1492 – 1830.
Venezuela fue y ha sido un país que históricamente ha tenido mucho que luchar
para sobrevivir. Su primera y muy desigual lucha fue contra el imperio español
del cual, después de caer y levantarse tres veces, logró su independencia
política y se constituyó en un estado soberano a partir del 5 de julio de 1811.
Luego, continuando en su lucha para sobrevivir y con apoyo a la idea de nuestro
Libertador fue precursora en la creación de “una nación de naciones” con la
integración de países latinoamericanos y se llegó a la conformación de la Gran
Colombia, de la cual, para poder sobrevivir, se separó en 1830, por razones
bien conocidas y justificadas. Largos
pasos.
1830 – 1935. Desde
ese momento, Venezuela, como nación, comenzó un proceso devastador en su
desarrollo económico, político y social, consecuencia de la intestina lucha
entre caudillos sobrevivientes de la larga y costosísima guerra por nuestra
independencia.
El péndulo de nuestra
historia seguía moviéndose de la mano de caudillos, hasta que, en 1910,
apareció, como “un mal necesario”, la figura y el autoritarismo de Juan Vicente
Gómez. Si bien acabó con la multiplicidad de caudillos y ejércitos personales y
regionales, se dio inicio a una feroz dictadura, contra la cual, Venezuela como
nación, tuvo nuevamente que rebelarse y luchar para sobrevivir y, con sentido y
voluntad de unidad, se logró la aspiración, luego del fallecimiento del
Dictador en 1935. Todo ése fatídico período republicano, 1830 -1935, con sus
pocos eslabones de “vivir en democracia”, prácticamente llevó a Venezuela a la
bancarrota: cientos de miles de venezolanos murieron por sus las luchas
intestinas, por enfermedades, por hambre; la economía, principalmente agrícola,
ganadera y pecuaria se fue agotando. Recibimos los primeros avisos y demandas
por la gran deuda externa acumulada desde la guerra de la independencia.
Afortunadamente
apareció, como un maná en el desierto, la negra leche que estaba almacenada en
el subsuelo y con ella, el alivio de algunos de nuestros males. Sin embargo, si
el inmenso valor que representaba, sirvió para iniciar un largo proceso de
inversión extranjera que dio inicio al desarrollo de algunas obras de
infraestructuras básicas en el país y cancelar totalmente nuestra incómoda
deuda externa, también fue panal de miel para sacar de nuestros campos, mares y
lagos a miles de venezolanos quienes abandonaron su hábitat natural para ir en
busca del bolívar fuerte que ofrecía la naciente y pujante industria petrolera
nacional.
En poco tiempo
pasamos de ser un país exportador de café y cacao, entre otros pocos rubros,
para recibir dólares con los cuales podíamos importar café, cacao y miles de
productos terminados, entre ellos derivados de nuestro petróleo exportado. No
convertimos en una economía de puertos, como se suele decir. Bajó la adrenalina
para sobrevivir. La leche negra nos alimentaba.
Pasos hacia atrás.
1936 – 1958. A partir
de 1936, comenzó un nuevo período de reacomodo político y los primeros pasos
para el desarrollo económico y social, afianzado en los ingresos petroleros. El
problema macro ya no era el económico. El problema macro eran las centenas de
miles de micro problemas que padecía, como herencia, el pueblo venezolano, lo
cual dio inicio a otra nueva lucha de Venezuela como nación, para sobrevivir.
Los venezolanos comenzaron a practicar la lucha política dentro de una
pretendida cobija democrática, pero todavía quedaba el germen del caudillismo y
el péndulo, nuevamente se movió en las manos de nuevos caudillos civiles y
militares, ajenos a montoneras. Parecía inevitable otros pasos hacia atrás y,
de nuevo, apareció otro “mal necesario”, Marcos Pérez Jiménez, que por lo menos
sirvió de lección para aprender que aquello de “barriga llena corazón contento”
no es verdad mientras no exista libertad. Nuevamente diez años que Venezuela
como nación, tuvo que luchar para lograr desarrollo con libertad. Y lo logró.
Lentos pasos hacia adelante.
1958 – 1999. Período en el cual Venezuela comenzó a dar
sus primeros pasos, caminar, correr y avanzar aceleradamente para posicionarse
en altos niveles mundiales en múltiple aspectos económicos, políticos,
sociales, culturales, ambientales y militares, todo ello apoyado en el mayor
apego y cumplimiento de los mandatos constitucionales que el pueblo venezolano
se dio con la Constitución Nacional de 1961. Importante es reconocer que el
pueblo y los gobiernos de turno lograron derrotar las intentonas extranjeras de
infectar a nuestro país con el amenazante virus del comunismo, a través de las
acciones del gobierno cubano. Venezuela demostró que como lo expresaba el
Preámbulo la Constitución Nacional: “Sustentar el orden democrático como único
e irrenunciable medio de asegurar los derechos y la dignidad de los ciudadanos,
y favorecer pacíficamente su extensión a todos los pueblos de la Tierra”. Nuestro país pasó a ser reconocido
mundialmente como VENEZUELA, así, en
letras bien grandes, como lo aspiraba nuestro Libertador Simón Bolívar. Miles
de pasos hacia adelante.
1999 – 2015. De nuevo
y muy lamentable, a pesar de los esfuerzos por el desarrollo integral del país,
y por no haber bien interpretado y ejecutado el siempre recordado clamor de
Arturo Uslar Pietri: “hay que sembrar el petróleo”, Venezuela como nación,
políticamente un poco más aprendida, se dio cuenta que el rumbo no era el
correcto y que se necesitaba mejor gerencia para seguir por un mejor camino.
Nuevas luchas intestinas, esta vez sin armas, pero si con buena voz y medios de
difusión, comenzaron a abrir a sacar tierra para quitarle piso al gobierno de
turno, sin avizorar rumbo alguno. Pero,
como nos lo decía una Tía Abuela, “la sangre no huye”, el pueblo venezolano,
sin haberse aprendido bien la lección, se dejó llevar por la herencia militar
que todavía corría por sus venas y, como consecuencia, olvidando casi todo de
lo vivido y aprendido, fue hipnotizado y encontró al posible Mesías, Hugo
Chávez Frías, quien, moviendo poco a poco el péndulo hacia la izquierda, a la
postre se convirtió en un nuevo mal, esta vez “un mal innecesario”. Largo período,
poco de comentar por bien conocido y sobrevivido por muchos, en el que, gracias
al inmenso valor que fue adquiriendo la negra leche a la que nos acostumbramos
como fuente de bienestar, fue saliendo a la luz la escondida visión y misión de
convertir a Venezuela en la Casa Matriz de la Beneficencia Pública
Internacional, en especial para gobiernos con inclinaciones hacia la
conformación de la –UNIÓN DE PAÍSES COMUNISTAS LATINO AMERICANOS-, sueño de los
hermanos Castro. De materializarse, Venezuela y los venezolanos perderíamos
hasta nuestra Cédula de Identidad. Miles
de pasos atrás.
2016 ……… Venezuela,
nuevamente será VENEZUELA . “Estamos en marcha. Ya está siendo, y en el día más
grande de sus días, nos acercaremos al Padre de la Patria a palabrearle, ya nos
estamos saliendo de tu sombra, para bañarnos de tu luz” –A.E.B.-
Daniel Chalbaud Lange
vonlange1939@gmail.com
@danielchalbaudl
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