JOSE R. AVENDAÑO TIMAURY |
En la actualidad, más que planificación,
lo que se requiere es desarrollar la capacidad estratégica de improvisar, por
los acontecimientos sobrevenidos que aparecen de manera vertiginosa. Esta
capacidad de innovar es factible cuando se tiene el objetivo diáfanamente determinado.
No se trata entonces de ajustarse a esquemas rígidos preestablecidos en
gabinetes con aire acondicionado, como es el caso de las elecciones
parlamentarias instituidas constitucionalmente para este año. Objetivamente
existen dos factores visibles aparentemente encontrados –sin que esto
signifique que ambos conforman la representación mayoritaria del pueblo
venezolano- pero que confluyen hacia un solo objetivo: Elegir parlamento a como
dé lugar. El gobierno quiere a todo evento legitimar lo ilegitimable y la MUD
desea obtener cuoticas de poder para mantener su pesada e inútil maquinaria
burocrática.
La nación está volcada en la calle, con
signos ya inocultables de descontento, en procura de la satisfacción de sus
necesidades más simples: “comida, remedios, servicios y repuestos”. Esta
realidad ya comienza a ser novedosamente digerida por algunos representantes de
la MUD. Copei fue el primero al plantear que las elecciones se deben adelantar.
AD manifestó que no hay motivo para hacerlo. La señora Machado no dice “ni lo
uno ni lo otro, sino todo lo contrario”. El jefe de CR, señala que lo
procedente es la elección inmediata de un nuevo presidente de la república.
Henrique Capriles anuncia que es necesario
incrementar la protesta pacífica en la calle y recibe apoyo de Antonio Ledezma,
Leopoldo López y María Corina Machado. El Alcalde de Valencia señala que el
viaje presidencial y sus resultas son positivas y conforman un éxito, aunque no
se logrará que el precio del petróleo –luego de tan sublime periplo- llegue de
nuevo a las cifras de antaño. ¡Ha surgido un nuevo estadista en mangas de
camisa! Nuevamente economistas muy prestigiosos señalan que lo procedente es la
devaluación del bolívar y nuevos planes económicos implementados por el
ejecutivo.
¡Todos engolosinados
con el festín electoral y las prebendas en ciernes!
Casi todos, que es como decir todos, estos
señores que se subrogan la conducción del movimiento popular de oposición y de
los sectores que lo conforman, ven la realidad con gríngolas o tienen una
visión equivocada de la situación económica, social y política del país. Ambas
posturas son perjudiciales porque tienden a soslayar el aspecto medular del
problema. Quieren aplicar “pañitos con agua caliente en la frente de un
paciente moribundo por padecer de un cáncer cerebral con metástasis expansiva”.
Estas iniciativas, todas, provienen de las
reglas de juego cínicamente establecidas por el gobierno. Para ser jugadas en
su propio terreno. Con árbitros parcializados y reglamentos torticeramente
diseñados para hacer inútil e impracticable cualquier opción cierta de cambio.
Ya nadie se acuerda –porque está haciendo la ignominiosa cola para adquirir
cosas- como está conformado el TSJ, La Fiscalía General de la República, la
Contraloría General de la República y la Defensoría del Pueblo. Como se sigue
triturando a la oposición a través de la justicia penal. Como sigue arreando el
caporal su feudo en la AN. Cuál es el papel y las características de la Fuerza
Armada, como elemento participativo directo en la vida política de Venezuela,
acordada por la novedosa y celestinesca interpretación de la CN establecida por
la nefasta Sala Constitucional del TSJ en junio del año pasado. ¡Y pare usted
de contar!, porque se alargaría hasta el infinito este escrito.
Estos señores realmente piensan que una
hipotética mayoría parlamentaria va a torcer el rumbo de un gobierno, que ayer
no más y por boca del Caporal de la AN, anunció -¿delira?- la movilización de
un millón doscientos mil combatientes de colectivos armados prestos a aplastar
la “insurrección burguesa” –eufemística manera de denominar la repulsa
nacional- coordinados con apresto de bota milica. ¿Será que los economistas
realmente piensan que el régimen va a efectuar el cambio de modelo económico implementado
en los últimos quince años, ante la impecable dialéctica formulada por sus
sesudos diagnósticos? Si es así, su candidez es estúpidamente manifiesta y sus
fórmulas están revestidas de un simple ejercicio diletante y para nada
practico. Es decir, es un simple saludo a la bandera. Su único valor sería el
de demostrarle a la ciudadanía que están revestidos de una sólida preparación
académica –que no cuestiono- pero a mil años luz de aplicación por las
características objetivas y muy puntuales instauradas por el gobierno.
La única forma de lograr el reordenamiento
constitucional violado, los particulares que conforman lo económico, social y
político, es con el cambio de gobierno. En otras ocasiones me he referido a
desempolvar el artículo 350 de la Constitución Nacional si lo que se quiere es
reconducir al país por la vía señalada por la Carta Magna, de donde –desde hace
mucho tiempo- se ha apartado el ejecutivo y a la cual no piensa regresar de
manera voluntaria.
Es
la hora de la protesta de calle, contundente y pacífica. Esta presencia
multitudinaria, decidida, combativa, recurrente y no espasmódica, es la única
vía republicana para reordenar la nación. Lo otro es el caos.
Jose Rafael Avendaño Timaury
cheye@cantv.net
CheyeJR
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