la madeja económica.
El próximo 6 de diciembre, los venezolanos
tendremos la oportunidad histórica de comenzar a recomponer nuestro rumbo como nación, a través de las
elecciones parlamentarias, ante una situación que ha hecho que el costo de la
vida haya dejado atrás la remuneración de los trabajadores.
No podemos seguir errando, la decisión es
nuestra. Tenemos en nuestro voto la sabia decisión de enrumbar al país por
mejores derroteros. No sigamos hundiéndonos más, salgamos a votar por el futuro
de Venezuela, por una política de armonía social. Digamos como el Papa
Francisco “se debe servir al hombre no a las ideologías”. Estamos a tiempo.
Jesús Enrique Matheus Linares
jmateusli@gmail.com
@UranioMomoy
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