SUSANA MORFFE, |
Al interactuar de manera virtual con los
artículos que semanalmente publicamos, recibimos opiniones sobre lo que está
ocurriendo en el país. Nos detenemos con curiosidad periodística a leer lo que
intentan grupos de venezolanos para rescatar la democracia, hoy hundida en un
océano profundo de calamidades.
En silencio, la gente se está organizando y a
modo de ejemplo mencionamos un grupo llamado “Ciudadanos en Acción, la alianza
liberal”, el cual, mediante un manifiesto, convocan a la “Ruta ciudadana”
que impulse una amplia discusión democrática
y culmine con la selección idónea de candidatos a diputados de la nueva Asamblea Nacional.
Se trata de una de tantas motivaciones
ciudadanas, como la antes mencionada, desde Guayana, que se montan en la
palestra pública para exigir una vida justa, democrática, equitativa, digna y
libre. Igualmente desde Táchira se incorpora
“La Rebelión de las Regiones”. Llama la atención la voz de alarma que se
levanta en el pueblo para reanimar a los líderes de oposición polarizados, en
estado de letargo inexplicable, a encarar las demandas ciudadanas de días y
horas peregrinando para el sostenimiento de
vida en el país.
Si comparamos al país con una enfermedad,
podríamos decir que Venezuela sufre de Colón irritable, con todos los síntomas
desagradables y no muy fáciles de controlar. Tenemos entonces, movimientos
intestinales producidos por falta o malos hábitos alimenticios, escasez de
medicinas y pésimos servicios, todos agrupados producen un letal estreñimiento,
como patrón absoluto de la explosiva situación que pudiera ocurrir en un órgano
tan vital como el Colón si no se trata a tiempo.
Ante las eventualidades, se ha producido
cualquier cantidad de calambres, distensión y reflujo gástrico, lo que para un
especialista es un cuadro patético, tal como la crisis que vivimos en el país,
cuya fórmula depende de cada uno. Visto así, tendríamos que ejercer una cuota
de participación para el remedio de los males que cada venezolano lleva en sus
hombros.
No es precisamente arrojándole excrementos a
ciudadanos encarcelados como se pueden
dar pasos para sanar el país. Ya el Colón irritable está produciendo sus
propias heces sangrientas. De modo que la solución se encuentra en la raíz del
problema. Se requiere de mucha fibra mental y un torrente de ánimo para no terminar con dificultad en posición
horizontal en la sala de un hospital como todo lo que transforma el estómago.
Susana
Morffe
@susanamorffe
www.susanamorffe.blogspot.com
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