A principios del siglo XXI el gobierno
venezolano emprende una campaña feroz en contra de la medicina nacional.
Durante esos primeros años de este siglo, el presidente de la republica
comienza a descalificar a los médicos tildándonos de mercantilistas e insensibles.
Es tal su odio en contra de nuestra medicina que trae a Venezuela médicos
importados desde Cuba con dudosa formación y los asigna para que atiendan al
pueblo venezolano.
No conforme con crear un sistema medico
paralelo al cual le dio la mayoría de los recursos del país asignados para la
salud y que nunca funciono; también crea una carrera de medicina paralela los
llamados “Médicos Integrales Comunitarios”(MIC). Hoy en día luego de varias
promociones de estos médicos comunitarios nos damos cuenta de la poca
formación, de la incapacidad y de la carencia de conocimientos médicos básicos
que presentan los mismos. Es que cuando se mezcla la política con la academia
lo que puede resultar es la mediocridad.
Recuerdo que al inicio de este programa, uno
de sus promotores decía “nuestra medicina (MIC) es mucho mejor que la
tradicional, pues comienza con la vida. La medicina de las universidades
tradicionales, es una medicina de la muerte pues comienzan viendo cadáveres”
Además de revelar la ignorancia acerca de la carrera médica también revela una
carga de resentimiento hacia las universidades.
Quiero recordar que en la medicina que yo
estudie, o sea la tradicional, graduado en la facultad de medicina de la UCV,
si comenzamos con cadáveres. Es que lo primero que uno debe aprender es
Anatomía lo cual es el estudio del cuerpo humano. Recuerdo que mis instructores
de disección me decían que el mejor profesor es el cadáver porque es él quien
realmente te enseña la anatomía. Más de una vez me quede hasta altas horas de
la noche encerrado en los cubículos con el cadáver, disecando las zonas de su
cuerpo y con mi libro de anatomía al lado.
Muchas veces llegaba a mi hogar con huesos
humanos “Fémur” “Clavícula”, “Coxal”,
etc.; y los estudiaba atentamente con mi libro de anatomía descriptiva.
Entre los estudiantes de medicina muchas veces era común ponerle nombres a los
cadáveres que nos tocaban disecar durante un semestre. Viendo
retrospectivamente esos recuerdos, siento un gran respeto por aquellos seres
humanos que donaron su cuerpo para que nosotros pudiéramos aprender anatomía.
Ahora luego de 27 años de graduado me atrevo a decir que aquellos cadáveres
eran nuestros amigos, silenciosamente nos enseñaban los misterios del ser
humano.
Nuevamente digo que “Si”, nosotros comenzamos
la medicina estudiando cadáveres, pero para poder entender la vida, a veces hay
que estar cerca de la muerte. El destino ha hecho que tenga que evaluar varios
MIC y ver las profundas deficiencias que tienen en su formación médica. Cada
año egresan miles de ellos de universidades que ni siquiera poseen facultades
de medicina. Esto también se convertirá en un problema a largo plazo cuando una
gran cantidad de profesionales con tan bajos recursos académicos salgan al
mercado de trabajo a atender a la población venezolana.
Mientras algunas universidades gradúan a
miles de estos MIC, una gran parte de los médicos egresados de las
universidades tradicionales sueñan con emigrar del país. Nuevamente mi
preocupación es latente ¿Quiénes nos atenderán si se van los médicos
capacitados de nuestras universidades? Finalmente vuelvo a pensar en mi amigo
“El Cadáver” y me pregunto ¿Habrá valido la pena su sacrificio al donar su
cuerpo para que nuestros jóvenes médicos abandonen el país?
Sé que la crisis
del país es hoy una de las peores de nuestra historia, pero debemos seguir
adelante por mejorarlo. Creo que algo de esto le debemos a mi amigo y profesor
de anatomía “El Cadáver”
Dr. Daniel J. Sánchez Silva
Anestesiólogo
– Medicina Crítica
danielsanchez24@gmail.com
@SanchezDany24
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Amigo me hiciste recordar un cuento de Arturo Uslar Pietri, Simeon Calamaris. Fue el nombre que le dió en su cuento, el estudiante del 1er año de Medicina al cuerpo sin vida, que le asignaron para aprender Anatomía. Si debemos estar muy cerca de la muerte para aprender y conservar la vida, la salud y el bienestar de nuestros pacientes. Siempre les estaremos agradecidos a aquellos hombre y mujeres que donaron sus cuerpos para enseñarnos. Aunque de dolor, que estemos formando médicos para que vayan a otros países a poner en práctica los conocimientos que aquí les enseñamos, no mas cruel es el saber que acá la oportunidad es escasa mas con los MIC desplazandolos en los diferentes Centros de Salud, ya sea para posgrados no universitarios o como Jefes de Servicios para derramar sobre ellos la mediocridad adquirida en lo que ellos denominan su "CURSO", porque no es una carrera, es simplemente un curso de medico de microondas.
ResponderEliminarVivien Sirit Petit
Medico Anestesiologo UCV
pluton2710@gmail.com
@pluton2710.
Muchas gracias querida amiga, aun seguimos en la pelea.
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