Desde los lejanos tiempos de su enunciación
por Montesquieu, el principio de separación de poderes es una norma fundamental
de los regímenes democráticos: hay un poder encargado de la promulgación de las
normas, el Legislativo, otro encargado de la implementación de las mismas, el
Ejecutivo, y finalmente , el Judicial, que tiene como función la sanción al
incumplimiento de las mismas.
Obviamente la característica básica de un
régimen no democrático, es el incumplimiento
de esa regla de oro. El dictador concentra o dirige las tres funciones del
Estado. La usurpación de funciones la puede hacer de una manera grotesca y
directa, como en el chavismo, o de manera indirecta y sibilina , como en el
farcsantismo colombiano.
Como ya lo señalamos una característica de la
dictadura es la no separación de poderes, en Colombia observamos un Legislativo
dominado por eunucos interesados únicamente en atosigarse de mermelada que les
da el Ejecutivo para que lo complazca en su capricho de doblegarse ante el
poder narcoterrorista de las Farc. Es lamentable que en esa orgía enmermeladora
haya caído el Partido Conservador, pero obvio si el poder de repartir la
mermelada ha estado a cargo de fichas de ese partido, y ahora que el Ejecutivo
se quedó sin recursos, por culpa precisamente de esa repartición de mermelada,
se ha encargado a otra ficha conservadora de ir a quebrar a Ecopetrol, para
poder consumar la quiebra del Estado, base del programa del Foro de Sao Paulo,
que tiene como meta entregarle el poder a los narcoterroristas y criminales de
lesa humanidad de las Farc. Que tristeza ver a supuestos dirigentes demócratas
como la bancada conservadora, los gremios, los medios de comunicación y los
sindicatos comprando la soga con la que el totalitarismo populista de izquierda
los van a ahorcar, tal como lo predijo
el sabio Lenin.
Pero donde se aprecia aún más la tesitura
democrática de un régimen es en el imperio de la justicia. Esta debe ser
imparcial, pronta y regida por el debido proceso. Es en el Poder Judicial donde
se observan las más grandes falencias del régimen democrático colombiano. La
justicia en este país se ve acosada por la penetración de dos fuerzas oscuras
dentro de sus instituciones. La corrupción y la ideologización de los jueces.
El farcsantismo tiene como objetivo fundamental a través de la politización de
la justicia la persecución de la oposición a la implantación del Socialismo del
Siglo XXI en Colombia, que lamentablemente está reducida al uribismo y a la
facilitación de la toma del poder por los narcoterroristas de las Farc.
Es desmoralizador ver al Farcfiscal
Montealegre encubriendo su enriquecimiento ilícito en Saludcoop, a la vez que
persigue al Expresidente Uribe, Oscar Iván Zuluaga y otros líderes del Centro Democrático
y a funcionarios honestos por el solo hecho de ser uribistas y al mismo tiempo
crea falacias jurídicas, elimina cargos a terroristas y defiende la injusticia
que criminales de lesa humanidad no paguen ni un día de cárcel.
Da grima ver a las Altas Cortes sentenciando
que las Farc no son terroristas, que sus máximos jefes no son culpables del
secuestro de niños, mientras hacen carrusel judicial, cobran altas coimas por
tutelas , aplican la silla giratoria a la par que tienen al sistema judicial en
un estado de paralización inconcebible.
Hay que decirlo abiertamente la justicia
colombiana es un tumor cancerígeno letal y como tal requiere una cirugía de
alto calibre. Pero como los otros dos poderes solamente están interesados en el
usufructo de la misma para sus intereses terroristas y personales no podemos
esperar por los canales regulares su sanación.
Es por ello que la única vía posible es la
Constituyente, como lo expresáramos hace ya varios años en un estudio del
Centro de Pensamiento Primero Colombia “ Prolegómenos a la reforma de la Justicia” ( que invitamos
a leer en el Observatorio legislativo en www.pensamientocolombia.org ). Pero
obviamente que esa Constituyente que se plantea para la reforma judicial es
diametralmente opuesta a la que quiere imponer el Farcfiscal Montealegre, el
proyecto de éste es una asamblea para darle todo el poder a los criminales de
lesa humanidad de las Farc. Montealegre ha sido el presentador de todos los
globos de ensayo que Juan Manuel Santos quiere implementar para complacer a
Timochenko y su banda de criminales, Montealegre es el telonero de las medidas
que finalmente Santos implementará por órdenes de las Farc. De manera que muy
pronto veremos a JMS convocando a una Constituyente que será, como en todos los otros países en el que se
han implantado el Socialismo del Siglo XXI, el puntillazo final a la
democracia.
Confío en la sabiduría y energía de líderes
como Uribe, en la institucionalidad de nuestras Fuerzas Militares y sobre todo
en la reciedumbre democrática de nuestro pueblo, en que no nos dejaremos
doblegar ante el narcoterrorismo, que el Estado forajido que quiere implantar
el farcsantismo no verá luz en Colombia, pero siempre es bueno alertar sobre
los peligros para evitar que los parásitos ataquen el organismo democrático sin
que esté preparado para defenderse.
Alberto Lopez
alopezn62@hotmail.com
@alopeznunez
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