Como
suele suceder en un país donde lo importante se reduce a una consigna
electoral, pasó desapercibida la nota de Diego Arria dirigida a Fedecámaras en
atención a las propuestas para reactivar al país expresadas por ese organismo
empresarial durante su 71 Asamblea Anual (ver Diego Arria, La Capitulación de
Fedecámaras en
http://www.lapatilla.com/site/2015/07/20/diego-arria-la-capitulacion-de-fedecamaras/).
Y
en cierta medida es hasta comprensible. No es la primera vez que lo económico
sustituye cualquier planteamiento, aunque el común de las personas piense lo
contrario. Cualquiera diría que si los empresarios reunidos en su conclave le
están dando al gobierno las recomendaciones para salir de la crisis, cualquier
cosa que se diga en contrario entorpecería ese planteamiento, por mas
justificado que este sea.
Sin
embargo pocos conocen que el planteamiento que hace Diego Arria se encuadra
dentro de las teorías más avanzadas del Desarrollo que se han hecho en los
últimos tiempos, al punto que le merecieron un Premio Nobel de Economía en 1998
a Amartya Kumar Sen, filósofo y economista bengalí (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Amartya_Sen/).
Es por esa razón que no quiero dejar pasar esta oportunidad de la respuesta del Embajador Digo Arria a Fedecámaras para expresar desde esta modesta tribuna de la red, y en especial a aquellos que anteponen lo económico a la político, que si queremos tener comida en la mesa del venezolano, lo primero que debemos garantizar es un sistema político que respete las libertades civiles y los Derechos Humanos, y que entiendan que sin tener eso resuelto antes no es posible que resolvamos el problema económico. No dicho por mi persona, sino por un Premio Nobel de Economía.
En
efecto, en su obra fundamental “Desarrollo y Libertad”, Amartya Sen se pregunta
y responde: “¿Es razonable esta manera
de enfocar los problemas de las necesidades económicas y las libertades
políticas basada en una dicotomía elemental que parece que socava la
importancia de las libertades políticas debido a que las necesidades económicas
son urgentes? Yo diría que no, que es una manera errónea de ver las necesidades
económicas o de comprender la importancia de las libertades políticas.
Las
verdaderas cuestiones que hay que abordar se encuentran en otro lugar e
implican prestar atención a las extensas conexiones que existen entre las
libertades políticas y la comprensión y satisfacción de las necesidades
económicas. Las conexiones no sólo son instrumentales (las libertades políticas
pueden contribuir de manera extraordinaria a dar incentivos y a suministrar
información para solucionar las necesidades económicas acuciantes) sino también
constructivas. Nuestra conceptualización de las necesidades económicas depende
fundamentalmente de las discusiones y debates públicos abiertos, cuya garantía
requiere la insistencia en las libertades políticas y en los derechos humanos
básicos.” (1)
Entonces difícilmente una dirigencia, ya bien sea económica- como la de Fedecámaras- o política-como la de la MUD-, podría hacer caso omiso al orden de cómo debe enfrentarse el grave problema político por el que atraviesa el país. Amartya Sen llamó a esto la Primacía de las Libertades Políticas, y de allí el título de esta nota.
El
enfoque de Sen de las capacidades básicas del ser humano, que le valiera un
Premio Nobel, indican que “las acuciantes necesidades económicas se suman a –no
se restan de- la urgente necesidad de reconocer las libertades políticas. Hay
tres consideraciones distintas que nos indican la primacía general de los
derechos políticos y liberales básicos:
1) su importancia directa en la vida
humana relacionada con las capacidades básicas (incluida la de la participación
política y social);
2) su papel instrumental en la mejora de las posibilidades
de los individuos para expresar y defender sus demandas de atención política
(incluidas sus exigencias de que se satisfagan sus necesidades económicas);
3)
su papel constructivo en la conceptualización de las
(incluida la comprensión de las necesidades económicas en un contexto social)”.
Nos
estamos ahora enterando entonces que “El desarrollo exige la eliminación de las
principales fuentes de privación de libertad: la pobreza, la tiranía, la
escasez de oportunidades económicas y las privaciones sociales sistemáticas, el
abandono en el que pueden encontrarse los servicios públicos, y la intolerancia
o el exceso de intervención de los Estados represivos…” (2)
¿Les
suena conocido? Pareciera que el Premio Nobel de Economía de 1998 nos retrata a
los venezolanos con tanta precisión que pareciera que su obra habla de
Venezuela. Muy poco que agregar a cómo y en qué orden debemos ciertamente
plantearnos este problema desde la oposición. Sin embargo vemos a nuestra
dirigencia económica y política completamente desenfocada. La primera,
proponiendo la aplicación de medidas que no tienen lugar en dictadura y la
segunda planteándose medirse electoralmente con ella sin absolutamente ninguna
condición, y sin la presencia de organismos internacionales que garanticen la
pulcritud del proceso. ¿Cuál creen ustedes que puede ser el resultado de eso?
Estoy
seguro que Venezuela llegará a salir de esta tragedia, pero necesitará más que
buenas medidas económicas, necesitará un nuevo sistema político. No es la
primera vez que nos referimos a esto. Y cuando hablamos de un nuevo sistema
político, no se trata de volver a aquel que estaba gravemente enfermo y que
provocó la mencionada tragedia que ahora experimentamos en su máxima expresión.
Deberemos discutir un sistema político completamente nuevo, que garantice lo
que Amartya Sen expuso, a fin de poder alcanzar el desarrollo. Estamos
condenados, quiéranlo o no aquellos que piensan bajo las viejas premisas que lo
económico está antes que lo político, a regenerar al Estado a través de una
Asamblea Nacional Constituyente y conseguir para Venezuela ese nuevo sistema
político. Y mientras más se posponga eso, más duro será llegar a lo inevitable.
Para
eso deberemos contar con una dirigencia a la altura de ese compromiso, y que además
esté bien enterada de por dónde anda el mundo en materia de desarrollo, no con
liderazgos quemados y perdidos que repiten como loros recetas económicas que
difícilmente entienden. Si queremos desarrollo para este país se “exige la
eliminación de las principales fuentes de privación de libertad…”, Sen dixit.
Pero eso no se logra haciendo propuestas irrealizables en este contexto
político y/o colaborando con el régimen que te cercena esas libertades. Luego
entonces, conociendo ya el orden correcto, ya es hora de poner los caballos
delante de la carreta. Nunca es tarde para hacer las cosas bien…
(1) Amartya Kumar Sen, Desarrollo y Libertad,
La importancia de la Democracia, La Primacía de las Libertades Políticas y la
Democracia, Cap 6, Págs. 184-185, Ed. Planeta, ISBN 84-08-03524-X, 1999
(2)
Ibid, Introducción. Págs. 19-20
Luis
Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana
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