Lee Kuan Yew |
Escuché de Singapur por primera vez a finales
de los años 70, de boca de un gran economista alemán cuando tomaba un
entrenamiento con Bank of América en Los Ángeles, Falco Haller.
Casi con la boca abierta lo escuchaba cuando
me afirmaba; “Singapur es el futuro y naciones como Cuba son el pasado.” Cuando
yo le preguntaba ¿Por qué? Su respuesta era breve; “libertad económica y Lee
Kuan Yew.”
Lee Kuan Yew fue el fundador y primer
ministro de esta incomparable ciudad-estado fundada por el británico Thomas
Stamford Raflles.
El Reino Unido obtuvo la soberanía sobre la
isla en 1824. Singapur declaró su independencia de Inglaterra como parte de
Malasia en 1963, de la cual se separó dos años después.
Lee Kuan Lee falleció el mes pasado y su
muerte ha vuelto a poner el foco de la atención en Singapur, el país donde se
ha creado más riqueza y prosperidad durante el último medio siglo.
Singapur se ha convertido un referente
mundial en materia de política económica. Merece la pena analizar detenidamente
las políticas públicas y demás decisiones que han llevado a Singapur a
convertirse en lo que es hoy. Lee Kuan Yew tuvo la sabiduría para establecer un
plan maestro para lograr convertirse en un lugar más próspero dentro del
sudeste asiático.
La piedra angular de ese plan ha sido la
libertad económica y una educación puntera. En la actualidad, es su hijo Lee
Hsien Loong quien dirige el país como primer ministro, siguiendo el camino
trazado por su padre. Ejemplo de la apuesta por la educación, Lee Kuan Yew
portaba título de abogado expedido por prestigiada universidad inglesa. Su
hijo, hoy primer ministro, es doctor en matemáticas obtenido en Cambridge, y
porta una maestría en administración pública de la Universidad de Harvard.
Singapur, ayer y hoy
Hoy, Singapur es uno de los países
económicamente más prósperos del mundo. Con un ingreso per cápita de $60,000
dólares, se sitúa como el país más rico del mundo. Atendiendo a su tasa de
crecimiento, no es exagerado hablar de un milagro económico. A principios de
los 70, el ingreso per cápita de Singapur y México eran similares, $700. El día
de hoy, Singapur se presenta con $64,000 cuando en México a rastras llegamos a
$12,000.
Entre 1976 y 2014, Singapur creció un 7%
anualizado y en 2010, después de la crisis, creció 15%. Su futuro no puede ser
más prometedor, ya que se prevé que siga ocupando el primer puesto en 2050, lo
cual le permitirá lograr un ingreso per cápita de $140,000.
Con apenas 5,4 millones de habitantes,
Singapur tiene un PIB de $350.000 millones. Es decir, que con el 20% de la
población de México, Singapur produce un tercio de lo que produce el nuestro.
La renta ha crecido a una tasa del 4,3% anual en el último lustro y la tasa de
desempleo se sitúa en un irrisorio 2%. Pero este paraíso económico no siempre
fue tan próspero.
Cuando Lee Kuan Yew en 1959 se convirtió en
primer ministro, el ingreso per cápita del país apenas alcanzaba los $500. Se
creó entonces la Junta de Desarrollo Económico de Singapur, para diseñar e
implementar una serie de medidas económicas. Fue cuando Lee Kuan Yew decidió
apostar por el sector secundario iniciando una próspera etapa de
industrialización.
Esta visión se vio recompensada en los años
70, al lograr atraer capital extranjero de compañías petroleras y convertirse
en uno de los mayores centros de refinado de petróleo del mundo. En la
actualidad, Singapur es uno de los líderes mundiales en multitud de industrias
con un alto valor añadido, como es el caso de la industria petroquímica.
¿Cuál es el secreto de su éxito
Podemos explicar de forma breve cuál es la
clave de su éxito, y, sin duda, debemos de aludir a su altísimo grado de
libertad económica. Según el prestigioso ranking elaborado por la Heritage
Foundation sobre Libertad Económica, Singapur ostenta el segundo puesto del
mundo, sólo por detrás de Hong Kong.
La visión de Lee Kuan Yew hizo que
aprovecharan su favorable localización, a camino entre China y Europa, y su
estatus de puerto internacional, para convertirse en una de las grandes
referencias del comercio en los mercados asiáticos. La libertad económica de
Singapur resulta evidente, entre muchos otros, por dos aspectos concretos de su
economía: la baja presión fiscal y el reducido tamaño del Estado.
Al analizar la estructura fiscal nos damos
cuenta que, el impuesto sobre la renta oscila entre el 0% para rentas
inferiores a $20,000 y el 20% parar rentas superiores a los $320,000. Impuestos
sobre las ganancias de capital o herencias son inexistentes, lo que se traduce
en un gran imán para el capital internacional. El Impuesto de Sociedades es del
18% y, además, existen numerosas exenciones para empresas de nueva creación que
pueden ir desde el 50% al 100%. El tipo general de la imposición indirecta es
del 7%. Con este escenario, no es de extrañar que la presión fiscal sea de tan
sólo del 14% del PIB.
El segundo punto clave de su libertad
económica es el reducido tamaño del Estado. A diferencia de lo que ocurre en
Europa, en donde en muchos países el Estado gasta el 45% del PIB, en Singapur
el peso del sector público apenas asciende al 5% del PIB.
El endeudamiento público está fuertemente
controlado gracias a estrictas leyes que limitan que el Estado gaste más de lo
que ingresa. Además, el Estado también ha centrado sus esfuerzos en mejorar la
educación de sus ciudadanos. Y es que, desde que Lee Kuan Yew tomó las riendas
del país, una de sus ideas más claras para aumentar la prosperidad, era que sus
ciudadanos lograsen una educación del más alto nivel. Es decir, el estadista le
apostó agresivamente al desarrollo de capital humano.
El inglés fue establecido como idioma
cooficial y es la principal lengua utilizada en los colegios. De manera
similar, a como sucede en Finlandia -referente mundial en materia educativa-,
la figura de los profesores es enormemente respetada y valorada por la sociedad.
Tanto es así que su remuneración es similar a la que reciben los científicos e
investigadores.
Factor clave ha sido su política de
tolerancia cero contra la corrupción. Singapur es uno de los países con menores
tasas de corrupción del mundo. La reducida discrecionalidad del gasto que
tienen los burócratas, el reducido tamaño del Estado y sus estrictas leyes en
esta materia, han hecho que Singapur sea también un país de referencia en este
ámbito a nivel mundial. Ello se ha logrado con un estado de derecho aplicado
por el poder judicial y su estructura de la “common law” heredada de
Inglaterra.
El Estado castiga con severas penas prácticas
corruptas llegando incluso hasta la pena de muerte. Con todos estos
ingredientes, Singapur se ha convertido en una gran ciudad-estado y una zona
libre que asegura un futuro aún más promisorio que su envidiable presente.
Nuestro Lee Kuan Peña debería tomar nota o mejor, Lee Kuan Peje.
Fuentes:
Del tercer al primer mundo. Lee Kuan Yew
Singapur, el país más rico del mundo. Pablo
Martinez
Ricardo Valenzuela
chero@refugioliberal.net
@elchero
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