La camarilla comunista cubana, siguiendo el ejemplo de
las dictaduras de China y Vietnam, ante el fracaso del sistema socialista, busca impulsar una economía de mercado
con un régimen político marxista para perpetuarse en el manejo del estado,
porque los dirigentes comunistas son enfermos por la burocracia, buscando
parasitar con ella eternamente y, es ahí en donde se explican las nuevas
relaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba, sin que la dictadura haya cedido un
ápice a favor de las libertades políticas e
individuales, ni en los derechos humanos, la libertad de prensa y la
libertad sindical, sino buscando únicamente la inversión norteamericana, como
lo hizo la China hace 38 años.
Pero en la apertura de la embajada cubana en Washington,
se vio la insolencia del canciller del
país caribeño, quien exigió nuevamente una indemnización por el embargo, que la
dictadura llama “bloqueo” y además pidió
la devolución de Guantánamo, subrayando que los burócratas marxistas tergiversan los términos para alcanzar sus
objetivos, porque nunca ha habido bloqueo de parte de USA hacia la isla, pues
en el mundo existen más de 200 países y el régimen de los Castros ha podido
tener relaciones comerciales con muchos de ellos, sin que tengan que intervenir
los EEUU.
El régimen despótico cubano busca la inversión del
capital norteamericano como lo hizo la China en su momento, ya que por el descalabro de la economía venezolana que ha
subsidiado a Cuba en los últimos años,
es muy difícil seguir recibiendo esos regalos ante la caída de los
precios del petróleo que pueden llevar a la ruina absoluta a Venezuela,
resaltando que Cuba en el pasado también era una mantenida por la URSS, ya que
fue un santuario del Kremlin en plena guerra fría, siendo el gobierno de la
isla un lacayo del imperio soviético al
mandar a miles de soldados al África en
la década de los setenta del siglo pasado, para defender los intereses de
Moscú, entonces eso de la dignidad y soberanía que proclaman los Castro y sus
áulicos es una farsa.
Con la debacle de la Unión Soviética se pensaba hace 24
años que la dictadura cubana caería,
pero primo el pragmatismo gringo con el presidente Bill Clinton, porque si se hubiera desmoronado el régimen caribeño, por
lo menos unos 5 millones de cubanos irían a parar a USA y por eso los gringos no iban a gastar pólvora en gallinazo, ayudando a derrocar
a Fidel Castro, de ahí que muchos cubanos piensan que con las relaciones
diplomáticas de EEUU y Cuba se controlara de manera rigurosa, las migraciones
de la isla hacia el país del norte especialmente por la Florida.
Las relaciones
diplomáticas entre los dos países principalmente tienen un carácter
semiológico, porque desde hace 4 décadas ha habido vínculos, pero la dictadura
castrista ha usado la perorata antiimperialista para exculpar el fracaso
estruendoso del marxismo leninismo implementado en Cuba y eso le ha servido a los otros regímenes en Latinoamérica del socialismo del siglo XXl
para ocultar las miserias del neocomunismo, que utiliza disfraces como el del Bolivarianismo
intentando engrupir a los pueblos, quedando claro que la dictadura cubana pretende heredarle a las futuras generaciones
el régimen comunista, usando el capitalismo
para la inversión extranjera, pero continuando con la expoliación y
represión de las masas.
Algunos historiadores no se explican, como la dictadura sanguinaria de los Castro lleva más de 56 años
envileciendo al pueblo cubano, sin que
la población se levante ante semejante oprobio, apareciendo respuestas
eclécticas que histórica y antropológicamente dicen que los
cubanos tienen el antecedente de
someterse dócilmente al yugo de sus verdugos, recordando que la isla fue
la última nación que se independizo de España
70 años después de que las otras colonias de América Latina lo habían
hecho, pero además por ser una isla se puede controlar más fácilmente.
Así que después de
54 años, EEUU y Cuba tienen relaciones diplomáticas, sin embargo cuando una
dictadura como la cubana, habla de la
autodeterminación de los pueblos, se refiere a que un régimen comunista como el
que hay en la isla, puede hacer lo que
le dé la gana con la población y la
comunidad internacional debe mantenerse al margen e impávida, pues
cualquier país que denuncie las atrocidades de la dictadura es acusado de
intervencionismo, como si los seres humanos no fueran anteriores a los estados,
por eso al observar el caso cubano se tiene
que concluir que el marxismo es una maldición para la tierra, que le ha traído
a la humanidad las peores desgracia y sufrimientos en todos los tiempos.
Como corolario se debe afirmar, que Latinoamérica no es
una prioridad para USA, ya que los intereses económicos de las principales
transnacionales gringas se encuentran en otras regiones del mundo, y lo que
busca la Casa Blanca es el apaciguamiento y la distención con sus vecinos, para
evitar con la diplomacia que países al
sur del rio bravo se arrojen completamente en brazos de China o Rusia, lo cual pondría
en peligro la seguridad de USA, por ello la coexistencia pacífica de Obama con
su entorno, es la formula expuesta para las próximas décadas, faltaría saber
que pasa en las elecciones de noviembre del
año entrante en EEUU, porque por ahora al gobierno estadounidense no le
interesa el cambio de régimen en la isla y serán los cubanos amantes de la
democracia y la libertad, a los que de
manera autónoma les toca emprender esa
tarea en el futuro, ya que está demostrado que el comunismo totalitario no es
invencible.
Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
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