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lunes, 14 de septiembre de 2015

GUSTAVO ROOSEN, COMUNICACIÓN PARA LA CORRESPONSABILIDAD

La agudización de las dificultades para la actuación de la empresa privada puede llevarla a una condición de insostenibilidad que amenace incluso su propia existencia. En circunstancias así –lo estamos viviendo en Venezuela- no es de extrañar que surja y se vuelva apremiante en el trabajador la preocupación por su fuente de empleo y por las condiciones laborales. Ante esta preocupación se vuelve imperativa la profundización de una de las más exigentes responsabilidades del liderazgo empresarial y de la gerencia: la comunicación con la base laboral.

En Venezuela son muchas las manifestaciones de que en el trabajador de la empresa privada comienza a acentuarse la percepción del riesgo de su fuente de empleo como efecto de las dificultades reales por las que atraviesa su empleador. Un temor lejano y sin causa visible comienza a convertirse en preocupación concreta, alimentada por la evidencia –constatada en unas áreas de trabajo más que en otras- de falta de materia prima, dificultades para el acceso a la tecnología, multiplicación de controles y regulaciones hasta el agotamiento, aplicación desviada de la legislación laboral, reducción de producción, postergación de planes y proyectos.

La presencia de aires de incertidumbre, sin embargo, no siempre viene acompañada de claridad sobre la dimensión y complejidad del problema, sobre sus causas, sobre las dificultades reales y sobre el esfuerzo adicional que reclaman las soluciones. Procurar la mejor comprensión de este complejo cuadro debería, en consecuencia, avivar en el liderazgo empresarial la responsabilidad de comunicarse con su base laboral, de orientarla, de explicar, de convertir una preocupación vaga e improductiva en una actitud positiva, empática, de participación.

No se trata de una responsabilidad nueva. La comunicación cara a cara dentro de la empresa es inherente a la buena marcha de la organización. Hay momentos, sin embargo, en los que parece ser más necesaria y en la que varían las exigencias sobre la intensidad, el tono y los temas. Es cuando cabe preguntarse sobre qué comunicar y cómo comunicar. Respecto de lo primero se impone compartir información y posiciones sobre las causas de los problemas, las inmediatas, las que tienen que ver con acciones y situaciones particulares pero también las estructurales, las que tocan el sistema, el modelo. Solo así la comunicación derivará con pertinencia a las soluciones, vistas en el mismo orden, las de corto y mediano plazo pero también las estructurales, las que atañen a la capacidad de ajuste de la empresa y las que deberían concretarse en políticas públicas que alienten el trabajo, la producción y, en consecuencia, el bienestar colectivo.

El cómo de la comunicación puede concentrarse en dos palabras: honestidad y claridad. No se trata de un diálogo para asustar, tampoco para crear falsas certidumbres. Su propósito es dar elementos para la formación de juicio propio, animar la reflexión, aclarar, desmontar falsas informaciones y prejuicios o las apelaciones tradicionales con las que se alimenta el enfrentamiento, el revanchismo, la culpabilización del otro, el gremialismo a ultranza o una desviada lealtad político partidista. No se trata de hacer proselitismo sino de facilitar los argumentos para la comprensión de la realidad y la generación de una esperanza cimentada en el cambio y en el esfuerzo que lo haga posible.

La comunicación que se reclama al liderazgo empresarial es, desde luego, la que comienza por escuchar, por querer y saber hacerlo, consciente de que atender lo que el otro tiene que decir enriquece, da luz, alimenta el diálogo, facilita la orientación del mensaje y su eficacia. De una comunicación así puede esperarse una acción expansiva, una prolongación a la familia, al ámbito de los amigos y, finalmente, a la sociedad. Se trata de avivar una comunicación para entender juntos la situación y para afrontarla juntos. En otras palabras, una comunicación para estimular la corresponsabilidad.

Gustavo Roosen
nesoor10@gmail.com
@gustavoroosen

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