HUMBERTO SEIJAS PITTALUGA |
Todo
el mundo le está echando la culpa a Nicolas por las cosas malas que están
sucediendo en Venezuela en todos los aspectos de la vida social, económica y
política. Noto que, en mucho, eso es
factura de algunos políticos de viejo cuño que perviven en, y hasta dominan, la
MUD. Creen que con decir que cuando el
Héroe de La Planicie mandaba todo estaba bien y ahora se ha ido al demonio, van
a lograr atraer a los crédulos que siguen en el PUS y que estos voten a los que
los cogollos intentan meter vía “consenso” en los puestos salidores en las
elecciones que vienen. Creo que es hora
de recordar aquello tan romano de que: “non coquus semper cui longus culter
adhaeret” (no siempre es un cocinero quien se te acerca con un largo
cuchillo). El pobre-diablo del nortesantandereano
no es sino el albacea —por no decir el paga-peos— de alguien que fue el hacedor
de todo lo horrible que se ha vuelto la vida en Venezuela desde hace más de una
década. Inclusive por la escogencia de su
sucesor. ¿Que la ineptitud, la estupidez
y la incultura del ilegítimo han agravado la herencia que recibió?,
¡cierto! Pero el culpable es el inmortal
que se murió; que no se nos olvide.
En
la búsqueda de ese objetivo, voy a tener que sacrificar los temas navideños
—que son los que cuadran en estos días— y dedicar este escrito a recordar
algunos “hitos” del mandato del. Mojones
estos (nunca antes tan bien usado el término) que jalonaron lo largo de la ruta
hacia la inopia, la mengua, y las privaciones que sufrimos actualmente. Y a las que llegamos por culpa de un plan
fríamente calculado entre el carcamal cubano y su émulo a la menos uno, para
ponerlo en lenguaje matemático.
Sin
pretender ser prolijo ni metódico, porque solo me queda espacio para unas
cuatrocientas palabras, déjenme que les recuerde que el descaro en la
corrupción no es de ahora; comenzó con el fulano Plan Bolívar 2000; sistema por
el cual se empezó a corromper a los mandos militares para hacerlos más
maleables hacia la politización y partidización verde-oliva. Fotos circularon de un jefe cobrando por
taquilla una coima del 10% (eran tiempos en los que se pedía menos porcentaje
que ahora). Otro general ocultó cien
millones en una cuenta de ahorros que le abrió a la fámula sin ella saberlo. ¿Qué hicieron Fiscalía y Contraloría en ambos
casos? ¡Nada! Porque tenían luz verde
desde arriba. Y como esos dos, muchos
otros casos.
Ahora
es cuando los precios del petróleo han empezado a declinar. Pero por 14 años, los buenos precios
implicaban $ 300 millones diarios. Que
el de cuius que iba a ser eterno volvió sal y agua sin tener obra perdurable
alguna que mostrar. Puras primeras
piedras de monumentos faraónicos al ego, que quedaron en eso, sin segundas y
terceras piedras. Se suponía que el
ferrocarril iba a estar en funcionamiento en el 2007. ¡Pura paja!
Las caras estructuras no sirven sino de murales a los grafiteros.
La
muertamentazón de todos los días no comenzó ayer. Se puede probar estadísticamente que comenzó
hace unos quince años con aquella frase de “robar no es malo”. Que fue cogida como emblema y consigna tanto
por los ministros como por los choros.
Unos y otros no se conformaron con meter sus manos en las riquezas
ajenas, sino que se dieron a la tarea de “silenciar” a los posibles
acusadores. ¡Dígalo ahí, José Temiente!
El
zafio que está en la vicepresidencia —con su bragueta como único mérito—
descubrió recientemente que había una fuga de cerebros en el país. ¡Colón, Arquímedes! Tenemos más de diez años enriqueciendo a
otros países con universitarios bien entrenados y diestros en novísimas
técnicas porque sintieron la hostilidad presidencial hacia quien
destacase. El tipo pensaba que
“meritocracia” era mala palabra. Ahora,
esos profesionales han sido reemplazados por los chimbos graduados de médicos
sin haber tocado un cadáver ni haber palpado a un paciente; por “abogados”
madurados con carburo y que escriben alegatos pidiendo la “reconsiderasion”,
sin tilde y con dos “s”, de algo.
Escritos que son admitidos por jueces tan iletrados como indoctos, pero
que gritan “¡Uh, ah!”
La
macrocefalia que hay hoy en la Fuerza Armada fue cocinada y comenzó hace 14
años. Se buscaba diluir el liderazgo,
impedir que surgiese un militar que pudiese hacerle sombra al caudillo. Hoy, Venezuela tiene más generales y almirantes
que España, Francia, Alemania y Reino Unido juntos. Donde antes había un general, hoy hay cuatro
y cinco. Y eso, además de empobrecer al
país, se traduce en ineficiencias del estamento militar.
Y,
así, podría seguir con muchos más casos que habrá que cobrarle al finado pero
que aparecen como culpa del marido de Cilia.
Él, pobrecito, lo que ha hecho es seguir por la senda que planeó Fidel y
materializó Bolivita. Claro que, por
incapaz, y ayuno en conocimientos, ha empeorado todo. De eso sí que es culpable…
Otrosí.
Este
es mi último escrito de 2014. Me despido
hasta el año venidero haciendo votos porque todos tengan una Navidad en paz,
con salud y junto a quienes los quieren bien; y porque el 2015 sea menos malo
que lo que ya se avizora —cosa que pongo en duda, sin embargo…
Humberto
Seijas Pittaluga
hacheseijaspe@gmail.com
@seijaspitt
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