En el mensaje de Nicolás Maduro a la nación
no hay respuesta para el problema de fondo que no es otro que el empobrecimiento
del país, el deterioro social y la cada vez más injusta distribución del
ingreso. Las medidas que se anuncian no van dirigidas a corregir la situación,
sino a aumentar la gravedad de su estado, pues,
no hay proporción entre la Venezuela agobiada por la inflación, el
estancamiento de la economía que produjo la gran escasez de productos básicos,
el control de cambio respecto al dólar, la caída de los precios del petróleo y
las políticas que se aplicarán para la solución y recuperación de la economía.
Sí algo revela el mensaje presidencial y la
actual conducción nacional a nivel de Estado y de gobierno es el fracaso. La
magra obra del régimen en estos años no da para exaltaciones. En cambio sí lo
dan los proyectos y promesas. Sigue, así el régimen trabajando con el futuro,
con la evasión, escapando a la realidad, moviendose en el ambito de las
promesas. Lo que vemos hoy es una industria nacional improductiva y
desvinculada de las exigencias de un auténtico desarrollo; afectada, por las
nacionalizaciones e intervenciones que han debilitado el sector productivo del
país. .
Chávez, con la excusa de eliminación de
fábricas y latifundios, supuestamente improductivos expropió empresas y tierras
a las cuales les inyectó capital y las dotó con trabajadores que devengarían
sueldos copiosos. Si bien, esas empresas perdieron ingentes cantidades de
dinero, para la mentalidad revolucionaria es dato insignificante. Las
consecuencias económicas han sido el empobrecimiento de la población. Mientras
más empresas públicas pierden dinero., más pobre se va haciendo la sociedad que
debe sostenerlas. Eso se lo explicó paciente e inutilmente Luwig von Mises a
Lenin en un libro llamado socialismo, publicado en 1922, cuando la revolución
bolchevique acaba de estrenarse.
No le hicieron caso. No porque los comunistas
no entendieran los razonamientos impecables del economista austriaco, sino por
que la decisión de apoderarse de la propiedad privada era ideológica, no
económica. Marx, había asegurado que al cambiar el régimen de propiedad (la
estructura) se modificarían la mentalidad social y las instituciones (la
superestrctura), dando lugar al nacimiento del hombre nuevo, una virtuosa y
solidaria critura que construiría el paraiso sobre la tierra. A Lenin le
importaba un rábano si todas las empresas se hundían; lo que quería era una
masa de sovieticos obedientes para poner a prueba las teorías de Carlos Marx,
y, de paso, para gobernar despóticamente.
A lo largo de los años en los que el chavismo
ha gobernado a Venezuela, la democracia y la sociedad en su conjunto han sido
en gran proporción deformadas hasta hacerlas irreconocibles, recurriendo a la
abolición de libertades públicas y persecución constante de toda índole, para
tratar de ocultar la enorme gravedad de lo que sucede.Todo esto ha ocurrido sin
que la realidad política que pone en peligro la vida del venezolano fuera
denunciada con energía debida por los organismos regionales, intimidados con el
creído de prepotencia del régimen imperante en Venezuela y de los países
denominados "bolivarianos" que le acompañan.
El país ha llegado a su nivel de saturación.
Para nadie es un secreto que hoy ocupamos los peores lugares entre los países
más evaluados en materia de inflación, inseguridad y corrupción, situándonos en
un deterioro muy severo: el más alto en inflación, 64 por ciento. Prácticamente
el más corrupto de América latina y el más inseguro del mundo; se producen
73 asesinatos por cada 100.000
habitantes lo que nos ubica en el país más violento de nuestra América.
Por el camino que ha trazado el mensanje, la
diferencia entre el grupo chavista que controla el poder y la nación sería cada
vez más acentuada . Todas las esperanzas forjadas, todas las ilusiones puestas
en una gestión que se inició con Hugo Chávez se ha marchitado. De él no queda
sino la referencia de burócratas que cada dìa que pasa se caracterizan por su
comodidad.
Ante a la realidad política y económica
circundante corresponde a cada uno de los
venezolanos asumir su responsabilidad, así
como su participación en las próximas
elecciones parlamentarias para elegir diputados democratas; renovar la Asamblea
Nacional. Y, derrotar a los responsables de la ruina y decadencia de Venezuela.
Sixto Medina
sxmed@hotmail.com
@medinasixto
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