De cara a la desastrosa,
patética, e insólita realidad de pobreza, anarquía, corruptelas,
ruina moral, hambruna y bancarrota fiscal que vive el país, por nadie imaginada, ni por
ellos mismos, en lo que resultado el
régimen instaurado por Hugo Chávez en 1999 y
su falaz y mortífera “Revolución
Bolivariana del siglo XXI, Esta tragedia la podemos resumir en dos hechos:
El desmantelamiento absoluto del orden económico y social con el solo
propósito de sostenerse en el poder a costa de la destrucción del país, o sea,
de la africanización de la sociedad venezolana que ambas cosas las logran exitosamente y para escarnio de la historia y de las nuevas
generaciones .
Esta triste y miserable situación me lleva a rememorar
dos recientes gobiernos
con los que se inició el
desarrollo del país de la postmodernidad: El de Isaías Medina
Angarita,1941-45,que disponiendo de
unos ínfimos recursos fiscales
petroleros de 2.200 millones de bolívares bajo,
el lema como él lo manifestaba: “Sin prisa pero sin pausa”, lentamente
empezamos salir de la miserable y enferma sociedad que era
Venezuela para 1941, cuando asume el poder y lleva a cabo para ello unas profundas reforma del
entrejido jurídico nacional y profundiza el plan de obras iniciado por su antecesor
el general López Contreras-1935-1941. Con el llamado “Programa de Febrero” del
gobierno López. Y casi de inmediato, el gobierno más exitoso,
de bien nacional y de desarrollo en
todos los ámbitos, de nuestra historia republicana que jamás será igualado, como fue el gobierno militarista
desarrollista de Marcos Pérez Jiménez 1952-57,
quien con un presupuesto de 13
mil millones de bolívares, (Que es el presupuesto anual de mantenimiento de la Casona), en forma mágica nos sacó a empellones de la miserable
Venezuela adeca que gobernó Betancourt entre 1945 y 1948 que fue una montonera
y demoledor gobierno con la llamada
“Revolución de Octubre” otra falacia más, tal como la de Hugo Chávez. “Revolución de Octubre” que ocurrió
una vez que el golpista
Rómulo Betancourt se prestó para derrocar al presidente
constitucional Isaías Medina, y tres
años más tarde, que se produjo el derrocamiento de Gallegos el 24
de noviembre de 1948, cuando los militares
se vieron en la necesidad de echarlos del poder. De esta manera Rómulo Betancourt fue el primer Chávez y golpista
de la historia reciente de Venezuela.
Esto también me hace recordar dos pensamientos, que responden el por qué
los gobiernos de Gómez, Medina, López Conteras y Pérez Jiménez, cinco
andinos y del Táchira, fueron exitosos,
y, por qué de los resultados
patéticos e insólitos de la tragedia que
significo la “Revolución Bolivariana del
Siglo XXI”. El primero de los pensamientos dice: “Una, pedir lo imposible;
otra, retrasar lo inevitable” de
Francisco Cambo. Y el otro, “Nadie hace bien lo que no sabe; por
consiguiente nunca se hará República con gente ignorante" de Simon Rodríguez, este último, santo de mí no
devoción. Alea jacta est
Jose Eduardo
Guzman Perez
guarauno2000@gmail.com
@guzmanperez1
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