Al ser fundada Caracas en 1567 y convertirse en zona de
convergencia entre los diversos pueblos fundados en la provincia de Venezuela,
se convirtió en el epicentro de la toma de decisiones políticas y eclesiásticas
para todas las demás provincias, como Guayana, Maracaibo y Margarita.
Al necesitar Caracas una conexión con España, Diego de
Osorio y Villegas, gobernador en ejercicio a partir de 1586, decidió darle
legalidad a los rancheríos ubicados en las orillas de la rada de La Guayra,
ubicándose como fecha de la fundación de este poblado costeño el 29 de junio de
1589, día de San Pedro Apóstol.
Dado el comercio incipiente entre la provincia de
Venezuela y la metrópoli, se empezaron a asentar en el puerto comerciantes de
diversos frutos para la exportación y servir de receptores de las
importaciones, lo cual dejó ver la importancia de La Guayra como cordón
umbilical con el resto del mundo conocido hasta esos momentos.
El tránsito hacia Caracas se hacía atravesando y
trasmontando El Ávila, en una ruta sinuosa de montaña, la cual ameritaba sitios
para el descanso y para cambiar las recuas de mulas, razón por la cual se
establecieron pulperías y fondas como La Venta, negocio publicitado y
recomendado por el Barón Alejandro Van Humboldt, cuando vino a Caracas en 1798.
De igual manera pensaron los gobernantes en la necesidad de construir
fortalezas para defender a Caracas de posibles ataques de invasores y piratas.
Razón por la cual se empezaron a construir fuertes o defensas en las laderas de
la vertiente norte del Ávila.
Es así como los diversos gobernantes de la provincia
venezolana, empezaron a construir fuertes como el mal llamado castillo de San
Carlos, El Vigía de La Guayra, el fuerte
de Mapurite y la Pólvora que era un almacén para guardar pertrechos y pólvora,
resguardado por soldados del rey. Y la
costa guayreña desde Cerro Caído hasta más o menos La Quebrada de Germán fue
amurallada, tal como se aprecia en los mapas antiguos de La ciudad portuaria.
En total, entre La Guayra y Caracas, se construyeron 17
fortalezas y defensas, lo cual significó la mayor cantidad de construcciones
para la defensa de alguna ciudad latinoamericana, en esos tiempos. Cuestión que
está muy explicitada en el libro de Luis Oscar Martínez, titulado con él nombre de esta crónica, La Guayra, La Ciudad
Amurallada.
Muchas de estas fortalezas prestaron una invalorable
ayuda cuando se tuvo que defender a La Guayra de piratas invasores, como el
caso acaecido el 2 de marzo de 1743, cuando el comodoro Charles Nowels, al
frente de 19 barcos piratas ingleses, quiso tomar La Guayra e invadir a
Caracas, pero el comandante de la plaza guayreña, el capitán Mateo Gual, padre
del futuro prócer pre-independentista Manuel Gual, logró unir a toda la
población de La Guayra, blancos peninsulares, blancos de orilla, pardos,
indios, negros y mestizos, para defender la ciudad de esos nuevos invasores.
Este capítulo es interesante destacar en la historia de
La Guayra y de Venezuela, debido a que Mateo Gual era un blanco peninsular que
había llegado a Venezuela a cumplir órdenes del rey, a defender una posesión
que España había tomado mediante la conquista y en ese momento sintió en carne
propia lo que era una invasión y debía defender su plaza en contra de otros
invasores. Este pasaje de la historia guayreña y venezolana es conocido como el
nacimiento de la nacionalidad venezolana, porque en ese momento todas las
clases sociales se unieron en pro de un objetivo, defender su terruño, su
espacio en el cual vivían y desarrollaban sus diversas actividades, sin
importar su condición o clase.
Así como se construyeron fuertes y defensas entre La
Guayra y Caracas y, a raíz de la
fundación de La Real Compañía Guipüzcona, el 25 de septiembre de 1728, se
inició la construcción de esa majestuosa casona que adorna a La Guayra y la
cual se ha convertido en un símbolo de la arquitectura vasco andaluza que
dominó y simbolizó una época de la historia venezolana.
La Compañía Guipüzcoana ejerció un férreo monopolio al
imponer precios y manejar las importaciones y exportaciones de toda la
provincia venezolana, situación que originó muchas confrontaciones como las del
negro Miguel, el zambo Andresote y Juan Francisco de León, entre otras, pero es
interesante destacar que antes de la implantación de dicha compañía, la burocracia venezolana, es decir los
funcionarios de la gobernación y diversos cabildos para cobrar sus sueldo y
salarios, así como para sufragar los costos de las edificaciones públicas,
caminos y fortalezas como las de La Guayra, dependían de los dineros del
Virreinato de La Nueva España. Provincia muy rica por su producción de oro y
plata, la cual por órdenes del rey, sufragaba los gastos de provincias de
escasos recursos como la venezolana.
Esta situación cambió al iniciar sus actividades la
compañía Guipüzcoana, debido a que con los recursos obtenidos por su
administración de bienes y productos de importación y exportación, empezó a
pagar la burocracia venezolana y cubrir los costos de bienes y obras requeridos
por nuestros antepasados. Es decir que la Guipüzcoana a pesar del monopolio
ejercido en Venezuela entre 1728 y 1780, eliminó la dependencia que tenía
Venezuela con México y esta provincia empezó a generar sus propios recursos y
cubrir sus gastos.
Entonces La Guayra, la ciudad amurallada, aparte de esas
fortificaciones y defensas, contó también con una casa monopólica, que por su
imponente y portentosa estructura la adorna con su belleza, convirtiéndola en
un símbolo majestuoso de una
arquitectura esplendorosa que es orgullo de España y de Venezuela.
Rubén G. Contreras G.
rubencontrerasg@gmail.com
@RubenContreras
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Felicitaciones Rubén,muy bueno,completo y conciso
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