Un
gobierno que asume y abusa del poder, superando los límites de las normas y de
los poderes mismos, agrega un factor solo visto en dictaduras o tiranías como
lo es, la “judicialización de la política” con esto, ha puesto presos a
venezolanos con derechos y deberes contemplados en la Constitución y en los
Derechos Humanos establecidos en el mundo, donde por cierto Venezuela firmó y
comprometió sus esfuerzos en cumplirlas.
Un
régimen que ha destituido a cinco alcaldes escogidos por los ciudadanos
democráticamente y puestos presos sin la debida normativa de ley. Como, ha
dejado establecido en hechos visibles, notorios y públicos que se maneja fuera
del contexto de la Constitución. Por otro lado, el desabastecimiento, producto
de una ausencia de producción nacional, de una importación de puertos y un
manejo unidireccional del destino de estas mercancías, que en su mayoría
carecen de destinos o tienen “extravíos” dentro del parámetro de un sector
militar que se acredita de forma burda la protección de estos bienes, propiedad
del pueblo venezolano.
Un
gobierno cuya respuesta al problema de la seguridad ciudadana, es hablar de una
Misión “come pastelitos” limitada por la falta de recursos, estrategias y
comandadas por los mismos que manejan y pretenden controlar el “bachaqueo” de
combustible y alimentos de primera necesidad. La pobreza se hace más profunda y
las necesidades de los sectores quedan más visibles cuando las largas colas en
mercados, supermercados y las instancias de distribución del gobierno, como
sectores farmacéuticos, quedan más desabastecidos cada vez.
Una
implosión concebida como la acción de rasgarse hacia dentro, se logra
visualizar en el gobierno; con
estruendos de su naturaleza “anti natura” y arrastrando con él y sus afines (instituciones del Estado) logran
manifestarse en el país de diferentes formas. El tema de una eventual
“explosión social” como consecuencia de la profundización de la crisis
nacional. Se está volviendo recurrente. La referencia a lo “inevitable” de un
estallido popular. ¿Estamos de verdad cerca de eso que llaman una “explosión
social”? como inicio de esta bien o mal llamada “implosión del estado”.
Las
condiciones hospitalarias, universitarias, educacionales, de infraestructura
general existente, ya andan produciendo un “eco” inequívoco del caos de esta
revolución bolivariana de manos de los responsables, sea el difunto, el actual
Presidente y los enchufados de la boliburguesía. Una implosión llamada por
sectores señalados según el gobierno, como ultraderechistas con el nombre de
“Transición”. Mismo fenómeno definido igual por Hugo Chávez al cierre del
gobierno de Rafael Caldera.
Es
entonces menester de la presente, afirmar que el muy sonado Golpe de Estado que
pregona con insistencia el ciudadano Maduro Moros, debe originarse en la
implosión de su propio mandato. Lo lamentable que sea, por un lado; los
compromisos con los cubanos y por el otro con las potencias sea Rusia, China o
Brasil; que no le permitirán dejar al pueblo desprotegido de la que ya, está
padeciendo.
Jose
Ernesto Pons B
joseponschene@hotmail.com
@joseponsb
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